El consejo de BBVA se enfrenta este miércoles al desafío de elegir a EY como auditor. El órgano de gobierno de la entidad vasca se reunirá esta tarde en un encuentro donde el relevo de KPMG en la verificación de las cuentas del banco será el punto clave. La reunión tiene lugar en un momento de enorme complejidad, tanto para la entidad que preside Carlos Torres, como para la firma que desde el principio se ha postulado como favorita del proceso competitivo que el banco lanzó a raíz de la sanción del ICAC a KPMG, sanción que la firma ha recurrido.
En el caso de EY, la firma se encuentra sometida a una enorme presión por el impacto del conocido como'escándalo Wirecard', la quiebra fraudulenta de la fintech alemana que ha puesto a la 'big four' en el foco internacional. Recientemente, la comisión de investigación del Bundestag, creada ad hoc para esclarecer el caso, ha señalado que el efecto de la polémica podría impactar más a allá de la filial alemana de la big four y perjudicar a EY a escala global. En las últimas semanas, la polémica ya le ha costado a la firma varios contratos y puesto en riesgo otros acuerdos como el de Deustche Bank, cliente reciente de EY, que ha anunciado que volverá a sacar a concurso el control de sus cuentas en 2022.
El consejo de esta tarde ha venido precedido por un contratiempo que ha agitado la situación procesal de BBVA en el bautizado como caso Tándem. Este mismo miércoles ha trascendido la decisión de la Audiencia Nacional de imputar al actual jefe de Auditoría Interna de la entidad bilbína y quien fuera mano derecha del expresidente del BBVA Francisco González, Joaquín Gortari, por su presunta implicación en la contratación del ex comisario José Manuel Villarejo durante 13 años para que realizara labores de espionaje.
Entre las razones que respaldan la decisión de la Audiencia Nacional se encuentra el contenido del 'forensic' que el banco encargó a PwC, donde la 'big four' detectó varios correos electrónicos en los que el directivo vasco tramitaba regalos destinados a las fuerzas de seguridad del Estado, tal y como ha avanzado 'El Confidencial'. Se da la circunstancia de que PwC también se presentó a la puja por la auditoría de la entidad vasca.
Precisamente, el hecho de que PwC elaborase el 'forensic' llevó a considerar a EY como la más clara favorita entre la lista de candidatas a llevarse el contrato de verificación de las cuentas del banco. Varias fuentes del ámbito legal consultadas por La Información coinciden en que la evolución de los hechos procesales habría confirmado la independencia de PwC y, por tanto, su idoneidad para convertirse en auditora de BBVA tanto como el resto de aspirantes.
El órgano de gobierno del banco, por contra, entiende que con independencia de los últimos acontecimientos judiciales, la eventual elección de PwC podría ser empleada por la Fiscalía Anticorrupción como arma arrojadiza contra la entidad bilbaína en el 'caso Tándem'. La de Gortari, ex jefe de gabinete del expresidente de la entidad y uno de los principales investigados del 'caso Villarejo' Francisco González, viene a engrosar una larga lista de imputaciones que han afectado a altos directivos de la entidad, como Eduardo Arbizu, Antonio Béjar, Juan Asúa o Ángel Cano.
Salvo sorpresa de última hora, el consejo nombrará este miércoles a EY como auditor de sus cuentas a partir del 1 de enero de 2022, ya que el banco vasco mantendrá a la firma que aún preside Hilario Albarracín en el control de sus cuentas para el ejercicio en curso. Previsiblemente, el nuevo contrato tendrá una duración de tres años. Al proceso competitivo por las cuentas de BBVA también se presentó Deloitte, que ya fue auditora del banco entre 2002 y 2016, y cuya candidatura se enfrentaba a incompatibilidades derivadas de los contratos de consultoría que unen al grupo con la entidad bancaria
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