Fase final del proceso

Carlyle recurre a Goldman Sachs para financiar la venta de la pizarrera Cupa

El fondo de 'private equity' busca allanar la puja por el grupo gallego que se está dilatando más de lo previsto por la tormenta que azota al sector industrial y complica la valoración de este tipo de empresas.

Operarios de Cupa Group
Operarios de Cupa Group
Cupa Group
Operarios de Cupa Group

Carlyle ha llamado a la puerta de Goldman Sachs para cerrar un acuerdo de financiación que sirva de puente para el potencial ganador de la puja por Cupa Group, el líder mundial de pizarras para cubiertas. Con este paso, el fondo de private equity aspira a allanar el proceso  de venta de la empresa gallega que se está dilatando más de lo previsto, entre otras razones, debido a la tormenta perfecta que azota al sector industrial y eleva la cautela de los candidatos a la hora de elaborar sus ofertas.

El grupo pizarrero vive un momento dulce. La compañía espera cerrar 2021 con ingresos por encima de los 400 millones de euros, en parte, gracias a la reciente integración de Proinor, empresa familiar de Orense dueña de algunas de las canteras más importantes de España. Cupa adquirió esta compañía el pasado febrero como colofón a un ambicioso plan de compras con el que Carlyle ha engordado Cupa (que ya incluye 65 sociedades) y ha barrido su competencia regional.

El plan de Carlyle era obtener para Cupa una valoración en el marco de la operación de entre nueve y diez veces ebitda, en consonancia con los múltiplos en los que se han tasado compañías similares. Con el paso de las semanas, Carlyle ha comprobado que los inversores no han respondido con la determinación esperada, algo que ha llevado a Morgan Stanley, asesor financiero del proceso, a llamar a la puerta del banco de Wall Street, según coinciden varias fuentes financieras consultadas por La Información.

El proceso ha vivido momentos complicados en las dos últimas semanas, según las fuentes consultadas. Esto explica el interés del dueño del grupo pizarrero por poner la alfombra roja al eventual comprador con un mecanismo conocido como financiación grapa (staple financing en la jerga). A través de este, el vendedor estructura la financiación de la operación, algo que facilita las cosas a los postores, que pueden desentenderse de esta fase de la operación. Carlyle ha pensado en Goldman Sachs para firmar un préstamo que alcanzaría algo más de la mitad del importe de la transacción. Consultado por este diario, el banco ha preferido no hacer comentarios.

Precisamente, la cuestión de la valoración es lo que ha ralentizado la venta en un momento clave para la puja, que ha entrado en su fase definitiva sin un favorito claro, con el fabricante de tejas de arcilla Edilians (propiedad de Lone Star) y el fondo canadiense Brookfield como finalistas, como adelantó 'El Periódico de España' y ha podido confirmar este diario. Si se tienen en cuenta las previsiones de ebitda de la compañía para este año y los múltiplos que baraja Carlyle, la tasación de Cupa podría superar los 900 millones de euros. Pero al bando comprador no le cuadran las cuentas.

La combinación del alza de costes energéticos, el encarecimiento de las materias primas y las grietas en la cadena de suministro, está complicando el proceso competitivo

La combinación del incremento de los costes energéticos, el encarecimiento de las materias primas y las grietas en la cadena de suministro, pone palos en las ruedas del proceso competitivo. El interés inicial que suscitó la venta de Cupa, que atrajo a una decena de inversores, se ha ido diluyendo debido en buena medida a la sensación del mercado de que los números atesorados por el grupo industrial en un momento como el actual podrían no ser sostenibles en el tiempo. Muchos de los inversores que han rondaron a Carlyle en los últimos meses se han ido cayendo del proceso o no han pasado de presentar meras muestras de interés. 

A día de hoy, las ofertas se acercan más al entorno de los 500 millones, según las fuentes consultadas. Esto choca con las expectativas de Carlyle. El fondo se hizo con el 95% de la pizarrera en 2016 y el 5% restante quedó en manos del actual CEO de la empresa, Javier Fernández. La facturación de Cupa rondaba entonces los 240 millones de euros y su ebitda superaba los 40 millones. Carlyle desembolsó 170 millones de euros por la compañía gallega y la intención inicial del fondo era cerrar la venta por un importe que, al menos, triplicase lo que pagó por la compañía gallega hace cinco años.

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