Durante la crisis del coronavirus, Nestlé se ha visto afectada indirectamente en múltiples planos, más allá de la alimentación: desde el cierre de la hostelería a la escasez de recursos naturales fruto de la inactividad. Por eso, la compañía anunció cambios en su dirección financiera en España a principios de mayo, con el objetivo de reorientar las partidas de gasto a reactivar la economía: primero, regando con casi 500 millones de euros en productos a la hostelería en todo el mundo -también en España- para amortiguar sus pérdidas en la reapertura; en segundo lugar, haciendo que sus 10 fábricas en España emitan cero residuos en vertederos, es decir, reaprovechando o reciclando buena parte de su producción perdida.
Aunque se trata de dos medidas que ya venían fraguándose, representan el mejor ejemplo de las aspiraciones de la 'nueva' Nestlé en España: destinar más recursos al entorno más cercano y al medio ambiente como mejor sistema para asegurar el futuro. Por eso, a principios de mayo Nestlé anunciaba un cambio en su organigrama, clave para afrontar la 'nueva normalidad': Michel Fernandes, hasta entonces responsable de finanzas en Nestlé Professional para América, asumía el cargo de director financiero de Nestlé para España y Portugal, en un movimiento de piezas que trataba de asegurar el futuro de la marca a nivel global más allá del sector de la alimentación.
Porque hace tiempo que Nestlé dejó de ser una empresa exclusivamente orientada a la alimentación. De hecho, sus ramificaciones la han llevado en las últimas décadas a estar detrás de negocios tan variopintos como el textil -con Diesel y Ralph Lauren a la cabeza- o la cosmética -con marcas como Vichy o Garnier-. De ahí que el perfil de Fernandes, que proviene precisamente del B2B, sea fundamental a la hora de tomar decisiones orientas a mejorar el negocio haciendo crecer al entorno más próximo.
En este sentido, algunas de las medidas que está desarrollando Nestlé para ayudar al sector de la hostelería en España pasan por la donación de café, equivalente a 15 millones de tazas, y de cerca de 1,4 millones de botellas de agua de Nestlé Aquarel, Viladrau, San Pellegrino y Perrier. También está realizando una extensión del crédito, con el que la compañía pospone y facilita el pago de sus clientes, y ha suspendido las tarifas de alquiler de las máquinas de café, a la vez que impulsará promociones al consumidor para incentivar el consumo y atraer a las personas hacia los bares y los restaurantes en su reapertura.
3.380 toneladas que ya irán al vertedero
En el plano mediambiental, Nestlé España ha conseguido que sus 10 fábricas ya no envíen residuos a vertedero, para lo que ha trabajado con gestores autorizados, como el Grupo Saica, para llevar a cabo un análisis y caracterización de los residuos, ha realizado la correcta segregación y ha optimizado los flujos internos y externos para dar una segunda vida a esos residuos.
Según informaba Nestlé esta semana, coincidiendo con el Día del Medio Ambiente que se celebra este viernes 5 de junio, en 2010 el conjunto de las factorías de la compañía en España produjo unas 3.380 toneladas de residuos a vertedero, una cifra que ha reducido a cero. Algo que el director general de Nestlé España, Jacques Reber, enmarcaba dentro del ambicioso plan medioambiental de la compañía: "Debemos ser motor de cambio y para ello vamos a seguir sumando esfuerzos para ser parte activa en la preservación de nuestro planeta, algo que debemos hacer por nosotros y por las generaciones futuras".
En concreto, se trata de la segunda fase del camino iniciado por Nestlé España hace una década. En la primera etapa, entre 2010 y 2016, la compañía alcanzó hitos como la reducción en un 59,4% del uso de agua por tonelada de producto fabricado; en un 74% los residuos a vertedero y en un 15% las emisiones de gases de efecto invernadero por tonelada de producto acabado. Además de contribuir a la preservación del medio ambiente, Nestlé tiene otro aliciente: que la ecología también es económica.
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