La oferta de compra lanzada por BBVA para hacerse con Banco Sabadell, que el presidente de la primera entidad, Carlos Torres, ha vendido como “extraordinariamente atractiva”, ha provocado un terremoto dentro del sector financiero, avivando la tirantez entre ambos bancos. La escalada de tensión ha ido más allá a raíz de la denuncia de la firma catalana ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por vulnerar la ley de opas mediante una operación que cuenta con adeptos y detractores. Entre las voces más críticas pesa el argumento de la concentración bancaria en España, que en otras palabras viene a significar una menor competencia.
El hecho de que el tercer banco por volumen de activos a nivel nacional busque integrarse con el cuarto dará lugar a una reconfiguración del tablero bancario. Si finalmente se materializa la operación, CaixaBank, Banco Santander y BBVA-Sabadell coparían prácticamente la mayor parte del mercado, canalizando entre el 60 y el 70% del negocio bancario, mientras el resto se repartiría entre un puñado de entidades de mediano y pequeño tamaño. Precisamente este es uno de los principales motivos que desde el Gobierno central han esgrimido para rechazar 'a priori' el movimiento corporativo.
El propio Torres destacó el pasado jueves las bondades de este posible matrimonio, para resaltar que la competencia no se vería afectada por la concentración, ya que entrarían en juego otros factores. En esta primera fase de negociación, el foco también está puesto en CaixaBank y Banco Santander, que podrían beneficiarse de un mayor poder de fijación de precios "en un mercado más consolidado", mientras uno de sus principales competidores está involucrado en cerrar el acuerdo, según Barclays. Lo que está claro es que cualquier proceso de fusión reduce el número de compañías en una actividad, lo que se suele traducir en una menor oferta.
"La teoría luego puede variar en función del contexto de mercado que haya en cada momento y de lo que decida hacer inicialmente el banco dominante (BBVA, en este caso) con su propia oferta y con la que 'importa' desde Banco Sabadell", destaca la portavoz del comparador Kelisto.es, Estefanía González. Las dos entidades disponen en su catálogo de cuentas sin comisiones ni condiciones, la diferencia está en los productos remunerados. Mientras Sabadell ofrece un 6% los tres primeros meses, que después se reduce al 2% TIN, el grupo de origen vasco ha decidido mantenerse al margen en esta guerra. En su estrategia han optado por ‘premiar’ los recibos o impulsar un plan amigo, que te abona 50 euros por llevar clientes.
En una coyuntura de altos tipos de interés, la ofensiva por el ahorro ha estado en un segundo plano ante la baja rentabilidad de los depósitos. En su lugar, las dos entidades han apostado por reforzar la captación con promociones centradas en colectivos concretos. Destaca la batalla por los autónomos, centrada en la bonificación del pago a las cuotas a la Seguridad Social, a la que Sabadell se ha unido hace menos de dos meses. Consciente de que la cuenta remunerada es su producto estrella, han decidido explotarla también para atraer nuevos trabajadores por cuenta propia.
BBVA estima que, de salir adelante, la opa hostil podría extenderse entre seis y ocho meses. Tomando como punto de partida esta referencia temporal, en la que el Banco Central Europeo (BCE) ya habrá bajado al menos una vez la tasa de referencia del dinero, previsiblemente, la primera incógnita pasa por saber si BBVA eliminaría por completo la oferta de Sabadell o mantendría aquellas que mejores resultado están dando. En los precedentes de Santander con Banco Popular o CaixaBank con Bankia la hoja de ruta comercial desapareció. Una de las excepciones viene de la mano de Unicaja, que ha mantenido la Cuenta PlayStation y la Cuenta online SIN, que siguen en vigor.
BBVA no contempla ninguna otra adquisición en España, por lo que si sus planes se ven truncados fiará su crecimiento a la expansión del negocio nacional. Durante la presentación de los resultados trimestrales, el consejero delegado, Onur Genç, anticipó que el margen de intereses cerrará el 2024 con una mejora a doble dígito, frente al dígito bajo que esperaban con anterioridad. Según datos recabados por la consultora Inmark, el banco azul contabilizaba al término del año pasado una cuota de particulares en España del 25,6%, al tiempo que en el grupo encabezado por Josep Oliu ascendía a 9,8%. Sin entrar en el detalle de posibles duplicidades, juntos no superan a CaixaBank, cuya penetración roza el 40%.
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