En los próximos días se celebrarán los consejos de administración

La 're-fusión' de Unicaja y Liberbank busca la garantía pública al estilo Fainé

Unicaja y Liberbank negocian los detalles d su fusión con el BCE
La 're-fusión' de Unicaja y Liberbank busca la garantía pública al estilo Fainé
La Información
Unicaja y Liberbank negocian los detalles d su fusión con el BCE

Se han reanudado las conversaciones. Unicaja y Liberbank han vuelto a entablar conversaciones para evaluar una posible fusión tras la ruptura que se produjo en 2019. Ambas entidades financieras han confirmado este mismo lunes la existencia de contactos preliminares para conseguir este esperado fin. Pese a que ambos grupos recuerdan que se están dando solo los primeros pasos en una hipotética operación, fuentes conocedoras confirman a La Información que todo será más fácil en esta ocasión. Las razones son muchas, la mayoría de ellas han cambiado debido a la coyuntura actual, pero para que esta operación sea un éxito deben superarse los errores del pasado. El más importante tuvo que ver con la disconformidad con la ecuación de canje, un bache que ahora esperan superar gracias al camino que ha marcado la fusión de Bankia y CaixaBank en las últimas semanas. 

En concreto, tiene que ver con el visto bueno del Ejecutivo que recibió la Fundación La Caixa para que, antes de que finalice la fusión, adquiera pequeños paquetes de acciones de su propia entidad que le sirvan para alcanzar, al menos, el 30% del capital en el banco resultante. Este sería el objetivo que tiene entre ceja y ceja el mayor accionista de Unicaja, la Fundación Unicaja, y la 'solución Fainé' -en relación con el presidente de su homóloga catalana- el camino a seguir para conseguirlo. 

Pese a que aún no se han convocado los consejos de administración que darán paso a la contratación de los bancos de inversión y el inicio de una nueva 'due diligence' -se espera que este movimiento se lleve a cabo en los próximos días-, unos y otros ya hacen cálculos de cara a la fusión. De tomarse como referencia el desempeño en bolsa de los últimos tres meses para una hipotética ecuación de canje, una de las medidas más habituales, se obtendría un peso de poco más del 61% para el absorbente, Unicaja, y casi un 39% para el absorbido, Liberbank

Este cálculo dejaría a la Fundación Unicaja -que ahora posee un 49,68% del capital de la entidad de mismo nombre, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)- con poco más de un 30,5% de las acciones de la entidad que resultaría de la fusión. Este hecho le permitiría optar a los beneficios fiscales que se derivan de la Ley de Cajas y evitar, si en el futuro quiere crecer dentro del capital de la entidad, lanzar una opa. Misma estrategia que siguió Isidro Fainé hace apenas unas semanas en el marco de la operación de CaixaBank y Bankia.

El problema que se deriva de este cálculo, que también ocurrió en el caso de la antigua caja catalana, es la posibilidad de que el más pequeño de los actores solicite la inclusión de una prima para cerrar la operación. Por ejemplo, si se calcula el porcentaje que cada una de ellas se llevaría de acuerdo con el cierre del último día antes del anuncio oficial de las conversaciones, es decir, el pasado viernes día 2, los pesos cambiarían levemente. El capital de Unicaja supondría el 60,07%, mientras que el de Liberbank rozaría el 40%. Este leve movimiento supondría que la fundación andaluza perdiese el crucial 30% del capital. Lo mismo pasaría si se tiene en cuenta el nivel de activos, en este caso inclinando la balanza aún más al lado asturiano, con un peso de 58% y 42%, respectivamente. 

La solución a este dilema pasa por el seguir la 'doctrina Fainé', es decir, conseguir el beneplácito del Gobierno para, en el seno de la operación de consolidación, llevar a cabo pequeñas compras de paquetes accionariales que le permitan sobrepasar ese límite una vez aplicada la ecuación de canje que salga de los informes de la 'due diligence'. La justificación estaría clara, no se trata de ejercer el control efectivo de la nueva entidad, sino del sostenimiento de un proyecto industrial claramente necesario en la situación actual. 

Si finalmente sale adelante la fusión, la entidad resultante se convertiría en una de las más grandes dentro de España, pues superaría los 100.000 millones de euros en activos. Este nuevo intento de consolidación en el sector bancario que ahora comienza es solo un paso más en lo que promete ser una oleada de uniones de entidades que acuciadas por la baja rentabilidad del sector y la situación que se prevé a corto y medio plazo ven las fusiones como una solución. Por su parte, tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo (BCE) y, por supuesto, el Gobierno, animan a que se produzcan este tipo de operaciones que dan como resultado un sistema financiero más fuerte. Un paso más que ahora tiene que empezar a concretarse.

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