Nuevo plan estratégico en noviembre

Repsol sube la apuesta en renovables y ecocombustibles en el plan 2021-2025

La petrolera buscará nuevas oportunidades para invertir en tecnologías limpias en el exterior tras sus alianzas en Chile y en Portugal.

Imaz detallará el nuevo Plan Estratégico el 5 de mayo.
Imaz prepara  el nuevo Plan Estratégico  para el periodo 2021-2025.
L. I. / Archivo
Imaz detallará el nuevo Plan Estratégico el 5 de mayo.

La petrolera Repsol ha interiorizado el mantra que avanzó hace un año, cuando aún no apretaba la crisis: emisiones netas cero en 2050. El nuevo plan estratégico que presentará la compañía el 26 de noviembre se ha construido bajo ese paraguas. Entre 2021 y 2025, la compañía elevará la apuesta por las renovables con más proyectos en el exterior; invertirá más en el desarrollo de ecocombustibles (sintéticos y bio) con la vista puesta en el transporte marítimo, aéreo y terrestre y avanzará en la utilización de residuos -economía circular-, que considera clave para la generación y la mejora en procesos, productos y servicios.

En los últimos meses, tanto el presidente de la compañía Antonio Brufau, como el consejero delegado, Josu Jon Imaz, han explicado en sus comparecencias públicas que todas las rutas que apunten a la descarbonización son válidas. El nuevo plan estratégico prima las tecnologías más maduras -renovables-, pero también contempla las más "tiernas" como el hidrógeno o la captura, almacenamiento y uso del carbono (CCUS) que la petrolera explora en el Repsol Technology Lab.

En esa línea, el propio Imaz ha adelantado esta semana la inversión de 188 millones hasta 2022 en la refinería de Cartagena, una de las cinco que gestiona en España, para producir  biocombustibles a partir de aceites usados. Será, aseguró Imaz, un avance en la descarbonización."Todas las formas de descarbonización son válidas y complementarias" dijo el directivo al presentar el proyecto, que podría contar con aayuda de la UE.

Renovables, fuera y en solitario

El cambio se acelera. La compañía cerró el primer semestre con unas pérdidas de 2.484 millones de euros frente a los 1.133 millones que ganó un año antes y sabe que el negocio tradicional está tocado. Cuestión de precios y demanda. Hasta junio, el área de exploración y producción registró pérdidas de 1.540 millones. El nuevo plan estratégico impulsa a la transformación y a la diversificación de riesgos, con un puntal importante: las energías renovables. Repsol buscará oportunidades en el exterior. Y lo hará en solitario.

Es un paso más allá en el proceso que llevó a la petrolera a aliarse con la portuguesa EDP en proyectos eólicos marinos -Wind Float Athlantic- y embarcarse en Chile en una joint venture con Ibereólicas para desarrollar hasta 2025 hasta 1.600 MW renovables. Repsol ha probado capacidades propias en el desarrollo en solitario del gran proyecto fotovoltaico de Valdesolar (200 MW en Valdecaballeros, Badajoz) y apuesta por seguir la línea.

El nuevo plan consolidará, además, las posiciones en el sector eléctrico tras la compra de activos  a Viesgo en 2018.  Entre capacidad de generación instalada (3.000 MW) y proyectada, la petrolera dispone en España de más de 5.000 MW. Un punto de apoyo desde el que explorar el medio plazo sin saber a ciencia cierta cuáles de las tecnologías en desarrollo se van a consolidar. La del hidrógeno es una de ellas. Adriana Orejas, directora industrial & Deep Tech del Repsol Technology Lab explicó esta semana en un encuentro virtual organizado por la Fundación para la Sostenibilidad Energética y el Medio ambiente (Funseam), la importancia de desarrollar productos de baja huella de carbono para potenciar la economía.

Hidrógeno y huella de carbono

Repsol ha introducido en el debate el concepto de "hidrógeno de baja huella de carbono", que combina la producción de este gas  a partir de materias primas fósiles, pero incorporando sistemas de captura del CO2 asociado al proceso. Un hallazgo en opinión de la compañía y un sueño interesado para algunos expertos si se tiene en cuenta que al llamado hidrógeno renovable -el producido con electricidad de origen verde- le queda al menos una década para ser rentable.

En los planes de la petrolera para los próximos cinco años  hay desarrollos más adelantados relacionados con la denominada economía del aprovechamiento o economía circular. Todos están relacionados con la utilización de biomasa, basura e hidrógeno para producir ecocombustibles en las refinerías.  La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), en la que se integran, además de la propia Repsol, Cepsa, BP, Galp y Saras, trabaja desde hace meses para convertir las ocho refinerías españolas -cinco de Repsol, dos de Cepsa y una de BP- en centros de producción de combustibles elaborados con materiales ecológicos. Es la concreción en España de los planes adelantados por las grandes multinacionales del petróleo en la iniciativa FuelsEurope.

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