El mercado se mantiene expectante al folleto de la opa hostil de BBVA sobre Banco Sabadell anunciada hace dos semanas. La entidad cuenta con un mes de plazo para presentar el documento de la oferta pública de adquisición ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), si bien el grupo liderado por Carlos Torres aseguró que lo haría alrededor de los quince días posteriores al anuncio, por lo que se espera para los próximo días. La presentación de este trámite supondrá la primera piedra de una operación que, además de granjearse el plácet de los accionistas del banco catalán, debe pasar varios filtros regulatorios.
El respaldo del supervisor español debe ir acompañado del visto bueno del Banco Central Europeo (BCE), un actor clave para que la integración salga adelante. Dentro de la lista de avales necesarios, también es necesario el escrutinio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que debe pronunciarse acerca de si este matrimonio no supone un inconveniente a la hora de garantizar la competencia dentro del sector. En este sentido, uno de los puntos clave radica en que ni BBVA ni Banco Sabadell son líderes en cuota de mercado en ninguna comunidad autónoma, factor que a juicio de los analistas consultados facilita su aprobación.
El organismo encabezado por Cani Fernández juega un papel relevante en este movimiento que busca crear el tercer mayor banco de Europa. Algunos expertos ven a la CNMC como la vía a la que el Gobierno puede recurrir para tratar de influir en la opa a través de su dictamen. Desde que saltara a la esfera pública la intención del banco de origen vasco de fusionarse con el grupo con sede en Alicante, Moncloa ha expresado en reiteradas ocasiones su rechazo a esta potencial unión, alegando problemas de concentración, que podrían derivar en efectos "lesivos" para los consumidores.
Aunque es inevitable que una absorción derive en una mayor concentración a nivel territorial, el mayor punto crítico estaría en Cataluña, que forzaría a imponer ciertos condicionantes a la integración, según AFI. Los equipos de los citados bancos en la región dan una suma conjunta de 9.365 personas, el 27% de la plantilla conjunta a nivel nacional. Al efecto de Sabadell al ser su territorio natural de origen, se añade la adquisición de Catalunya Caixa por parte de BBVA hace una década, que refuerza su presencia en el territorio. Con datos de fuentes sindicales, el número de oficinas en la zona asciende a 343 en el primero y 409 en el segundo, lo que supone casi un cuarto del total que contabilizan en España.
El hecho de que los bancos resultantes de las antiguas cajas de ahorro dispongan de cuotas de mercado significativas desde un prisma regional, con cotas que pueden sobrepasar el 30% en determinadas geografías, es otro de los factores a su favor que pueden contribuir a evitar el veto de Competencia. Desde BBVA, el propio Torres argumentó en base a los cálculos realizados por los asesores legales que la competencia no se vería afectada, ya que la absorción les llevaría a alcanzar un volumen de negocio que en casi todos los ámbitos sería inferiores a los registrados por CaixaBank.
El calendario que manejan desde el banco azul pasa por obtener todos los permisos en un plazo de entre seis y ocho meses, incluido el de los accionistas de Sabadell en un proceso que se torna tenso. Las últimas declaraciones del consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, asegurando que ha infravalorado los costes de la fusión en más de un 70%, cifra que desde BBVA niegan en absoluto han avivado las hostilidades. A esto se añade las diferentes versiones. Mientras los de Sant Cugat del Vallès defienden que la oferta llegó el pasado 30 de abril sin negociaciones previas, desde La Vela aseveran que hubo un acercamiento a mediados del mes pasado.
En este contexto, el resto del sector se prepara para afilar cuchillos ante la expectativa de que la opa se traduzca en una oportunidad para cazar nuevos clientes y ganar terreno en España. Las duplicidades derivadas de este tipo de integraciones suelen llevar a los usuarios a buscar un segundo banco en aras de diversificar sus fuentes de financiación, un escenario propicio para las entidades de menor tamaño, que activarán el radar en aras de crecer a costa del nuevo BBVA-Sabadell.
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