Las condiciones de Bruselas a la compra de Air Europa por parte de Iberia no llegarán en noviembre. Pese a que el día 5 de dicho mes estaba marcado en rojo en el calendario de ambas compañías, la aerolínea del grupo hispano británico IAG ha remitido a la Comisión Europea que necesita margen para contestar a todos sus requerimientos sobre las implicaciones de la operación. El tiempo extra, al que Bruselas ha accedido de acuerdo a la ley, otorga 20 días hábiles más -un mes en la práctica- para pronunciarse sobre la unión de ambas compañías españolas. El timing es fundamental en esta operación por la situación que atraviesa la aerolínea de los Hidalgo, que debe sobrevivir durante el verano y podría necesitar una nueva inyección de capital en los próximos meses.
De momento, Iberia ha decidido acogerse al artículo 10 del reglamento de fusiones y adquisiciones de la Comisión Europea, como así se notificó este lunes 19 de julio a la Comisión Europea. La aerolínea podrá ahora ejecutar la opción de incrementar hasta los 110 días hábiles el periodo de análisis de la compra. Fuentes de la compañía reconocen a La Información que la solicitud se ha llevado a cabo para poder trabajar mejor en la operación. Sin embargo, aseguran que siguen confiando en que el proceso no se demore "más allá de 2021", cuando ya se habrán cumplido más de dos años desde el anuncio de compra.
Pero el calendario se ha movido esta vez y puede que no sea la última ocasión que lo haga, pues el resto de competidores de la compañía dirigida por Javier Sánchez Prieto también tienen la posibilidad de solicitar más tiempo a Bruselas para intervenir en el proceso. Compañías como Ryanair pueden parar el reloj de Europa durante sus alegaciones en el proceso. Esta fase se inició hace semanas y consiste en que los rivales pueden señalar en qué rutas les perjudica la compra de la compañía de los Hidalgo por parte de IAG y reclamar así dichos destinos frente a lberia y Air Europa.
No entrarán a enmarañar la operación otras compañías españolas de menor tamaño, como Iberojet. La aerolínea del grupo turístico Barceló considera que su estrategia debe seguir su política de código compartido, que consiste en llegar a acuerdos con los operadores que explotan el largo radio y ofertar plazas excedentes. Es la práctica que lleva a cabo desde 2014 con Iberia para volar a Cancún, el gran destino vacacional del Caribe. De este modo, Iberojet -inicialmente bautizada como Evelop- utiliza el código de vuelo de Iberia y viaja tres veces por semana desde Madrid a la ciudad mexicana.
El calendario en esta operación es trascendental. La crisis del coronavirus ha cambiado el planteamiento inicial sobre la compra de Air Europa, que ha tenido que ser intervenida por el Gobierno a través de la SEPI (Ministerio de Hacienda) con 475 millones de euros en ayudas. El acuerdo inicial de compra con IAG se cerró por 1.000 millones de euros, pero la caída del tráfico de pasajeros y el consiguiente desplome del negocio obligó a renegociar los términos. Ahora, una nueva demora inesperada podría complicar todavía más la operación.
Atentos a los remedies de Europa
A los tiempos ajustados se suma el otro gran condicionante de la operación: los ajustes regulatorios que establecerá Europa como condición a su visto bueno a la compra. Se trata de los ajustes que el Ejecutivo comunitario impondrá - principalmente cesión de rutas - para impedir que la concentración conlleve problemas de competencia. En un primer comunicado oficial, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, reconoció que en el seno de la Comisión existía preocupación por 70 rutas de corto y largo radio que ahora operan de manera dominante Iberia y Air Europa. El temor principal es que la falta de rivales se traduzca en un encarecimiento en el precio de los billetes para los clientes. "Son las principales compañías aéreas de España y también son proveedoras fundamentales de conexiones entre España, el resto de Europa y América Latina", explicó Vestager.
Con el objetivo de resguardarse de las condiciones de Bruselas, Iberia ya se avanzó y llegó a acuerdos con otras compañías para cederles rutas y evitar tener una posición dominante tras la compra. Firmó distintos memorándums con Volotea y W2M (Iberostar) para presentárselos a la Comisión Europea durante su investigación. Pese a que se desconocen los detalles de estos acuerdos, en la compañía española consideran que serán suficientes para contentar a Bruselas.
Con todo, el historial de decisiones del regulador en torno a concentraciones en la industria de las aerolíneas no invita al optimismo. La compra de Transat por parte de Air Canadá, dos grandes aerolíneas extranjeras del mismo país, empezó a gestarse en 2019 y finalizó sin éxito este mismo año por las contrapartidas que fijó la administración. “Tras conversaciones recientes con la CE, se ha hecho evidente que la Comisión no aprobará la adquisición basándose en el paquete de medidas correctivas actualmente ofrecido”, reconocieron ambas empresas en su último comunicado conjunto.
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