2022-2024

Goiri y Gortázar pactan un plan trienal para CaixaBank con el 'chute' de tipos

Gortázar Goirigolzarri
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank (Izq), y el CEO, Gonzalo Gortázar
Europa Press
Gortázar Goirigolzarri

CaixaBank encara una nueva etapa. Su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, llevan meses trabajando junto a sus equipos en el diseño del Plan Estratégico para el periodo comprendido entre 2022 y 2024. La hoja de ruta que se presentará el martes, 17 de mayo, marcará los objetivos del grupo a tres años vista teniendo en cuenta un contexto radicalmente diferente. El primer elemento más importante es la fusión, tras la cual se ha convertido en un coloso financiero en la esfera doméstica en términos de activos y depósitos. El segundo es el cambio de era en la política monetaria y la inminente subida de tipos en la eurozona. 

Aunque los detalles se darán a conocer al mercado pronto, el grupo tiene la intención de ser tremendamente ambicioso con intención de capturar todas las sinergias de ingresos pendientes tras absorber Bankia. Algunos analistas, en cambio, creen que se mantendrá bastante conservador. La idea es establecer los principales pilares teniendo en cuenta a una nueva CaixaBank a pleno rendimiento, pues hasta ahora los equipos han estado tan concentrados en completar la consolidación que se ha restado foco al devenir del negocio, un descuido muy habitual en este tipo de operaciones. 

CaixaBank se centrará en su crecimiento orgánico en la Península Ibérica (España y Portugal) y descarta rotundamente ampliar su perímetro geográfico como sí que está haciendo la competencia, ni de manera física desplegando su estructura por otros países, ni a través de una plataforma tecnológica como recientemente se ha demostrado que puede ser una fórmula muy eficiente. Se impulsarán los productos de gran valor añadido para poder impulsar sus fuentes de ingresos, sobre todo a través de la especialización y avanzando en el mundo de las empresas, pymes y autónomos, pues el libro de los costes ya mejorará su perfil en el corto plazo tras el gran ERE acordado con sindicatos para 6.452 empleados, el mayor de la historia bancaria española. 

Los tipos de interés de la eurozona, la clave

Paralelamente, una de las cuestiones que les va a impactar en el plan estratégico es cuál va a ser la evolución de los tipos de interés. El euríbor a doce meses está ya en verde tras seis años en terreno negativo, lo que refleja las expectativas de que el Banco Central Europeo (BCE) subirá muy pronto los tipos de referencia, principal revulsivo para el margen de intereses de las entidades y fundamentalmente para CaixaBank, cuyo negocio hipotecario es muy relevante y gran parte de su cartera está vinculada al tipo variable. Muchos esperan el primer movimiento por parte de Christine Lagarde tan pronto como el próximo mes de julio. 

De hecho, CaixaBank calcula que una subida de 100 puntos le puede generar una mejora del margen de intereses de entre un 20% y un 25%, cuyo efecto total es posible que pueda demorarse hasta 12 meses por el tiempo que tarda en repreciarse la cartera completa hasta acabar reflejándose en el balance. El analista de iBroker, Antonio, Castelo, ha comentado a este periódico que al tratarse de una entidad muy bien posicionada ante la subida de tipos que se avecina será importante conocer cómo se planifica. La analista de Renta4, Nuria Álvarez, considera que el mercado vería de forma positiva un crecimiento del margen por encima de un dígito medio.

Bajo este prisma, el nuevo plan estratégico incorporará la posibilidad de que los tipos de interés empiecen a recuperar la normalidad en la eurozona, siendo el primer banco español que incluye esta nueva hipótesis en el cálculo de sus objetivos debido a que la inflación desbocada no deja dudas de que el BCE tendrá que actuar. Asimismo, la entidad actualmente tiene una guía de coste de riesgo de unos 25 puntos básicos para 2022. No obstante, la experta Álvarez, cree que de cara al periodo del Plan Estratégico la media del coste de riesgo podría situarse algo por encima del nivel esperado para este ejercicio. Sus estimaciones apuntan a un coste de riesgo de 30 puntos básicos para 2023 y 2024. De cualquier forma, aconseja que se mantenga contenido y que no recoja un aumento significativo para no poner nervioso a los inversores.

Para Castelo será crucial la guía que CaixaBank lance al mercado sobre su cartera de bonos. La entidad estudia incrementarla en unos 30.000 millones de euros, hasta alcanzar la cifra de 90.000 millones. Antes de ese incremento, un 86% correspondía a emisiones de deuda pública española, siendo su intención diversificar en otros activos. El experto de iBroker espera que cambie el exceso de liquidez que tiene depositado en el BCE pagando por ello un 0,5% por activos más rentables, algo que impactará positivamente en sus cuentas.

Su estrategia con el capital también es determinante. El objetivo interno del banco de CET 1 'fully loaded' con el que se siente cómodo de acuerdo a su estructura de balance y perfil de riesgo se sitúa entre el 11% y el 11,5%. Sin embargo, toma como referencia el nivel del 12% que el mercado tiende a exigir a las entidades. El analista de iBroker insiste en que será relevante ver lo que van a explicar respecto al previsible exceso de capital del que van a disponer. El mercado prevé recompras de acciones, algo que mejorará todos los ratios 'por acción' y que supone una retribución adicional al accionista. Álvarez recuerda que la política de remuneración del banco está establecida en un pay-out superior al 50% en efectivo y un programa de recompra de acciones ya aprobado y pendiente de concretar y ejecutar por un máximo de unos 2.360 millones de euros. 

Respecto a la morosidad, el equipo gestor confía en que no aumentará de manera significativa. Esperan que se mantenga por debajo del 4%. En todo caso, serán prudentes debido a la cartera de crédito avalada por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y a los efectos que la inflación pudiera tener sobre sus acreditados. En todo caso, mantiene las provisiones extraordinarias realizadas tras el estallido de la crisis del coronavirus como escudo y también acaba de crear un fondo de 214 millones para reflejar el impacto estimado derivado del cambio de escenario macroeconómico ante el conflicto de la guerra de Rusia en Ucrania.

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