Alta eficiencia

Pfizer vs. Moderna: el pulso de la vacuna está en EEUU y en sorprender al 'rival'

Ambas compañías estadounidenses deberán confirmar los buenos datos adelantados y obtener la correspondiente aprobación por parte de los reguladores. 

El mapa de la vacuna para salvar vidas marca el paso a una recuperación difícil
El mapa de la vacuna para salvar vidas marca el paso a una recuperación difícil
Pixabay
El mapa de la vacuna para salvar vidas marca el paso a una recuperación difícil

Pfizer y Moderna son las dos compañías (estadounidenses) más adelantadas en la carrera por la ansiada vacuna. La primera gozó del factor tiempo como principal baza ya que fue la que adelantó más pronto los datos de su ensayo clínico. Lo hizo con cierta sorpresa ya que arrojó una efectividad del 90%, bastante más de lo esperado incluso por los más optimistas. No obstante, este lunes la segunda no podía ya batir a su 'rival' en plazos y lo ha hecho con los datos positivos de su vacuna, que ha tenido una eficiencia del 94,5%, casi cinco porcentuales más. 

Los expertos sanitarios tienden a rebajar la 'euforia' o el optimismo sobre la vacuna. ¿El motivo? Todavía tardará meses en llegar y el gran problema será su producción en masa. De hecho, la vacuna de Moderna aún no ha sido presentada para su aprobación, por lo que aún pasarán semanas o meses antes de que esté lista para su distribución. Por su parte, Pfizer comunicó tras sus avances que esperaba enviar la solicitud de aprobación al regulador estadounidense, la FDA, en una semana. 

Además, hay otros factores que llaman a la cautela ya que si bien los datos de eficiencia son positivos, las muestras aún son reducidas. En ambos casos los avances se sitúan sobre el análisis de menos de un centenar de voluntarios, por lo que en las próximas semanas se conocerán datos mucho más concluyentes. Además, ninguna de las dos farmacéuticas ha publicado un estudio científico completo avalado por instituciones independientes. 

En el caso de Pfizer está testando el compuesto en 43.538 voluntarios de todo el mundo y el dato del 90% de efectividad se logró a través del análisis a 94 voluntarios, que se lograron siete días después de la segunda inyección de la vacuna. De hecho, de todos estos voluntarios, un mínimo de 38.955 ya habrían recibido las dos dosis. Por su parte, en el caso de Moderna el ensayo es con 30.000 personas de EEUU y la mitad de participantes habría recibido ya la vacuna, aunque los datos avanzados de eficiencia del 94,5% han sido sobre solo 95 casos. 

Este mismo lunes, la Agencia Europea del Medicamento comunicó que ha comenzado a evaluar el primer lote de datos sobre la vacuna de Moderna, que provienen de estudios de laboratorio y está realizando ensayos clínicos a gran escala, por lo que espera resultados en breve. Estos datos proporcionarán información adicional sobre la efectividad de la vacuna, su seguridad y su calidad farmacéutica. 

Ambas vacunas tienen sus similitudes y diferencias. El tamaño de cada empresa es un elemento diferencial. Pfizer es un gigante consolidado en su sector que cuenta con una capitalización de mercado superior a los 205.000 millones de dólares y que le permite financiar la búsqueda de la vacuna desarrollada por Biontech, mientras que Moderna, pese al rally experimentado durante este año, tiene un valor de mercado de 38.000 millones y busca aliados, como es el caso de la española Rovi, para la fabricación de su vacuna al elaborar los viales para todos los mercados excepto EEUU. Esta dimensión distinta es lo que explica que, al ser más pequeña Moderna, su rally sea superior (+365% a doce meses) al de Pfizer (+4%) y en línea con Biontech, que multiplica por cinco su tamaño en la bolsa alemana.

El principal elemento en común es que se trata de vacunas desarrolladas con tecnología 'ARN mensaje', que se suministrarán en dos dosis, espaciadas 28 días. El objetivo es buscar una mayor efectividad gracias a que es el propio organismo el que produce esta proteína inoculando, solamente, el código genético (ARN) que porta el virus en su interior, protegido simplemente por un lípido. Es decir, introducen el ARN del SARS-CoV-2 en las células de nuestro organismo y éstas producen la proteína del virus como lo harían si estuvieran infectadas.

Otra gran diferencia entre una y otra radica en su almacenamiento. La de Moderna no necesita temperaturas bajas para su conservación (similares a un frigorífico), lo que beneficia su distribución y mayor conservación. Por su parte, la de Pfizer tiene aquí una gran desventaja puesto que debe almacenarse a -70 grados de manera obligatoria ya que a temperaturas altas su duración es de pocos días. Adam Vettese, analista de la plataforma de inversión multi-activos de eToro, destaca este elemento ya que "el hecho de que su vacuna pueda almacenarse entre 2 y 8 grados centígrados durante 30 días podría suponer un cambio radical en la situación y eliminaría un importante obstáculo para su uso en los países más pobres, donde quizás no haya acceso al transporte bajo cero que requiere la alternativa de Pfizer". 

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