El presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, evita pronunciarse sobre la crisis de gobernanza y ha decidido aprovechar su discurso inicial en la junta de accionistas de 2022 para ensalzar el perfil "altamente cualificado" del consejo de administración, que acaba de ser renovado parcialmente y deberá someterse a aprobación en la cita de este jueves. "A mi juicio, se asegura el mejor análisis y la toma de decisiones estratégicas para la entidad", ha indicado el banquero.
Azuaga ha recordado que se eleva a esta junta la propuesta de renovación parcial del consejo, con el nombramiento de una consejera, Carolina Martínez Caro, y de un consejero, Rafael Domínguez de la Maza, para cubrir las dimisiones que se han dado en las últimas semanas. Asimismo, se propone la reelección de cinco consejeros, entre los que se encuentran los procedentes de la Fundación Bancaria liderada por Braulio Medel. El presidente de Unicaja Banco ha preferido no dar ninguna explicación adicional sobre los cambios más allá de las remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Previamente, Azuaga ha comentado el nuevo entorno bélico. "Tiene ineludiblemente graves consecuencias en la economía mundial y es una fuente de desestabilización e incertidumbre que no es fácil de pronosticar y acotar", ha indicado. España entiende que se está viendo afectada de forma más aguda debido a la dependencia del factor turístico y a la menor pujanza del consumo y la inversión. "Las previsiones claramente se verán afectadas a la baja por el nuevo escenario, a pesar de que la exposición directa es reducida", ha apostillado.
En relación al sistema financiero, Azuaga ha asegurado que la guerra rusa sobre Ucrania suma el inventario de retos. A las dificultades para generar ingresos recurrentes en un contexto de tipos reducidos, la incertidumbre por el conflicto altera las perspectivas sobre la evolución de la calidad de los activos. De hecho, ha reconocido que es posible que esta situación tenga incidencia en materia de provisiones.
Azuaga ha relatado otros desafíos adicionales de carácter estructural, como los que se derivan de la recomposición del sector, la irrupción de nuevos competidores de origen tecnológico, el notorio incremento del peso de la 'banca en la sombra', la gestión de los riesgos vinculados a la ciberseguridad, la dependencia de proveedores de servicios externos y los ligados al paradigma de las finanzas sostenibles (criterios ASG –Ambientales, Sociales y de Gobernanza).
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