El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha asegurado que la entidad mantendrá una rentabilidad "sostenible" de doble dígito a pesar de la bajada de los tipos de interés, que se espera para el próximo mes de junio. Una posición a la que ha contribuido la "enorme" reducción de costes acometida en los últimos años y que, a su juicio, el mercado ha reconocido especialmente al sector. "Nuestra cotización prácticamente se ha duplicado desde diciembre del 2021 con un crecimiento que duplica la media registrada por los bancos europeos", ha defendido el directivo durante su intervención en el 19 Encuentro de Banca organizado por el IESE y FTI Consulting.
Goirigolzarri se ha encargado del cierre del clausura de la primera sesión del evento sacando pecho de la posición CaixaBank tanto en el negocio puramente bancario como en otras áreas como los seguros, donde opera a través de VidaCaixa, así como de la gestora CaixaBank AM, ambas líderes en cada uno de sus segmentos y con un "altísimo potencial", por lo que la entidad representa un "buen caso de inversión". En concreto, ha señalado que una de cada tres personas tiene domiciliada la nómina en el grupo y concentran una de cada dos pensiones. Estas declaraciones las ha realizado al ser preguntado por la integración con Bankia, un proceso que les ha permitido llevar a cabo un desapalancamiento operativo "extraordinario" gracias a los menores gastos.
Cabe destacar que la opa hostil de BBVA sobre Banco Sabadell amenaza su liderazgo en algunas cuotas de mercado, ya que el nuevo banco resultante podría adelantarle en volumen de activos. A este respecto, ha evitado pronunciarse sobre el tema, como viene siendo habitual, llevando por bandera la premisa de "no hablar nunca de la competencia", máxima que aprendió durante su etapa en BBVA. No obstante, sí que ha apuntado que ve la competencia como "algo bueno" tanto para clientes como para los consumidores y además obliga al propio sector a "madurar y mejorar".
Otro de los aspectos que ha resaltado ha sido la dependencia de la banca, admitiendo la necesidad de reducir su peso, un factor que no ocurrirá hasta que se produzca una ampliación y unificación de los mercados de capitales en Europa. De igual modo, también ha aprovechado para abordar la necesidad de regulación de la banca en la sombra, denominada en el argot 'shadow banking'. Esto ha provocado, según ha argumentado, que la parte no regulada del sistema financiero experimente unos "crecimientos extraordinarios" con respecto a las compañías tradicionales.
"Sin incluir fondos de pensiones ni seguros, la banca en la sombra gestiona cantidades enormes de unos 70 trillones de dólares, pese a no contar con ningún tipo de regulación de capital, de liquidez o provisiones, y compiten con los 'players' tradicionales", ha remarcado. Si bien ha admitido que supervisores y reguladores reflexionan sobre este asunto, Goirigolzarri ha instado a regular estos actores, al igual que las criptomonedas y el endeudamiento existente dentro de este negocio. "Comprendo que es complejo, pero me parece importante para la estabilidad del sistema financiero a medio y largo plazo", ha esbozado.
De su lado, unas horas antes en el mismo evento, el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, ha señalado que si bien es más difícil ver operaciones de compras o fusiones en España, aunque siempre surgen oportunidades, considera que no sería un problema para la competencia. En su opinión, la banca nacional ha demostrado competitividad, incluso con un menor número de entidades con respecto a otros países europeos como Alemania, en los que la concentración es baja.
El banquero ve poco probable que tenga lugar una situación de tipos de interés negativos durante un periodo tan prolongado como el que se ha registrado en Europa. Su escenario central contempla una horquilla de entre el 2,5% y el 3% del precio del dinero, que permitirá a la banca obtener "niveles razonables de crecimiento". En este contexto, Escotet, una de las mayores fortunas de España, se muestra optimista y confía en la capacidad de la banca para mantener retornos a doble dígito que cubran el coste de capital, circunstancia que puede reducir "considerablemente las posibilidades de adquisición".
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