¿Qué es la deuda mezzanine?

La deuda mezzanine es un tipo de financiación de mayor riesgo que la deuda senior o la deuda ordinaria, siendo menos segura en caso de quiebra del negocio.
¿Tienes un sueldo de 600 euros? Este banco te ofrece 800 euros por domiciliarlo.
Dinero.
Freepik
¿Tienes un sueldo de 600 euros? Este banco te ofrece 800 euros por domiciliarlo.

Cuando hablamos de la deuda mezzanine lo hacemos para referirnos a un tipo de financiación que se coloca entre la deuda senior y el capital propio dentro de la estructura de capital de una empresa. Se trata de una opción de financiación de mayor riesgo en comparación con la deuda ordinaria o la deuda senior, ya que se considera que es menos segura en el caso de que la empresa llegue a quebrar. Sin embargo, también permite obtener mayores rentabilidades a los inversores y, por lo tanto, más coste a nivel económico para la empresa.

Este tipo de deuda se usa para financiar proyectos de expansión, ya sea en etapas iniciales del ciclo de vida de la empresa o en etapas maduras para dar pie a fases de crecimiento, por lo que puede cubrir multitud de necesidades. A través de la deuda mezzanine es posible adquirir activos, como maquinaria, equipos o propiedades industriales o inmobiliarias; o usarla para la expansión de la empresa, ya sea para adquirir otras nuevas o abrir nuevas ubicaciones.

También se puede recurrir a este tipo de financiación para lanzar nuevos productos o servicios, como la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías o la creación de nuevas líneas de productos; o destinarla a la reorganización empresarial, optimizando la cadena de suministros, reestructurando la deuda, etcétera.

Asimismo, conviene recordar que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) pueden obtener deuda mezzanine como parte de su financiación.

Tipos de deuda mezzanine

Existen diferentes tipos de deuda mezzanine, que se distinguen los unos de los otros según los términos de la deuda y su estructura, pudiendo destacar algunos por ser más comunes, como son los bonos convertibles, unos bonos que se pueden convertir en acciones de la empresa emisora en el futuro, lo que quiere decir que los inversores en bonos convertibles tienen que asumir un riesgo superior que reflejan el tipo de interés en esta forma de financiación.

También lo son los préstamos subordinados, en los que la prioridad de reembolso es más baja que otros si la empresa quiebra; o los préstamos participativos, un tipo de financiación que se sitúa a medio camino entre el capital propio y la deuda. Con estos últimos, los prestamistas buscan percibir el reembolso del préstamo con intereses, mientras que estos también tienen derecho a ser partícipes de los beneficios de la empresa.

Por otro lado, también nos encontramos con las acciones preferentes, que son aquellas acciones con derechos de voto limitada y una prioridad de reembolso que es más elevada que el capital propio en el caso de que la empresa llegue a entrar en quiebra; y con la deuda con opción de compra, siendo préstamos en los que el prestamista tiene la posibilidad de hacerse con acciones de la empresa a un precio fijo en un momento futuro.

De igual modo, hay que hacer referencia a la deuda convertible, que son préstamos que pueden llegar a ser convertidos en acciones de la empresa en el futuro. Los prestamistas asumen un mayor riesgo de incumplimiento a costa de disfrutar de una tasa de interés más elevada, así como de tener la posibilidad de convertir el préstamo en acciones.

En todo caso, hay que tener en consideración que cada tipo de financiación mezzanine posee sus propias características y condiciones, siendo importante entenderlos bien antes de tomar una decisión de inversión o financiación, contemplando sobre todo las posibles consecuencias a largo plazo en la estructura de accionistas de la empresa que puede tener la opción de financiación que se haya elegido.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento