Evergrande sigue copando todos los focos en terreno empresarial, mientras avanza paulatinamente en su desmantelamiento. El último movimiento ha sido la suspensión de cotización del gigante chino en la Bolsa de Hong Kong, después de conocerse que su compatriota, la inmobiliaria Hopsos Development Holding, vaya a hacerse con el 51% de la unidad de gestión inmobiliaria del grupo. Un acuerdo que podría valorarse en más de 40.000 millones de dólares hongkoneses (alrededor de 5.140 millones de dólares).
Este tipo de operaciones era una de las posibilidades que se barajaba para su rescate; de hecho, lleva varios días desprendiéndose de parte de su negocio con el objetivo de conseguir liquidez para ayudar a resolver sus grandes problemas de deuda y evitar un incumplimiento. Recordemos, que la crisis de Evergrande ha llegado a ser apodada como el 'Lehman Brothers chino'. Es la inmobiliaria más endeudada del mundo, con un pasivo de al menos 305.000 millones de dólares.
El temor por el colapso de una de las compañías más grandes de todo el globo (inmobiliaria, parques de atracciones, embotelladoras de aguas, coches eléctricos e, incluso, propietario del equipo de fútbol de Guangzhou, así como centenares de miles de empleados) ha contagiado durante días al resto de mercados, ante el temor de los inversores. Quien por su parte se muestra más optimista es Xu Jiayin, el presidente de Evergrande que llegó a decir en una carta dirigida a sus trabajadores hace unos días que creía que "con los esfuerzos y el duro trabajo de todos" la compañía saldría de "su momento más oscuro".
Ascenso meteórico
Xu Jiayin es el rostro que hay detrás de Evergrande y aunque ahora se erija como todo un magnate inmobiliario y uno de los hombres más ricos de China, su historia empieza desde más abajo. Nació y se crio en la China rural, en la provincia central de Henan, junto a su padre, que era un trabajador de almacén y veterano de la Guerra Civil, y sus abuelos. Su madre murió cuando él apenas tenía ocho meses. Durante un discurso en 2017 llegó a decir que durante su infancia su menú consistía básicamente en boniato y pan. "Mi mayor deseo era salir del campo encontrar un trabajo y poder comer mejor", reconoció entonces.
Durante su adolescencia, trabajó en una empresa de acero donde ascendió hasta llegar a ser gerente general de la planta. A principios de la década de los noventa, se mudó a Shenzhen, donde fue desarrollando su carrera. En aquella época, tal y como relata la BBV, Deng Xiaoping, un promotor de las reformas pro-mercado que le hicieron recibir el apodo de 'Arquitecto de la China Moderna') visitó Shenzhen para impulsar el espíritu emprendedor de la que acabaría siendo la zona económica del país. Más tarde, en 1996, Xu Jiayin fundó Evergrande.
Su ascenso fue meteórico: en menos de diez años, la firma se abrió a la Bolsa de Hong Kong y en 2017, Jiaying ya se había convertido en el hombre más rico de China, según Forbes.
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