Banco Sabadell apela de nuevo a sus accionistas con el envío de una segunda carta. La entidad catalana ha difundido un comunicado un día antes de la junta extraordinaria que BBVA celebrará este viernes con el objetivo de votar la ampliación de capital necesaria para llevar a cabo la opa. En este sentido, ha defendido que obtener este aval no condiciona el éxito de la operación. "En ningún caso se está decidiendo ahora en la junta extraordinaria nada que presuponga un posible éxito de aceptación de la opa, ni presupone decisión alguna por parte de los accionistas que pudieran serlo de ambas entidades", apuntan en el documento.
La cita con los inversores ha generado gran expectación habida cuenta de la polémica que ha suscitado la propuesta, pero también por los accionistas en común que comparten ambas entidades. La mayor parte del capital está en manos de fondos institucionales, concentrando los minoritarios menos del 40%. La opa está diseñada para que salga adelante con una aceptación mínima del 50,01%. BlackRock es uno de los más relevantes, ostentando el 6,7% de Banco Sabadell y casi el 6% en BBVA.
Desde la propia entidad encabezada por Josep Oliu cuestionan el calendario estipulado por el equipo de La Vela, que el pasado mes de mayo calculó que el proceso se extendería entre seis y ocho meses. "Será en el momento en que se abra el plazo de aceptación de la opa cuando usted tendrá la oportunidad de decidir. No se sabe cuándo esto se va a producir, pero por la complejidad de los procedimientos en curso se estima que pueda ser a finales de 2024 o incluso en 2025", remarcan.
En la misiva avanzan que el consejo de administración de Banco Sabadell emitirá un informe en el inicio del plazo de aceptación para valorar la oferta y expresar su recomendación a los accionistas. Por ello, ha exigido BBVA que publique "de forma clara, transparente y completa todos aquellos elementos que puedan tener una implicación en el valor ofrecido, al ser las acciones de nueva emisión las que constituyen el precio de la oferta". Entre ellos citan los impactos financieros detallados de la oferta tanto en la "hipótesis de fusión posterior de ambas entidades como en el supuesto de ausencia de la misma".
También solicitan incluir las pérdidas de negocio estimadas, especialmente, en el segmento de pymes, así como las sinergias esperadas en cada caso, los costes de reestructuración asociados a las mismas y su impacto en capital. Asimismo, mencionan la necesidad de detallar los impactos de capital esperados como consecuencia de posibles rupturas de acuerdos comerciales o 'joint ventures' del banco con terceros, además de los efectos en las carteras de bonos y crédito como consecuencia de los ajustes de valoración requeridos.
En última instancia citan las condiciones de competencia de carácter relevante que pudiera imponer la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) o restricciones adicionales que pudiera haber por parte de instancias gubernamentales. Desde el propio Gobierno han expresado en numerosas ocasiones su rechazo a la creación del tercer mayor banco de Europa, apelando a los "efectos lesivos" que tendría sobre los consumidores. El Ejecutivo será el último en analizar este proyecto pudiendo vetar la fusión, pero no su adquisición.
La oferta pública de adquisición aún está pendiente de recibir el visto bueno del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Este martes se cumple justo un mes desde que el grupo liderado por Carlos Torres enviara toda la documentación en Fráncfort, por lo que dispone de otros 30 días o 60 días como máximo para pronunciarse. No será hasta que su veredicto sea conocido cuando el organismo que lidera Rodrigo Buenaventura se pronuncie. Será entonces cuando se abra el plazo de aceptación para los accionistas del Sabadell, que puede extenderse entre 15 y 70 días, mientras Competencia aún no sabe si alargará el análisis a segunda fase, factor que puede condicionar los tiempos estipulados.
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