"Somos una entidad ejemplar"

Las empresas de apuestas rehúyen de la cátedra de juego responsable de la ONCE

Vendedora ONCE
Vendedora de la ONCE.
ONCE
Vendedora ONCE

La ONCE y la Universidad Complutense cumplen un año desde que pusieron en marcha una cátedra con la que promover la investigación del juego responsable. Una iniciativa -que pese haberse abierto a otras compañías privadas del sector- estas han preferido rehuir a dicha llamada, manteniéndose al margen. El objetivo principal que busca la compañía, caracterizada por ofrecer empleo a personas discapacitadas, y la universidad pública es conocer cómo incide la venta de loterías en la sociedad. La ONCE apenas tiene el 4,5% de la cuota de mercado en España, sin embargo, su presencia es notable en todos los barrios del país. Un escenario que ha lanzado a la entidad a liderar su apuesta por ayudar a la sociedad en un mercado -el del juego- cada vez más regulado y bajo la atenta y continua mirada del ministro de Consumo, Alberto Garzón.

"Nadie ha llamado. Nosotros estaríamos encantados de que a este carro de juego responsable se pudiese sumar aquellos que verdaderamente gocen de la credibilidad y de la reputación que tenemos nosotros. De momento, los que estamos a pecho descubierto somos solo nosotros porque nos va la vida en ello. Nosotros si subsistimos es porque se sabe claramente que es lo que hacemos. Nosotros no tenemos un accionista, ni repartimos dividendos. Aquí el patrimonio de nuestra riqueza es el de toda la ciudadanía", apuntan fuentes de la ONCE. 

Hace menos de una semana, el Senado dio luz verde a la Ley del Juego. Según el Ejecutivo se busca aumentar "la seguridad, el control y la protección" de dicha actividad. Entre las medidas aprobadas se encuentra regular la publicidad de los operadores de juego, que se deberá hacer bajo el principio de "responsabilidad social". También se almacenarán por un tiempo máximo de un año datos de personas que puedan haber incurrido en algún tipo de comportamiento o posible fraude vinculados a la competición. 

En la Ley del Juego se incluye un apartado dedicado al régimen fiscal, que grava la autorización, celebración y organización de las diferentes actividades de juego que puedan explotar los operadores habilitados. No obstante, este nuevo impuesto no estará sujeto sobre la actividad de las loterías.

La ONCE quiere dejar claro que su compromiso con el juego responsable no es por la presión ejercida desde el Gobierno, sino que es una estrategia a largo plazo que comenzó hace ya varios años. De hecho, y sin ir más lejos, la empresa destina hasta 400 millones de euros al año para inversión en materia social. En estos 84 años han ido evolucionando su forma de operar, desde la tradicional venta del cupón. Al final, y por encima de todo, remarcan que están los derechos del consumidor. Se definen como "centinelas de la inclusión" y argumentan que conocen de cerca al cliente "tanto sus tristezas como sus alegrías". "Somos una entidad ejemplar", sentencian.

Este cuidado de la imagen es clave para la ONCE. "Nos auditamos constantemente. Tenemos que ser guardianes de nosotros mismos porque qué pasaría si la gente perdiese la confianza en nosotros. Sabemos cómo hacer las cosas. Buscamos rigor y transparencia hacia los ciudadanos y mostrarles que las cosas son como son".

La cátedra de juego responsable esta organizada a través de 'focus group' y se emplean aparatos de 'neuromarketing'. Una actividad de la que nadie se lucra salvo los propios investigadores. Esta iniciativa es pionera en España porque jamás nadie se había atrevido a aplicar la ciencia a un tema tan cercano al ser humano que, al final, es también un ser lúdico. Desde la ONCE no se cierran a nuevas investigaciones y ya preparan con las 60 universidades de comunicación del país preparar una campaña publicitaria de juego responsable.

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