Endesa confirma sus objetivos para este año tanto en beneficio neto como en bruto, pese a recortar un 9% las ganancias en el primer semestre hasta 800 millones de euros, tras una normalización de su evolución y debido a un primer trimestre afectado por el impacto del impuesto energético extraordinario del 1,2% sobre ingresos.
El resultado ordinario neto (el que se tiene en cuenta para el reparto del dividendo) cayó un 12% y fue de 772 millones de euros. Por su parte, situó el beneficio bruto de explotación (Ebitda) en 2.413 millones de euros, lo que supone un descenso del 2,5% respecto al año anterior, fruto de la normalización del negocio de generación térmica convencional compensada por el crecimiento en renovables, comercialización y redes, ha informado la compañía en un comunicado.
Todas las magnitudes financieras se contrajeron durante el semestre. Los ingresos retrocedieron un 20%, a 10.426 millones; mientras que el 'cash flow' descendió algo más de un 26%, para quedarse ligeramente por debajo de los 1.200 millones. Las inversiones brutas también fueron menos significativas que en el primer semestre de 2023, ya que contabilizaron 924 millones, un 16% menos. Endesa ha explicado que este frenazo se debe a que está "siguiendo la orientación de examinar más selectivamente y con criterios de eficiencia dónde comprometer capital de la compañía. El 70% se destinó a redes (44%) y renovables (22%)", apunta en su nota de prensa.
De su lado, la deuda financiera neta se incrementó durante los seis primeros meses del ejercicio un 3,8% hasta los 10.804 millones de euros. Todo ello, según ha recalcado la energética, en un contexto de descenso en los precios mayoristas hasta un promedio de 39 euros/MWh, desde los 88 euros del mismo periodo de 2023. Evolución pareja a la del índice TTF de gas que marcó un precio medio de 29,5 euros/MWh, un 34% menos interanual.
Bajo este escenario, la eléctrica que dirige José Bogas se ha comprometido a alcanzar un beneficio ordinario neto comprendido entre 1.600 y 1.700 millones de euros, y un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de entre 4.900 y 5.200 millones de euros. Además, prevé cerrar próximamente el proceso de venta de una participación minoritaria en la cartera de proyectos solares en operación en España (2.000 megavatios).
"Nuestros resultados nos sitúan en la senda de conseguir los objetivos marcados para 2024. Nuestra estrategia integrada sustenta una gestión efectiva del contexto de volatilidad. Estamos además optimizando nuestra cartera de clientes para incrementar la lealtad de los que aportan más valor, al tiempo que identificamos que existe una oportunidad regulatoria única para apoyar los objetivos de transición energética en España", ha argumentado Bogas.
Una llamada de atención al entorno regulatorio
Endesa ha aprovechado durante la presentación de sus cifras semestrales para hacer una llamada sobre la situación del entorno regulatorio, incidiendo en las metas a las que se enfrenta. En este sentido, Bogas ha incidido en la necesidad de reformar y mejorar la regulación de la red de distribución para hacerla incentivadora de la inversión, "permitiendo aprovechar la oportunidad de reindustrialización y crecimiento que representa la energía renovable y competitiva". "Ahora la red no está dimensionada para afrontar las necesidades de la demanda", ha subrayado.
En segundo lugar, Bogas puso el foco en Canarias para destacar que la flota de generación térmica está "obsoleta" y que la regulación actual no respalda adecuadamente las necesidades de inversión. Recordó en este sentido los dos concursos lanzados por el Gobierno, el de emergencia que ha derivado en la adjudicación de 155MW sobre los 250MW licitados; y el proceso de concurrencia competitiva para cubrir otros 1.361MW. En relación al incremento del 30% de la tasa Enresa (hasta 10,36 euros/MWh) en vigor desde el pasado 1 de julio, la compañía se ha reafirmado en su análisis de que este alza no está alineada con el protocolo nuclear de 2019 y pone en riesgo la viabilidad económica de las centrales atómicas.
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