Dos años de negociaciones

IAG da un ultimátum y apuesta por retirar la fusión de Iberia con Air Europa

El dueño de Iberia no está dispuesto a seguir negociando por adquirir la compañía de la familia Hidalgo y se harta de la inacción del Gobierno. Bruselas podría pronunciarse esta misma semana sobre el acuerdo.

Consejero delegado de IAG, Luis Gallego.
Luis Gallego, máximo responsable de IAG.
JUANJO MOLINA
Consejero delegado de IAG, Luis Gallego.

La ruptura definitiva de la fusión entre Air Europa parece estar cada vez más cerca. El dueño de la compañía española, el holding IAG que preside Luis Gallego, ha asumido que la situación actual hace muy difícil continuar con las negociaciones iniciadas en 2019 y está empujando a su filial a abandonar de manera de una vez por todas las conversaciones, salvo una jugada de última hora por parte del Gobierno que rebaje las condiciones económicas de compra y suavice las medidas draconianas de los servicios de Competencia de Bruselas. 

Cada vez queda menos margen. La Comisión Europea tiene por delante solo 20 días para pronunciarse sobre la operación, tras tomar consulta a los rivales de IAG durante la última semana y estudiar su propuesta de fusión. Aunque la fecha marcada en rojo en el calendario es el 4 de enero, Bruselas podría comunicar su decisión esta misma semana. En verano ya avanzó que no veía con buenos ojos la operación y que temía que la unión de ambas compañías se tradujese en menor calidad del servicio para el cliente y mayores precios para volar en 70 rutas distintas.

La imposibilidad de visualizar un acuerdo favorable ha empujado a Iberia a ponerse de perfil y dejar la resolución de los escollos al Gobierno, como explicó la pasada semana La Información. No se trata de un mero capricho, sino de que el Ejecutivo asuma su propia responsabilidad al haberse inmiscuido en medio del proceso a través del rescate de la SEPI, por un lado, y al tener la capacidad de influir en los servicios de Competencia de la Unión Europea, por otro. En la propia Iberia han afirmado públicamente que la cantidad de factores que ahora mismo marcan la operación suponen "un difícil equilibrio".

Es ahora el Gobierno de Pedro Sánchez el único que puede cambiar el guion. El Ejecutivo debe convencer en Europa de que la transacción es positiva para impulsar en el aeropuerto de Madrid-Barajas un hub de conectividad e insistir en que la cuota de vuelo de otras aerolíneas rivales en sus respectivos países es su­pe­rior a la que dejaría la fu­sión es­pañola. También recordar que, aunque en la mayoría de fusiones entre aerolíneas se ha mostrado reacia, la Comisión Europea sí ha facilitado operaciones corporativas importantes y similares a esta en el pasado, como la de Lufthansa Austrian Airlines.

Pero la tarea más relevante para Sánchez es convencer a Europa que un no a la operación dejaría un futuro muy complicado para Air Europa, habida cuenta de que ya ha agotado gran parte de los 475 millones de las ayudas de Estado y que no ha recuperado su nivel de actividad previo a la crisis del coronavirus por las continuas restricciones. Nadie quiere ser señalado como el responsable de su desaparición.

Reina el pesimismo

El enfado en IAG llega después de que su filial Iberia se haya dado de bruces en Bruselas y haya intentado convencer al organismo comunitario con todo tipo de fórmulas. Solicitó más tiempo para examinar los detalles de la operación y presentó una propuesta voluntaria de cesión de rutas y slots "más generosa", en palabras de la propia compañía, que la planteada en un primer momento. 

Pese a todo ello, los principales directivos han desfilado en las últimas semanas para lanzar un mensaje claro: la compañía es más pesimista ahora que en 2019 y teme no poder cerrar la compra iniciada hace dos años. Consideran que una nueva renegociación del precio es indispensable para continuar adelante y rechazan recurrir a una ampliación de capital para sufragar la compra.

A preguntas de este medio sobre una retirada final de IAG en el proceso, fuentes oficiales del holding prefirieron no hacer comentarios. Tampoco los quiso hacer la propia Comisión Europea, aunque sí recordó que si una de las partes comunicase el abandono la transacción, "evaluará dicha presentación para ver si cumple los requisitos, según las normas de control de concentraciones de la UE".

Redactor de Empresas

Graduado en Periodismo y especializado en economía. Empecé mi etapa laboral en la delegación de TVE en la Comunidad Valenciana y en otros medios locales y regionales. Más tarde, me incorporé a Economía Digital, donde estuve más de cuatro años, primero en Barcelona y más tarde en Madrid. Entré a formar parte de La Información en mayo de 2021

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