Millonarios acuerdos mayoristas

Euskaltel ata más su futuro a Orange ante la oleada de fusiones en las telecos

La operadora vasca da el abrazo definitivo a la red de los franceses lo que la hace más dependiente de cara al despliegue del 5G y en plena consolidación.

Euskaltel enfría una venta tras la OPA de Másmóvil y busca apretar con Virgin.
José Miguel García, CEO de Euskaltel y exjefe de Jazztel.
La Información
Euskaltel enfría una venta tras la OPA de Másmóvil y busca apretar con Virgin.

Euskaltel está en todas las quinielas como una de las participantes en la próxima oleada de fusiones y adquisiciones de las telecos. Y en ese contexto, la operadora vasca dirigida por José Miguel García ha atado aún más su futuro a Orange, la segunda compañía del sector por ingresos en España tras Telefónica. Lo hace con un nuevo pacto de acceso mayorista a su futura red móvil de 5G, que se suma a los dos que se suscribieron el pasado mes de diciembre y julio. Con ellos se asegura una infraestructura suficiente para la expansión nacional, su salvoconducto con el que busca revalorizarse ante una potencial compra futura. Y con ellos incrementa los lazos con el gigante francés, uno de los que están llamados a ser 'agente consolidador'.

El primer pacto entre ambas partes surgió en el año 2013. Euskaltel, que trabaja como un operador móvil virtual -alquila la red de terceros y basa su servicio de fijo en su propia infraestructura-, abandona Vodafone y se une a Orange. Era sólo el comienzo de una larga amistad. Dos años más tarde firmó una alianza que le permitía acceder a la red 4G de los galos en sus propios territorios. A finales de 2017, después de la presión del fondo británico Zegona y de haber completado las compras de Telecable y la gallega R, diseñan un plan de expansión en regiones del norte como Navarra, La Rioja o Cantabria. Recurrieron a las redes fijas (y móviles) de la antigua France Telecom, al igual que hicieron a finales de 2019 con la ampliación del acuerdo para toda España, convirtiéndose así en el quinto operador con su marca Virgin Telco.

La relación entre ambos no se ha quedado ahí. El pasado mes de julio se estampó la enésima firma en un acuerdo que le permitía acceder a un mínimo de 1,8 millones de hogares del plan de despliegue de fibra que tenía previsto la operadora francesa hasta el año 2023. Es decir, ampliaba los activos que podrá explotar en los próximos años. Por último, este jueves se comunicó otra rúbrica para tener acceso a la tecnología 5G a partir de enero de 2022. "Las partes podrán negociar el adelanto de esta fecha en el momento en que Orange lance el servicio 5G a nivel comercial de manera masiva", aseguraba en un hecho relevante. Es decir, descarta cualquiera inversión en infraestructura propia y en espectro para las nuevas redes ultrarrápidas.

Con todos estos pasos, Orange es, con diferencia, el principal socio mayorista. Y es que buena parte de los 16,2 millones de hogares accesibles más allá de los 2,5 millones de su red propia están pasados con la fibra francesa. Una parte minoritaria son accesos a unidades inmobiliarias de zonas no reguladas desplegadas por Telefónica. A esto hay que sumar otros pactos minoritarios que se han firmado con operadores 'independientes' como Adamo para completar su huella. La dependencia hacia la multinacional dirigida ahora en España por Jean Françóis Fallacher es alta. En sus cuentas no desglosa el coste anual, pero se trata de decenas de millones de euros. Estas renovaciones, y el incremento del uso, ha llevado también a ahorros unitarios y mejores condiciones globales.

Para Orange es un contrato jugoso dentro de la estrategia que arrancó a mediados de la pasada década. Su objetivo era explotar el negocio mayorista ante los titubeos de Vodafone, que decidió abandonar progresivamente este segmento al entender que no era rentable a largo plazo pues se daban todas las facilidades a operadores pequeños para incrementar la competencia en el sector. Ahora, Euskaltel representa un porcentaje significativo de los más de 900 millones de euros que ingresa por alquilar sus infraestructuras, una cantidad que no ha dejado de crecer en los últimos años gracias, sobre todo, a la fuerte expansión con Másmóvil, que también se ha abrazado a su red para crecer. El cuarto operador supera los 200 millones de euros al año de desembolsos por este concepto, según confirman varias fuentes del mercado.

Esa dependencia no sólo tiene implicaciones en la cuenta de resultados, sino también en las potenciales operaciones corporativas futuras dentro de la ola de consolidación que todos los actores dan por hecha en los dos próximos años. Según explican varias fuentes del mercado, estos cuantiosos contratos con Euskaltel (y con Másmóvil) acarrearían una reducción de las sinergias en caso de una adquisición. Lo habitual en adquisiciones entre operadoras es que haya ahorros importantes en la utilización de la red. El caso de Másmóvil y Lycamobile es claro: este OMV utilizaba la red de Telefónica y la 'migración' a su propia infraestructura implica una mejora de los números.

Una relación de amor... después del odio

Para Euskaltel, estos contratos son el peaje a pagar para su expansión nacional, la gran 'obsesión' de José Miguel García, su consejero delegado. En su plan de negocio contemplan sumar más de 900.000 clientes de banda ancha fija -más del doble de los que tenían en marzo- en los próximos cinco años. Ese fuerte crecimiento implica una fuerte inversión. Y parte de esos desembolsos vendrán por la rentabilización de su red a través de la entrada de un socio financiero que explote una parte de la infraestructura en el norte de España. 

Este apoyo que García ha encontrado en Orange contrasta con el fuerte enfrentamiento que vivieron ambas compañías hace más de una década. ¿La razón? La ruptura de la alianza en telefonía móvil que los vascos mantenían con France Telecom a principios de la década de los 2000. En 2006 se produce el abrupto final de la relación entre ambos para que la compañía -entonces controlada por Kutxabank- se echara a los brazos de Vodafone y su red móvil. La consecuencia fue una sanción de 222 millones de euros dictada por los tribunales franceses y ratificada por los españoles.

Jesús Martínez

Periodista económico nacido en tierras andaluzas (Jaén, 1983). Me incorporé al equipo de La Información a principios del año 2018 para cubrir el sector de las telecomunicaciones, las startups y las grandes empresas tecnológicas. Anteriormente, me ocupé de la misma área informativa en el diario 'El Español' desde su fundación. Durante los años previos colaboré en diversos medios como 'El Confidencial', 'Expansión' y las revistas 'Forbes' o 'Emprendedores'.

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