El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) prefiere avanzar sobre seguro en su estrategia para resolver bancos de pequeño tamaño, que hoy por hoy constituye la única competencia que tiene atribuida. Y ni siquiera de forma exclusiva, toda vez que la función de resolución preventiva corresponde al Banco de España. Ello pese a las reivindicaciones de su presidenta, Paula Conthe, quien durante su primera comparecencia en el Congreso pidió más poderes en la materia para seguir actuando de forma autónoma o, por el contrario, integrarse en el Banco de España.
Además de contar con un mandato más fuerte, el organismo dependiente de Economía considera que integrando todas las funciones de supervisión en procesos de reestructuración bancaria ganaría capacidad para actuar con mayor eficacia e independencia, ya que tiene la capacidad de asumir la gestión de entidades intervenidas y de asumir el consejo de administración de forma provisional. Asimismo, dispondría de más recursos para controlar entidades de crédito afectadas e internalizar servicios considerados clave en el desempeño de su actividad. Entre ellos el referido tanto al asesoramiento jurídico como al estratégico, labor que externalizó hace años ante la insuficiencia de medios internos.
Tras fichar a comienzos de 2020 un ejército de firmas especializadas para actuar con rapidez en el caso de que se produjera una nueva crisis financiera, el organismo ha prorrogado el acuerdo marco ante la incertidumbre que rodea a la banca, y que de momento se materializa en forma de inflación y morosidad. Aunque se trataba de una posibilidad contemplada desde el principio, en la decisión ha pesado que el periodo de validez del presente acuerdo expira de forma inminente, a finales de este mismo año.
Seguirá recurriendo a Clifford, DLA, Garrigues y KPMG como despachos de referencia
Por un lado, seguirá recurriendo a Clifford Chance, DLA Piper, Garrigues y KPMG como despachos de abogados de referencia para realizarles consultas relacionadas con los procedimientos de resolución y posterior ejecución de las medidas necesarias. Al fin y al cabo, tal y como reconoce el propio organismo, necesita recibir un asesoramiento lo más ágil posible para la adecuada ejecución de sus funciones.
En su momento optaron a formar parte de este 'pool' otros bufetes de referencia en el sector de la abogacía de los negocios, como Cuatrecasas, Gómez-Acebo Pombo, Broseta y Deloitte. No obstante, las condiciones se plantearon con la idea de dejar fuera a las firmas pequeñas. Y es que entre los requisitos establecidos por el Frob en el contrato figuraban la presencia, por parte de la firma contratada, de un socio de mercantil con más de diez años de experiencia y otro abogado con una experiencia mínima de cinco años, ambos con conocimientos sobre entidades de crédito.
Por el lado del asesoramiento más financiero, continuará trabajando con Alvarez & Marsal, el banco de inversión Nomura y Analistas Financieros Internacionales (AFI) y, nuevamente, KPMG. El papel que corresponde a estas firmas es más activo, ya que deben encargarse de ejecutar la venta de aquellas entidades menos sistémicas y con problemas de liquidez, buscar posibles compradores o activar procesos de recapitalización. Durante la última década el Frob ha prestado 58.685 millones y sólo ha recuperado 5.600 millones.
De esta forma, el Frob ha priorizado tener a mano el equipo de asesores con el que lleva colaborando desde hace dos años antes que lanzar un nuevo concurso que, como poco, tardaría tres meses en adjudicarse. Igualmente, pese a la necesidad del servicio, ha descartado alternativas como la tramitación urgente o el procedimiento sin publicidad, al entender que los plazos mínimos que exige la contratación pública en estos casos no serían suficientes para garantizar una prona actuación del organismo en un caso prioritario.
Dentro de su capacidad de poder recapitalizar bancos y prestar dinero a las entidades bancarias, El Frob también optó recientemente por prorrogar el encargo de Arcano como consultora en su plan para salir de Caixabank. Entre las opciones barajadas estarían la venta en bloque de al menos dos paquetes accionariales distintos, o la colocación en el mercado de cantidades pequeñas de acciones a diario. Como tercera vía, aunque más remota, se valora buscar un inversor privado.
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