Movimientos en el sector de la energía

Los fondos convierten la operación de Naturgy en el eterno día de la marmota

Los grandes inversores han invertido en las compras y ventas de redes energéticas desde 2010 más de 15.000 millones con el mismo patrón de entrada, revalorización, troceo y salida.

El precio de la electricidad ha marcado récord.
Los grandes fondos de inversión pujan por las redes de electricidad y de gas.
EFE
El precio de la electricidad ha marcado récord.

Es el día de la marmota. Un ciclo que se repite. Los grandes fondos de inversión están reproduciendo en Naturgy el patrón que ya han aplicado en la compra de redes de distribución de gas y de electricidad en España y en el que han invertido más de 15.000 millones, según la suma de las últimas operaciones. El esquema es siempre el mismo, grandes fondos de inversión y de infraestructuras como Goldman Sachs, Morgan Stanley, JP Morgan, GIP o CVC adquieren toda o una parte de la red de distribución de una compañía, la engordan, la trocean en algunos casos y la venden a mejor precio. Dan el pase a otros fondos, los de pensiones, cuyo horizonte de inversión va más allá de los cinco años habituales y que buscan activos con rentabilidad asegurada por los pagos del Estado, como los tubos del gas o los tendidos eléctricos.

La presencia y la presión de los grandes inversores en los sectores regulados va en aumento. Un exalto cargo de la CNMC relataba con cierta sorna hace más de dos años cómo el presidente de una de las compañías energéticas cotizadas y con actividades reguladas utilizaba como muletilla habitual la expresión "mis fondos dicen, mis fondos creen" para justificar sus posiciones. La anécdota revela el peso que los grandes inversores han adquirido en el sector energético.

Lo han hecho paso a paso y rotando. En el sector gasista, además de la oferta de última hora del fondo australiano IFM sobre Naturgy, los protagonistas de los últimos años se han ido relevando a medida que se incrementaba el valor de adquisición de los activos. Las empresas protagonistas han sido Redexis, Madrileña Red de Gas y Nortegas. Goldman Sachs compró el 50% de Redexis a Endesa y la revendió en 2018 a los fondos ATP, USS y los chinos GT Fund y CNIC. Morgan Stanley, por su parte, apostó por invertir en la red de la antigua Gas Natural; compró una parte en 2010, constituyó Madrileña Red de Gas en 2010 y cinco años después le dió el pase al fondo soberano chino Gingko Tree Investment y al holandés PGGM. JP Morgan se fijó en los activos de EDP -Naturgas, hoy Nortegas-. A día de hoy, señalan con intención en una de las grandes consultoras, todavía no ha vendido.

Todos presentes

El conjunto de las operaciones de compra y de venta en las redes de gas en los últimos años supera los 10.000 millones de euros. En el sector eléctrico, con cifras menores, de en torno a 5.000 millones, el interés de los fondos también es elevado. A través de compras en Bolsa o por operaciones directas, todos los grandes inversores institucionales están presentes en España. Algunos como el fondo australiano Macquarie se han movido con celeridad . Macquarie compró el 60% de Viesgo en 2015 tras la salida de la alemana EON, se hizo con el 100% en 2020 y la vendió pocos meses después a EDP por 2.700millones. Ciclo de cinco años.

Fondos de EE UU (Black Rock), de Reino Unido (CVC), de Qatar, Kuwait (KIA) o Noruega (Norges Bank) participan en el negocio de distribución cuyos beneficios dependen del BOE. Ha sido y es una buena inversión. En los últimos años, y hasta los recientes recortes impulsados por Competencia, han obtenido rentabilidades por encima de las que habían logrado las empresas de telecomunicaciones o Aena, que se sitúan entre el 6,48% y el 4,40%,según los informes de la CNMC.

En 2017,  Competencia detectó y detalló en su informe sobre el sector eléctrico un importante incremento de la rentabilidad económica de la actividad de distribución de las eléctricas. El retorno sobre la inversión (ROI) había pasado del 6,57% en 2013 al 8,16% en 2016. Y la rentabilidad para el accionista (ROE) superaba el 10% en todas las empresas examinadas.

Cuestión de estrategia

La estrategia de los inversores institucionales en el negocio eléctrico tiene matices distintos al del gas. La operación de Macquarie en Viesgo es un ejemplo. El fondo australiano compró la compañía a otros fondos, pero no la ha vendido a otros colegas, sino a otra eléctrica, EDP. La razón está en que mientras el negocio del gas es  una actividad de transición, la electrificación de la economía ha puesto de manifiesto el valor de los tendidos por los que tiene que circular la energía. Las eléctricas se han dado cuenta.

También lo han visto los fondos. BlackRock, Norges Bank -gestor del fondo estatal de pensiones de Noruega- y CVC han puesto la lupa sobre las filiales de distribución de los grandes grupos. Saben que el momento es oportuno porque se está produciendo toda una reconfiguración del sector. El auge del autoconsumo, las expectativas que abre vehículo eléctrico y la entrada en el negocio de nuevos agentes -empresas de servicios energéticos- presionan sobre la distribución eléctrica, que necesita dinero fresco.

El día de la marmota en Naturgy alerta y ocupa al Gobierno. En el sector de la energía ya no se llevan los grandes conglomerados integrados verticalmente. Pero preocupa la presión de los fondos, acostumbrados a sacar partido de la máxima de que una empresa, dividida con la adecuada precisión, puede valer más troceada que en conjunto. No se trata sólo del sector energético. Los grandes inversores tienen puesta la lupa sobre otros sectores estratégicos como las telecomunicaciones. Por eso la posición gubernamental en la operación Naturgy es importante, porque marcará las decisiones de inversión. 

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