Solución salomónica

La CNMC 'sugiere' a Enagás que deje el consejo de su megaplanta de hidrógeno

El supervisor ha pedido información adicional sobre el proyecto Power to Green Hydrogen Mallorca, la 'joint venture' controlada por la gasista y Acciona, donde la primera ocupa dos puestos en el órgano de decisión.

El consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri
El consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri
EUROPA PRESS
El consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri

La megaplanta de hidrógeno verde controlada por Enagás y Acciona se ha convertido en una patata caliente para la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que debe dar su visto bueno al proyecto dada la condición de gestor técnico del sistema gasista del grupo energético que dirige Gonzalo Aizpiri como primer ejecutivo. En el marco de este trámite, el organismo supervisor le ha sugerido a la empresa semipública que renuncie a sus dos asientos en el consejo de administración de esta joint venture, según han confirmado varias fuentes conocedoras de estas conversaciones a La Información.

La CNMC ha solicitado a la gasista información adicional sobre la iniciativa Power to Green Hydrogen Mallorca, la primera planta industrial de generación de hidrógeno renovable de España, que forma parte del proyecto marco europeo Green Hysland. La instalación será operada a través de una sociedad homónima, cuyo capital se reparten Enagás y Acciona en un 45% cada una. El 10% restante está en manos del Estado, a través del IDAE, y de la mexicana Cemex

El debate lleva un par de meses abierto en la institución que preside Cani Fernández, donde se han producido diferencias internas, como avanzó este diario. "Se trata de una suerte de integración vertical por parte de Enagás que podría derivar en distorsiones de mercado", señala una fuente del sector. La compañía que preside Antonio Llardén parte de una posición complicada para lanzarse a la explotación de los gases renovables. Como gestor de la red de transporte de gas, lo que en la jerga se conoce como TSO (Transmission System Operator), el grupo está limitado por ley para embarcarse en cualquier negocio cuando pueda dar lugar a una situación de conflicto de interés. 

El principal escollo se halla en el artículo 63 de la Ley del sector de hidrocarburos, sobre separación de actividades. "Las sociedades mercantiles que desarrollen alguna de las actividades reguladas (...) deben tener como objeto social exclusivo el desarrollo de las mismas sin que puedan, por tanto, realizar actividades de producción o comercialización ni tomar participaciones en empresas que realicen estas actividades", reza la norma.

La CNMC busca una solución salomónica mientras en Enagás se preparan para asumir el veredicto y actuar en consecuencia. El objetivo del regulador es que el proyecto balear siga adelante, dado que la planta se halla ya en fase de construcción y está muy alineada con los objetivos comunitarios de transición energética (la UE ya se ha comprometido a inyectarle 10 millones de euros). A la vez, urge evitar posibles reclamaciones de otros gigantes del sector, como Repsol o Iberdrola, que compiten con Enagás por liderar la producción de hidrógeno verde, el nuevo maná del negocio energético.

La ofensiva de Enagás en el negocio del hidrógeno verde podría levantar ampollas entre otros competidores, algo que preocupa en la CNMC

Es por ello que la CNMC ha solicitado más detalles sobre el papel que jugará Enagás en la planta mallorquina. Además, el supervisor ve conveniente que la compañía abandone el consejo de la sociedad conjunta, toda vez que la citada ley dicta que ninguna persona física o jurídica tendrá derecho a nombrar a los miembros del órgano de administración de un gestor de red de transporte (...) y, directa o indirectamente, a ejercer control o ejercer derechos en una empresa que lleve a cabo cualquiera de la funciones de producción o suministro". 

Según las fuentes consultadas, Enagás se ha mostrado reticente a ceder terreno de control en la sociedad. La gasista tiene dos vocales en el órgano de decisión, Luis Iglesias y Antonio Martínez Rodríguez, dos directivos con puesto de alta responsabilidad en Enagás Renovable.

Este combustible limpio es la pieza clave del plan de diversificación del grupo gasista, que ya ha impulsado más de 50 proyectos de gases renovables. En su afán por asegurarse un papel protagonista en la transición ecológica, Enagás incorporó a su filial renovable al fondo Ardian, alianza que aspira a convertirse en la mayor plataforma de inversión en infraestructuras de hidrógeno verde del mundo. El alcance del debate que se libra en la CNMC va más allá del futuro de la planta mallorquina y podría determinar el rol de Enagás en el nuevo paradigma energético.

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