Subida de sueldos con la inflación

Los sindicatos exigen por carta a AEB y CECA renegociar el convenio de banca

El ala sindical se subleva y pide abrir el Observatorio Sectorial para revisar los acuerdos con cada patronal tras el giro del IPC. La presidida por Fainé ya ha aceptado, pero no lo ha hecho por ahora la de Kindelán. 

Alejandra Kindelán
Alejandra Kindelán, nueva presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB)
Agencia EFE
Alejandra Kindelán

Los empleados de las entidades financieras exigen activar la cláusula de revisión de los dos convenios laborales cerrados en 2020 y 2021, respectivamente, ante el cambio radical del entorno económico. Los sindicatos han remitido sendas misivas a la CECA y a la Asociación Española de Banca (AEB) en las que piden la apertura del Observatorio Sectorial. La patronal que preside Isidre Fainé ya ha trasladado que acepta iniciar conversaciones para la revisión, si bien la que capitanea Alejandra Kindelán todavía está estudiando esta invitación, según ha podido saber La Información. 

Desde la sección sindical de un gran banco confían en que la AEB responderá a la carta con intención de empezar a hablar, aunque amenazan con organizar movilizaciones si la rigidez es absoluta. Una vez puedan convocar la primera reunión, que en el caso de CECA -que aglutina entidades como CaixaBank, Unicaja, Abanca, Kutxabank o Ibercaja- se espera pronto, los trabajadores trasladarán que el entorno se ha transformado y que los convenios se deben acomodar a la nueva situación, en la que la inflación aprieta cada vez más el poder adquisitivo de la plantilla pero a su vez las previsiones de resultados de negocio son mucho mejores y la banca ya empieza a descontar una próxima subida de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) que empujará los márgenes al alza. 

La activación de las cláusulas de revisión mediante la apertura de los conocidos como observatorios sectoriales permiten abordar situaciones sobrevenidas en convenios ya cerrados -los actuales están vigentes hasta 2023-. Al nuevo escenario macroeconómico o a los bandazos regulatorios, como la reforma laboral que deberá adaptarse al acuerdo de banca, se le suma también una situación de cambio tras el intenso proceso de concentración sufrido este último año, cuyas fusiones aún se están digiriendo. Aunque son muchas las peticiones y las materias que se han de poner en revisión, como la corrección de desequilibrios enquistados ligados a la brecha salarial de género, la representación laboral coincide en la necesidad de acometer una subida de sueldos.

Los sindicatos calculan que los banqueros se han subido el bonus un 37,77% desde 2018, por lo que discutir una subida salarial en medio de la inflación es "indiscutible"

El análisis profundo y exhaustivo sobre los importes considerados oportunos todavía no se ha realizado, por lo que los sindicatos no están en disposición de hacer público un porcentaje de incremento concreto. No obstante, calculan con indignación que los directivos se han aumentado un 37,77% sus retribuciones entre 2018 y 2021 y las ganancias empresariales han subido un 34,17% en el mismo periodo, por lo que tienen claro que los sueldos son uno de los puntos más relevantes a discutir dentro de la revisión del convenio. La fórmula aplicable tampoco está clara, pues podría venir a través de una paga extra anual o un alza porcentual de las tablas de manera escalonada, entre otras. 

¿Había necesidad de destruir tanto empleo?

Precisamente este martes, CCOO ha presentado un informe en el que recoge el mapa bancario español desde 2008 a 2021. Son trece años en los que la industria bancaria española ha pasado de estar formada por 88 entidades a apenas 10 grupos. Su afecto directo ha sido la destrucción de 116.500 puestos de trabajo, pasando de una plantilla superior a los 276.497 trabajadores a alrededor de unos 160.000; así como el cierre de 23.673 sucursales. El año pasado, 2021, fue precisamente el año más tormentoso tras echar a la calle a 18.000 empleados. En la presentación del documento, el sindicato ha asegurado que estas cifras dejan la población bancarizada de España en un nivel inferior a la que existía cuando Franco todavía vivía. 

Tras este nuevo paradigma, parece que por primera vez en una década la banca empieza a plantearse la necesidad de lanzar convocatorias de empleo. Los ERE masivos han dejado las oficinas sin capacidad para atender a sus clientes e incluso se ha agudizado el problema de la exclusión financiera. Las zonas rurales, los colectivos seniors y hasta las personas de baja renta están siendo los más damnificados. La representación sindical tiene claro que hay espacio y capacidad para contratar, más aún cuando las inversiones en tecnología estén a pleno rendimiento y permitan ver la realidad de las eficiencias ganadas tras las últimas reestructuraciones. 

En caso de que no contraten a más personas, la plantilla teme que el grado de satisfacción empeore y que la Autoridad Administrativa Independiente de Protección del Cliente Financiero se desborde. Otra cuestión de relevancia es la reducción del potencial de otorgamiento de crédito en un momento estratégico en el que lo crucial es que este fluya, sobre todo para asignar los recursos de los fondos Next Generation EU y los que de forma aparejada puedan concitarse. La carga por empleado de banca en España se sitúa en el 38%, de modo que cada profesional atiende a una media de 300 personas. En Europa solo roza el 19%. 

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