A falta de tres meses para arrancar en España, Iryo, el tercer operador de alta velocidad ferroviaria, apura los últimos flecos para ponerse en marcha. La compañía propiedad de la pública Trenitalia, accionistas de la aerolínea Air Nostrum y próximamente Globalvia, tiene lista su oferta comercial para llegar a las grandes ciudades de España y competir contra Renfe y Ouigo, aunque sin entrar en una batalla de precios y priorizando al pasajero de negocios, frente al que se desplaza por ocio y turismo.
La compañía se prepara para ofrecer finalmente hasta 80 conexiones diarias -sin contar las de las paradas intermedias-, según explica a La Información su consejero delegado, Simone Gorini, en su primera entrevista desde que llegase a España proveniente de Trenitalia. Gorini desglosa que el grueso de estas frecuencias se repartirán entre Madrid y Barcelona (32), pero habrá que sumar 16 en su paso por Zaragoza, otras 16 a Valencia, cuatro diarias a Alicante, 12 a Sevilla, 12 a Córdoba y 10 a Málaga en una primera fase.
Sobre los horarios, el compromiso es "llegar a nuestros destinos a muy primera hora de la mañana", como prueba de que se centrarán en el pasajero de negocios, que en España representaría a más de la mitad del total de viajeros de tren, explica el CEO. La modalidad de tarifas ofrecerá hasta cuatro opciones distintas, en función de la gama que se elija, y ninguna de ellas estará orientada al bajo coste. Cada una tendrá asociadas una oferta gastronómica distinta dentro del tren y los precios se regirán por un sistema dinámico, es decir, variarán durante todo el día.
Gorini defiende que sus previsiones iniciales de captación de mercado siguen siendo las mismas que hace meses: transportar ocho millones de pasajeros, el 30% del mercado, en el primer año y alcanzar los 50 millones tras una década en España. Sin embargo, el coronavirus ha modificado parte de la hoja de ruta, retrasando su puesta en marcha -debían iniciar operaciones durante la primera mitad del año- y solicitando un cambio en algunos compromisos al gestor ferroviario Adif.
Parte de esta petición ha sido rechazada por el gestor ferroviario, pero la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) ha entrado en la disputa como árbitro del partido y también está examinando la solicitud, en la que, entre otros, Iryo pide reducir significativamente sus planes de capacidad respecto a su conexión con Alicante. En las próximas semanas podrían anunciarse cambios. "Debe asegurarse el papel de Competencia en la definición del acuerdo marco y de los cánones como organismo regulador independiente", avisa Gorini.
El segundo asunto a abordar en materia regulatoria es la modificación de los cánones, las tasas a pagar al regulador por operar bajo su red y cuya cuantía todavía viene fijada desde los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Ilsa defiende que una bajada de los cánones provocaría un círculo virtuoso, por el que llegaría una subida de la demanda de pasajeros y, por tanto, un mayor ingreso para el regulador. A este respecto, añade que un informe reciente de la consultora KPMG pone de relieve que la demanda de viajes en AVE crecería hasta un 53% si Adif bajase los cánones a los operadores un 13%.
La entrada de Globalvia, muy cerca
La puesta en marcha de Iryo coincide con el cierre de la primera gran operación corporativa de la compañía desde que se constituyó: la entrada de Globalvia como nuevo accionista. Esta operación reequilibrará la posición de los propietarios, dejando a Trenitalia como mayoritario por encima de los accionistas de Air Nostrum, que ahora tienen el 55% del capital social. El esquema de la operación cuenta con la aprobación de Adif y solo queda por llevar a cabo la firma de los implicados.
Con esta operación, Globalvia se reengancharía a la alta velocidad española, ya que se presentó al proceso de liberalización en 2019 y no pudo adjudicarse ninguno de los tres paquetes de capacidad. La firma española participada a su vez por tres fondos de pensiones internacionales (OPTrust, PGGM y USS) pujó sin éxito en su momento por el paquete A y B, a los que se presentaron otras compañías como Ecorail, de la andaluza Magtel, y el fabricante de trenes Talgo. No obstante, Globalvia vio en Iryo una gran oportunidad y encargó la compra de un paquete accionarial al banco de inversión JP Morgan.
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