Aplicación de las NIC 36

Aena estudia otro test de deterioro a sus activos en plena crisis de tráfico aéreo

KPMG, auditor de la compañía, aconseja apoyarse en un experto independiente que examine sobre qué puntos se debe centrar este nuevo examen. El periodo a analizar serán los ejercicios de 2021 y 2022.

El gestor aeroportuario ha comunicado ante la CNMV que la reforma aprobada por el Congreso para la Ley de Ordenación de Transporte Terrestre supondrá un gran impacto en los alquileres de comercios y restaurantes. Se estima que se produzca un descenso de ingresos por rentas de aproximadamente 1.500 millones de euros entre 2020 y 2025.
El presidente de Aena, Maurici Lucena. 
EFE
El gestor aeroportuario ha comunicado ante la CNMV que la reforma aprobada por el Congreso para la Ley de Ordenación de Transporte Terrestre supondrá un gran impacto en los alquileres de comercios y restaurantes. Se estima que se produzca un descenso de ingresos por rentas de aproximadamente 1.500 millones de euros entre 2020 y 2025.

El año posterior a la explosión de la pandemia es muy importante para Aena. La compañía aeroportuaria opera pendiente de las decisiones de la administración en torno a las políticas de movilidad, que terminan afectando a la evolución del tráfico aéreo y, por tanto, a su negocio aeroportuario. Los efectos de la lenta recuperación en el tráfico aéreo se verán próximamente en el nuevo test de deterioro que aplicará la empresa presidida por Maurici Lucena. La compañía va a buscar a un experto independiente que le asesore en la tarea, pues la extensión de la pandemia durante este 2021 obliga a replantear los puntos sobre los que debe centrarse el nuevo examen a sus aeropuertos.

Así se lo han aconsejado desde KPMG, los auditores externos de la compañía. De acuerdo a la documentación consultada, los motivos que llevaron a la big four a recomendar la necesidad de un nuevo socio en esta misión fueron las diferentes medidas adoptadas en cada país en los que opera el grupo para detener la expansión del coronavirus. Dichas iniciativas -presentación de pruebas diagnósticas negativas o imposición de cuarentenas a la llegada a un destino, entre otros- motivaron en todas las empresas del grupo aeroportuario “una reducción extraordinaria de su actividad e ingresos que se ha traducido en una fuerte disminución de los flujos de efectivo de explotación”. 

Estas circunstancias, añade la memoria justificativa de este nuevo contrato, “se consideran como indicadores de deterioro de acuerdo a lo establecido por las citadas normas contables”. Aunque el test de deterioro es una práctica habitual en las compañías, el coronavirus ha llevado a las grandes corporaciones a realizar esta tarea con detenimiento. También ha obligado a entidades de la talla de la autoridad europea de los reguladores bursátiles (ESMA, por sus siglas en inglés) a recordar en sus directrices la importancia de estos exámenes tras los efectos de la crisis sanitaria.

El test de deterioro del año pasado empeoró las cuentas de Aena. En concreto, la compañía reconoció en sus resultados consolidados de 2020 un golpe de aproximadamente 108 millones de euros. Pese a no tener impacto en caja, excluir estos deterioros habría reducido las pérdidas netas de Aena, según la información que remitió la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Las cifras se debían al examen realizado sobre dos activos importantes para la firma semipública controlada en última instancia por el Estado. Uno de ellos se detectó en el Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia por importe de 45,3 millones de euros. Se trata del único aeropuerto que en España explota Aena sin ser de su propiedad, sino del Ejecutivo regional, que actúa como concesionario.

La otra corrección valorativa se localizó en los activos de Brasil, propiedad de Aeroportos do Nordeste do Brasil, participado al 100% por Aena. En este caso, se identificó un deterioro por importe de 64,6 millones de euros. Por contra, no se encontraron deterioros para el aeropuerto británico de London Luton, teniendo en cuenta que el contrato de esta concesión contempla cláusulas de reequilibrio económico. Tampoco sufrió ningún deterioro la actividad aeroportuaria de la red de aeropuertos en España, que se reparte entre más de 40 instalaciones. 

El nuevo socio de Aena deberá trabajar con el grupo bajo la premisa de entregar los primeros informes el próximo mes de noviembre. Los trabajos se realizarán en tres fechas muy señaladas: las relativas el cierre anual de 2021, las correspondientes con el cierre del primer semestre de 2022 y las del periodo del cierre anual de 2022. El tiempo de ejecución en suma de estos tres momentos clave será de 15 meses, si bien Aena no admitirá “demoras en los plazos” de cada uno de los períodos.

El tráfico aéreo y las tarifas, claves en el examen

Para realizar este examen a los activos de Aena, la compañía tendrá en cuenta distintas variables que terminan influyendo en el resultado de sus distintos negocios. Una de ellas será la estimación de la evolución del tráfico aéreo, para lo que en anteriores ediciones se ha apoyado en las estadísticas y proyecciones de organismos como IATA y el Consejo Internacional de Aeropuertos. En 2020, Aena tuvo en cuenta varios escenarios para vaticinar cuándo llegaría la recuperación. El más pesimista planteaba que este horizonte no se alcanzaría hasta 2027,  mientras que el más optimista esperaba llegar a niveles prepandemia en 2025. 

De momento, los datos de tráfico dibujan una recuperación progresiva mes a mes en España. Los de agosto -último mes disponible- mostraron una recuperación de más del 60% del tráfico respecto 2019 gracias a 18 millones de pasajeros. Los negocios internacionales, en cambio, muestran una evolución dispar, con los aeropuertos de México con datos muy cercanos a un año sin pandemia. En Reino Unido, no obstante, las restricciones le impiden sacar la cabeza, al igual que a otros grandes aeropuertos como Heathrow. Con todo, analistas como Bank of America se muestran optimistas en sus informes recientes sobre la evolución de Aena en los próximos meses.

Otro elemento a analizar con detenimiento en este nuevo test es el nivel de tarifas aeroportuarias. El nuevo test de deterioro deberá tener en cuenta el plan fijado por el nuevo Dora, que evitaba una rebaja de dichas tasas y fijaba su congelación durante los próximos años. La decisión, cuyos primeros efectos se contabilizarán a partir de 2022, fue bendecida por Aena, que considera que "esta estructura tarifaria garantiza la viabilidad financiera". Las compañías aéreas, no obstante, aceptaron la medida, al mismo tiempo que admitían tener "reservas" al respecto. El Dora marca además el ritmo anual de inversiones de Aena (450 millones), principalmente a través de planes de acción climática y de ampliación de aeropuertos. 

Cristian Reche
Redactor de Empresas

Graduado en Periodismo y especializado en economía. Empecé mi etapa laboral en la delegación de TVE en la Comunidad Valenciana y en otros medios locales y regionales. Más tarde, me incorporé a Economía Digital, donde estuve más de cuatro años, primero en Barcelona y más tarde en Madrid. Entré a formar parte de La Información en mayo de 2021

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