El negocio publicitario de Amazon sigue creciendo a ritmos altos frente a un comercio electrónico algo más ralentizado. El gigante estadounidense ha elevado las ventas reflejadas en su filial local un 25% hasta los 524 millones de euros, de los que la mayoría corresponde con distribución directa a clientes locales de anuncios en sus plataformas online. La matriz luxemburguesa de la que depende inyectó 16 millones "para reestablecer el equilibrio patrimonial" de la filial, que declaró en su resultado contable apenas 1,9 millones de Impuesto sobre Sociedades, el año después de la actas de liquidación por la inspección fiscal por el IVA.
La compañía estadounidense creó en 2016 la que entonces era la cuarta filial en España para gestionar un incipiente negocio publicitario. En aquel primer ejercicio declaró una facturación neta de 4 millones de euros. Siete años más tarde, ese volumen de negocio es muy superior. La inclusión de anuncios en su plataforma ha ido ganando enteros a nivel global y también en España. En total son 524 millones de euros de ingresos totales, frente a los 421 millones del año 2022.
El objeto de esta sociedad se basa en la prestación de servicios de publicidad online a clientes y de trabajos de apoyo a otras empresas del grupo. ¿Cuánto corresponde a esa venta de espacios para anuncios en sus respectivas webs y cuánto a facturaciones a compañías del holding? En las cuentas, recién presentadas y consultadas por La Información, han ingresado 9,48 millones por prestación de servicios a su matriz luxemburguesa, Amazon Europe Core, y a otras firmas de la multinacional en concepto de marketing. El resto no lo desglosa, pero en un porcentaje muy alto corresponde con esos anuncios publicados en España. Por la base imponible de la 'Tasa Google' abonada, queda claro que la facturación directa de publicidad a terceros se situó por encima de los 476 millones.
La inclusión de anuncios, a través de productos o marcas patrocinadas, tiendas propias o 'posts' relacionados con otros artículos, ha ganado muchos enteros en el grupo en los últimos años. Es una de las divisiones que más ha crecido en este tiempo, convirtiéndose en el tercer jugador junto a Google y Meta dentro de este negocio a nivel global. En 2021 en todo el mundo facturaron 31.160 millones de dólares. El pasado año 2023, rozó los 47.000 millones, un 50% más. El ritmo de ese último ejercicio fue del 24% prácticamente calcado al que acaba de registrar en la filial española.
El Impuesto sobre Sociedades declarado por parte de la filial, después de todos los ajustes temporarios y permanentes, fue de 1,9 millones de euros -el beneficio neto fue de apenas 617.000 euros-. Sin embargo, la realidad es que el impuesto a pagar era de 2,7 millones de euros si se descuenta la variación de impuestos diferidos. A cierre de ejercicio habían desembolsado a cuenta ante la Hacienda pública española un total de 2,5 millones. Se trata de una cifra alejada de la cantidad que se desembolsó el año anterior -casi 20 millones de euros-. Y la razón hay que encontrarla en el impacto de la base imponible y de los gastos deducibles de la inspección fiscal que acabó con la firma de actas en conformidad de 68 millones de euros en concepto de IVA.
Una parte muy importante de los costes que tiene la filial, con una plantilla a cierre de ejercicio de 292 personas, tienen que ver con el contrato de servicios de emplazamiento publicitario con su accionista único, la luxemburguesa Amazon Europe Core, y el contrato de licencia de propiedad intelectual con la misma. Es decir, el pago por explotarla en territorio español. De los 462 millones de aprovisionamientos -un 88% de las ventas-, la gran mayoría, como admite la propia empresa, corresponde con los gastos derivados de ese acuerdo con la matriz.
En el capítulo fiscal, la compañía vuelve a desglosar lo que ha abonado en lo que se conoce como 'Tasa Google', es decir, el impuesto especial aprobado hace varios años por el Gobierno de España y que grava los servicios digitales, entre ellos el de la publicidad online. En total ha abonado 14,3 millones por este concepto, con un crecimiento paralelo al de las ventas. No hay que olvidar que se debe pagar el 3% sobre la facturación completa de estos productos -no las refacturaciones a otras empresas del grupo-.
La inyección desde Luxemburgo
Después de las pérdidas del ejercicio pasado, marcadas por esas actas fiscales de la AEAT, la compañía ha llevado a cabo un ajuste para reequilibrar la situación de la filial. Cerró 2022 con un patrimonio neto negativo. Por ello, la matriz ha llevado a cabo una aportación de 16 millones de euros con el objetivo de "reestablecer el equilibrio patrimonial". A esta cantidad se suma la tradicional contribución a los planes de incentivos sobre acciones para ciertos empleados de la compañía. En este caso fueron 3,6 millones de euros aportados por la misma sociedad luxemburguesa. Pero se trata de una práctica habitual para afrontar esas 'stock options', no sólo en Amazon sino en otras multinacionales tecnológicas.
Amazon Online Spain es una de las nueve sociedades -incluidas las dos sucursales y la firma de la plataforma de streaming Twitch- con las que el gigante opera en España. No consolida formalmente en ninguna de ellas, pero desde la compañía se lleva a cabo desde hace años un balance general sobre las grandes cifras. El ejercicio 2023 se cerró con una subida del 11% de las ventas brutas hasta los 7.100 millones de euros. Pero no se precisa el Impuesto de Sociedades global abonado. Esta figura, que grava las ganancias y no los ingresos, se incluye dentro del capítulo de tributos directos junto a la Seguridad Social y el IRPF de la plantilla -ambos se llevan el grueso-. Estos directos representaron apenas el 5% de la facturación.
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