Ofensiva contra el recibo de Ribera

Las eléctricas se lanzan a una guerra de precios para ganar clientes de tarifa fija

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Francisco Reynés, presidente de Naturgy; Josu Jon Imaz, CEO de Repsol y José Bogas, CEO de Endesa
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Francisco Reynés, presidente de Naturgy; Josu Jon Imaz, CEO de Repsol y José Bogas, CEO de Endesa
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Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Francisco Reynés, presidente de Naturgy; Josu Jon Imaz, CEO de Repsol y José Bogas, CEO de Endesa

En plena tormenta del mercado eléctrico las comercializadoras más grandes del país se han lanzado a la guerra de precios. Endesa, Iberdrola, Naturgy, TotalEnergies (antes EDP Residencial), Repsol... todos los gigantes del sector han activado agresivas políticas de rebajas aplicables a los nuevos contratos de luz y gas vinculados al mercado libre, donde son ellas quienes marcan los precios con plena autonomía. La ofensiva comercial tiene además un componente político, pues el efecto de un desplazamiento de clientes al mercado libre mete presión a la nueva factura de la luz, impulsada por la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, que, al menos en el corto plazo, se ha traducido en una subida del recibo para millones de españoles.

La batalla es común, pero no la estrategia. La empresa que dirige José Bogas, la primera por cuota de mercado, ofrece una bonificación de hasta 120 euros en la factura de luz y gas. La rebaja en el caso del grupo que preside Ignacio Galán llega hasta el 35% mensual. La compañía que pilota Josu Jon Imaz  asegura un descuento mensual de 100 euros que adereza con una rebaja de 150 euros en carburante, condicionados a la contratación de tres productos de gas y luz y el compromiso de un consumo estable anual de 2.000 litros de carburante Premium

El reclamo en el caso de la energética que preside Francisco Reynés es una papeleta para participar en un sorteo de diez iPhone 12. Más comedida, la petrolera francesa que dirige en España Javier Sáenz de Juber, la cuarta por cuota de mercado en nuestro país (2%), ofrece planes personalizados y un descuento extra del 10% en el recibo de la luz. La mayoría de estas ofertas se abren a mejorar las condiciones si el cliente encuentra un precio más  atractivo en el mercado. Se trata de ofertas relámpago pues para beneficiarse de ellas los consumidores deben firmar antes de que termine el verano. 

Históricamente, el precio que han pagado por la electricidad los españoles acogidos al mercado regulado ha sido más bajo que las distintas tarifas del mercado libre, dado que en el segundo las compañías incluyen una prima en el precio final al ofrecer una tarifa anual fija que evita al consumidor las oscilaciones del precio al que se negocia la energía en el mercado mayorista. De las ocho empresas que operan en el primero, las conocidas como 'comercializadoras de referencia', la mitad son propiedad de las cuatro grandes eléctricas anteriores

Las comercializadoras de referencia deben operar, por ley, con un nombre diferente. Se trata de EnergiaXXI (Endesa), Gas & Power (Naturgy), Régsiti (Repsol),  Curenergía (Iberdrola) y Baser COR (EDP). Desde el 1 de junio, estas adaptaron sus tarifas a la nueva factura por tramos horarios aprobada por el Consejo de Ministros. El cambio se tradujo en una considerable subida, cercana al 9%, para los consumidores del mercado regulado que ya estaban acogidos a una discriminación horaria. Varias de estas empresas revisaron al alza sus precios en una proporción mayor a la derivada del giro normativo, dando lugar, en ciertos casos, a incrementos superiores al 20%.

El último informe de supervisión del mercado minorista de electricidad publicado por la CNMC refleja que en 2019 (último año analizado) los españoles acogidos al mercado regulado pagaron por la electricidad un 7% menos de media que en 2018. La factura anual de estos consumidores fue, además, un 17% más barata que la que afrontaron los hogares vinculados al mercado libre. Con todo, el número de consumidores que optan cada año por contratos estables fuera del mercado regulado ha ido ganando peso (ya suponen un 60%), en detrimento de aquellos que se adhieren a tarifas que se guían por los precios diarios del pool eléctrico. 

Si hay que destacar una de las razones para esta reversión esa es, sin duda, la violenta subida del precio de las emisiones de CO2. Entre 2013 y 2018 el coste medio de la tonelada de CO2 se mantuvo relativamente estable. Ese último año Bruselas decretó la entrada en vigor de un nuevo marco normativo que, entre otras cosas, aceleraba el ritmo de reducción de emisiones, lo que tensionó los precios, y redefinió los derechos de CO2 como instrumentos financieros, lo que disparó la especulación. En 2018, el precio medio de la tonelada de CO2 rondaba los 16 euros. En 2019, subió hasta los 23. 

Dejando al margen el atípico 2020, en lo que va de 2021 el promedio se sitúa por encima de los 39 euros. En las sesiones más recientes, la tonelada de CO2 ha rozado los 50. Esta escalada explica en buena medida el descontrol del mercado mayorista. La luz se ha instalado en máximos históricos desde el arranque de 2021. En el día de hoy alcanzará su precio máximo histórico en un sábado, pese a caer tras cinco récords consecutivos. La guerra de precios de las grandes eléctricas debe entenderse en este contexto, en el que ofertas y promociones, tan fugaces como el propio verano, ganan atractivo frente a la incertidumbre de una escalada que ha desbordado al país.

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