Preocupación en el sector industrial

Adif se sitúa en el ojo del huracán del gas por su falta de contratos bilaterales

El gestor ferroviario está obligado a pagar los precios récord del mercado mayorista, dado que solo cubre a coste fijo una pequeña parte de su suministro energético.

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Adif adjudicó gran parte de su último servicio de suministro a precios de mercado.
Europa Press
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La escalada energética está tensionando la actividad de determinadas industrias y repercutiendo directamente en su capacidad productiva. En particular, de aquellas más intensivas en el consumo de gas, la principal fuente de abastecimiento industrial, como evidencia el hecho de que concentre el 60% de la demanda nacional. De este combustible dependen sobremanera sectores como el cerámico, el metalúrgico o el transporte. Y, dentro de estas empresas, hay una que se sitúa en el ojo del huracán debido a su elevada exposición a la volatilidad del mercado gasístico: Adif.

El gestor de infraestructuras ferroviarias requiere del gas natural para garantizar su actividad productiva. No tanto directamente, puesto que en 2020 empleó 307.168 metros cúbicos, apenas un 2,1% de la energía total consumida para su actividad propia, como sí de manera indirecta. El verdadero peso del gas como ‘input’ energético de Adif trasciende este porcentaje testimonial, toda vez que el 66% de su energía eléctrica procede de la distribuida por el Sistema Eléctrico Peninsular. Y el año pasado el 16% del mix de generación español tuvo su origen en las centrales de ciclo combinado de gas, cuyos costes variables se han disparado por la crisis de abastecimiento mundial.

Detrás de este ratio de dependencia se encuentra la necesidad de emplear fuentes que aseguren el correcto funcionamiento del sistema ferroviario. Lo que obliga a tirar de ciclos combinados, muy por encima de otras fuentes. Solución que en circunstancias normales permite cubrir el suministro a un bajo coste, pero que se ha vuelto en contra debido al ‘rally’ alcista de esta materia prima, cuyo precio se ha multiplicado por cinco desde el año pasado. Ha llegado a superar los 100 euros por megavatio hora (Mwh), frente a los poco más de 10 promediados durante 2020.

Cuando además el acceso es a través del mercado spot (donde se cruzan la oferta y la demanda) en lugar de contratos bilaterales, el problema adquiere una dimensión aún mayor. Ese es el caso de Adif. Las fuentes consultadas indican que la mayoría del suministro eléctrico de la compañía se cubre a través del mercado mayorista, mientras que sólo una pequeña parte se hace a precio fijo. Situación que le impide eludir los sobrecostes del gas.

La compañía depende del gas natural como fuente para asegurar el funcionamiento del sistema ferroviario

Ello pese a que a principios de año adjudicó a EDP el grueso de sus contratos de electricidad para la red de Alta Velocidad. Puja en la que también están Endesa Energía, Gas Natural Comercializadora y Factor Energía. Los 21 lotes puestos en liza por un importe máximo de 489 millones de euros, durante un periodo de dos años, se asignaron atendiendo a precios indexados al mercado diario del operador de mercado eléctrico designado (OMIE). Con el fin de reducir sus emisiones, la compañía pretende que la totalidad del suministro provenga de energías ‘verdes’ o con garantía de origen. Esto es, de ciclo combinado.

La ausencia de contratos bilaterales, que permiten obtener mejores condiciones de los suministradores en un contexto como el actual, no solo deja a Adif a merced de las aguas revueltas del mercado. Ante el vencimiento próximo de varias concesiones, algunos proveedores energéticos estarían sopesando la opción de no concurrir a la renovación para evitar operar a pérdidas. Sobre todo ante los pronósticos que apuntan a una mayor intensidad en los costes de cara a este invierno.

Con todo, el conflicto es extensible a otros sectores. Entre ellos el cerámico, que la semana pasada alertó de posibles ajustes en la producción y empleo de continuar la escalada. A raíz de este anuncio de ‘máxima alerta’, una empresa azulejera de Villareal ha anunciado la activación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a partir de noviembre para esquivar la factura del gas, que según su patronal ASCER puede incrementarse más de un 148% este 2021. De ser así, se calcula que el impacto global generaría un sobrecoste de más de 700 millones de euros en esta industria.

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