El despliegue de las redes móviles 5G se está ralentizando ante la "cautela" inversora de las operadoras de telecomunicaciones. Y en este escenario, las proveedoras de infraestructuras como Ericsson acaban viendo afectado su negocio. El gigante sueco cerró el año 2023 con una ligera reducción de las ventas en el mercado español por debajo de los 500 millones de euros y con una alerta a los grupos del sector: "Deberán acometer inversiones adicionales a la red si no quieren perder posicionamiento competitivo".
Los ingresos de la compañía se situaron en los 497 millones de euros, lo que supone un descenso del 2% respecto a lo registrado un año antes. Eso sí, el resultado de explotación (Ebitda) ascendió a 22,4 millones, con un crecimiento del 9% (tasa muy similar a la que creció el resultado neto tras el pago de 2,2 millones de Impuesto sobre Sociedades). "Todo ello a pesar de las dificultades y de la debilidad del mercado de redes móviles", admite en el informe anual de cuentas, recién presentado en el Registro Mercantil y consultado por La Información. En este sentido, recuerda que siguen centrados en gestionar "elementos que están bajo nuestro control, incluida la eficiencia operativa y la estricta gestión de costes".
En esta gestión de los costes se anunció el año pasado un despido a nivel global de más de 8.000 empleados. En España no se hizo pública una cifra específica, pero tampoco se ha visto especialmente afectada la filial principal, sólo recortándose la plantilla en algo más de 30 puestos a cierre del ejercicio, hasta los 2.283 trabajadores. Se ha aplicado una provisión de reestructuración de personal de 1,7 millones de euros que se había apuntado al ejercicio 2022.
Lo que no está bajo su control es el despliegue de las redes móviles 5G por los operadores. Éstos son los que marcan la velocidad y, por tanto, un mayor trabajo -y negocio tanto para la expansión y colocación de su tecnología en torres y centrales sino para su mantenimiento-. En España y en otros mercados internacionales donde Ericsson es proveedor relevante, estas inversiones se han visto ralentizadas. La empresa señala entre los "desafíos" del sector la "cautela" en la gestión de estos desembolsos por sus clientes. A estas incertidumbres de cara a 2024 apuntaba la resolución de la fusión de Orange y Másmóvil y la compra de Vodafone por Zegona y sus efectos en la inversión.
Pese a ese contexto, desde el proveedor de red insisten en que la demanda derivada del creciente tráfico de datos entre los usuarios españoles y el hecho de que el 5G se encuentra "en las primeras etapas de desarrollo" necesitará "inversiones adicionales" en la infraestructura móvil que los operadores deberán acometer "si no quieren perder posicionamiento competitivo". Ya en su momento, a mediados del año 2022, insistía en el riesgo de dejar a España a la cola entre las grandes potencias e insistía en que la inversión necesaria para desplegar toda la tecnología 5G, ya fuera en bandas de espectro radioeléctrico medias como altas, ascendía a unos 14.500 millones de euros.
En esta inversión, según el grupo que era dirigido en España por Andrés Vicente (este fue ascendido como responsable del área de Sudeste Asiático, Oceanía e India), el papel público va a resultar clave, especialmente en áreas poco rentables para las operadoras -especialmente las rurales más pequeñas-. En este sentido, destacan que el programa de ayudas del Gobierno del 5G Único Rural para dotar de conectividad a esos entornos será un "impulso fundamental" para acelerar el despliegue. Vuelven a hacer un guiño a los responsables públicos. Lejos quedan las posiciones especialmente duras con el Ejecutivo español en sus informes años atrás.
Previsiones más optimistas
El grupo nórdico confía en que durante este año tanto la "correcta" ejecución de las reformas e inversiones contempladas en el Plan de Recuperación del Gobierno con ayuda de fondos europeos "permitirá equilibrar el efecto de estos condicionantes". Espera que poco a poco haya una evolución de las condiciones regulatorias que a la postre "aliente una consolidación" del mercado. Apoyan a que existan más fusiones para que los operadores "puedan actuar con retornos positivos y afrontar nuevos ciclos de inversión".
Ericsson es uno de los proveedores más relevantes de la red 5G para las grandes operadoras españolas. De hecho, destaca entre los hitos más reseñables del año pasado el lanzamiento y primeros despliegues con Telefónica y Orange de sus respectivas redes 5G 'puras', es decir, en las que tanto el 'corazón' (llamado en el argot como 'core') y el resto de la infraestructura tienen esta tecnología. Las anteriores tenían esa parte clave sobre la base del 4G por lo que las prestaciones no eran las mismas. Pone el foco en la relevancia de las redes híbridas y privadas "que deberán experimentar una evolución positiva".
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