La forma más rápida de ser más rentables

La banca se abraza a los ERE como un clavo ardiendo ante la crisis de la Covid

Las entidades preparan miles de salidas en los próximos dos años. Solo tres de los grandes bancos españoles se encuentran en los límites adecuados de eficiencia y la rentabilidad es un camino de espinas.

Montaje de los logos de los seis bancos cotizados en España EUROPA PRESS (Foto de ARCHIVO) 5/11/2018
La banca se encomienda a los ERE como única forma para mejorar la eficiencia.
Europa Press
Montaje de los logos de los seis bancos cotizados en España EUROPA PRESS (Foto de ARCHIVO) 5/11/2018

La crisis de la Covid-19 ha llevado a la banca a acelerar y aumentar el número de despidos previstos para los próximos dos años. El virus ha dejado la rentabilidad de las entidades financieras españolas en mínimos históricos y el ahorro de costes que hace apenas un año se veía como una opción para mejorar se percibe ahora como una necesidad para sobrevivir en un mundo mucho más digitalizado en el que cada vez habrá menos actores. Las fusiones están a la orden del día en el sector. CaixaBank y Bankia, Liberbank, Ibercaja  y Unicaja... varios son los bancos que han movido ficha y buscan una forma de reducir costes que les ayude a superar esta crisis. 

La época dorada de la banca ha pasado a mejor vida. El momento en que las  entidades financieras utilizaban la situación de tipos de interés para mejorar sus ingresos y ser más rentables ha quedado atrás y con estos indicadores en negativo los bancos no tienen más remedio que recortar costes para ser más eficientes y, como consecuencia, más rentables. Menos metros cuadrados de oficinas para sus servicios centrales, una reducción del número de sucursales y, como consecuencia, una rebaja en la plantilla. La banca española, pero también el conjunto de la europea, ha visto en los ERE la palanca perfecta para mejorar sus balances. Salidas masivas de una parte de la plantilla que, por lo general, tiene sueldos más elevados que los recién llegados y que aligera el coste fijo de los salarios. Con ello, los bancos ganan en eficiencia, es decir, tienen que invertir menos para conseguir cada euro de ingresos que generan.

Si se tiene en cuenta la evolución de este indicador, punto clave para calcular la rentabilidad de un banco, en el último año se pueden observar importantes cambios de hasta diez puntos porcentuales. El mejor ejemplo es CaixaBank, que gracias a la salida de más de 2.000 trabajadores que llevó a cabo en 2019 a través de un ERE consiguió mejorar la eficiencia, pasando del 67,9% a cierre de septiembre de ese año hasta el 56,4% en el que ha cerrado el mismo periodo de este año. Es decir, la entidad catalana gasta ahora 11,5 euros menos que hace un año para generar cien euros de ingresos. 

Siguiendo este ejemplo, las diferentes entidades financieras han puesto sobre la mesa reducciones de plantilla de miles de trabajadores que se harán efectivas entre 2021 y 2022. Tal es la necesidad de llevar a cabo estos ajustes que solo la mitad de los grandes bancos españoles están dentro de los límites que los supervisores entienden como realmente eficientes, es decir, solo tres bancos -Bankinter, Santander y BBVA- gastan menos de 50 euros para generar 100 de ingresos. El resto de las grandes entidades llegan incluso a superar los 56, cifras que es necesario reducir para superar el bache que ha supuesto el virus para el conjunto del sistema financiero. 

Los nuevos recortes están a la vuelta de la esquina. La primera en hacerlo oficial fue Banco Sabadell que reducirá su plantilla en unos 1.800 empleados tanto de las oficinas como en los servicios centrales en los próximos ejercicios. La primera reunión del banco con los representantes de los trabajadores ha terminado con el compromiso de llevar a cabo el ajuste a través de prejubilaciones a partir de los 57 años y bajas incentivadas con indemnización de 35 días por año trabajado. La entidad que encabezan Josep Oliú y Jaime Guardiola situó su ratio de eficiencia en 56,3 puntos a cierre del tercer trimestre, la cifra más alta del último año. 

Pese a que se desconocen los datos, el mayor recorte en los próximos años se llevará a cabo en la nueva CaixaBank, es decir, en el banco resultante de la unión de la actual entidad catalana y Bankia. Diversas fuentes cifran entre 7.000 y 10.000 las salidas que será necesario llevar a cabo para lograr las sinergias que ahora se ven sobre el papel. Pese a ello, las entidades rechazan cifrar un posible ERE hasta cerrar la operación, un movimiento que se espera para el primer trimestre de 2021. A cierre del mes de septiembre, CaixaBank situaba la ratio de eficiencia en los 56,4 puntos y la entidad que ahora preside José Ignacio Goirigolzarri, en los 55,6 puntos, casi inamovible desde hace un año. 

BBVA, una de las grandes entidades financieras que se sitúan por debajo de ese 50% que los supervisores consideran positivo -en concreto, en el 45,6%-, rechazó la semana pasada llevar a cabo un ERE para rebajar los costes y, por tanto, ganar eficiencia, si bien admitió que continuará con una gestión dinámica de la plantilla como lleva haciendo ya varios años. Este método es el que han utilizado para reducir su plantilla en más de 800 trabajadores durante este 2020, un número que les lleva a lo más alto del pódium del mercado financiero nacional y a una reducción de más de tres puntos en la ratio de eficiencia en el último año. 

Tampoco llevará a cabo recortes Bankinter, otra de las entidades más eficientes entre las grandes, con una ratio de 46,4% y la única junto con Santander que ha mantenido este indicador dentro de lo aconsejable en el último año. "En Bankinter no sobra nadie", decía tajante María Dolores Dancausa, CEO del banco, hace solo dos semanas, y despejaba así las dudas que se ciernen sobre el sector. 

Santander, la excepción

Santander es la excepción. La entidad que encabeza Ana Botín cerró el mes de septiembre con una ratio de eficiencia del 46,8%, cifra que ha mejorado trimestre a trimestre desde el cierre del ejercicio 2019. En cambio, la entidad planea un ajuste de personal que, a falta de cifras oficiales, rondará las 3.000 personas en España y aglutinará a personal de toda Europa. Este hecho se enmarca, de acuerdo con las palabras utilizadas por la propia dirección del banco para explicar a los sindicatos la necesidad de estas salidas, en la reducción de costes. 

La entidad cántabra redujo en los dos últimos ejercicios su plantilla en más de 4.000 personas a través de los ERE que se derivaron de la operación de Popular. Ahora, se abre una nueva vía para convertir la entidad en la más eficiente y superar a sus competidores en medio de la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. La banca se agarra así a los despidos a gran escala como la solución más rápida para conseguir mejorar en eficiencia y lograr el aumento de la rentabilidad que necesitan para salir de esta crisis más fuertes. 

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