A menudo se piensa que ahorrar supone tener que decir adiós a todos nuestros caprichos, pero realmente no es así si se sigue un método de ahorro apropiado. En este sentido, conviene hablar del método de Harv Eker, que fue creado por el escritorio y empresario para conseguir un ahorro mensual basándose en repartir los ingresos en porcentajes.
De esta manera, según esta estrategia se deben destinar un 50% de los ingresos a los gastos del día a día, esos imprescindibles que toda persona tiene en su vida, como el alquiler o hipoteca, los gastos en alimentación, la plaza de garaje, la comunidad de vecinos, etcétera. A partir de ese momento, habrá que destinar un 10% exclusivamente para ahorrar, siendo lo más indicado meter ese dinero en una cuenta de ahorro que no se vaya a tocar, pudiendo así ir creando unos ahorros que puedan disponerse en el futuro.
Otro 10% irá destinado al desarrollo profesional o personal, es decir, dedicarlo a algún tipo de actividad o labor que permita adquirir nuevas habilidades o reforzar algunas áreas, ya que siempre es importante invertir en uno mismo. También habrá que guardar un 10% para inversiones a largo plazo, como es el caso de la compra de un nuevo vehículo o incluso para unas vacaciones, de forma que no haya que echar mano de los ahorros en este tipo de situaciones, sino que se disponga de un dinero ya reservado para este tipo de gastos.
Llegados a este punto, habrá un 20% aún por repartir, que deberá ser repartido, a partes iguales (10%) para caprichos, tales como salir a comer o cenar, hacer una escapada de fin de semana, ir de compras, etcétera; y otro tanto destinarlo a causas benéficas, ya que para T. Harv Eker es necesario aportar a la comunidad para ayudar a los demás y, al mismo tiempo, sentirse bien con uno mismo.
Ventajas y desventajas del método Harv Eker
El método Harv Eker es un sistema que presenta diferentes ventajas y desventajas. Si comenzamos hablando de sus puntos más negativos, hay que destacar que es un método muy estricto, que se hace más que evidente en los gastos que van más allá de las necesidades básicas, al tener que destinar un bajo porcentaje de los ingresos a ellos.
Sin embargo, también tiene algunas ventajas destacadas, y es que, aunque para que funcione bien se debe ser disciplinado, nos encontramos con un sistema que pone el foco en la educación financiera y la formación, que es muy necesaria pensando en el futuro. Una inversión en uno mismo ayuda a potenciar los futuros ingresos, pudiendo llegar a mejorar la situación económica.
También es beneficioso el poder aprender a diferenciar el dinero que se ahorra a corto plazo de aquel que está destinado a largo plazo, todo ello pensado tanto para poder cubrir posibles imprevistos a través de un colchón financiero, como para poder llegar a mejorar la situación económica en el futuro.
De esta manera, nos encontramos ante una estrategia que puede ser muy recomendable para aprender a administrar de forma efectiva las finanzas personales y aumentar el ahorro a corto y largo plazo. No obstante, para quienes consideran que es demasiado estricto, se puede recurrir a otras estrategias como la del método 50-30-20, que simplifica el sistema Harv Eker para dividir los gastos solo en tres categorías, destinando un 50% de los ingresos para gastos básicos, un 30% para gastos personales y un 20% para el ahorro.
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