Recela de la decisión del BCE

Tensión en la banca española ante las dudas sobre el reparto de dividendos

Las entidades llevan semanas preparando la posibilidad de que el próximo año puedan retribuir a sus accionistas. En cambio, tras los últimos movimientos del supervisor, lo ven cada vez más improbable. 

Una oficina de BBVA y otra de Banco Sabadell en la calle Génova de Madrid.
Una oficina de BBVA y otra de Banco Sabadell en la calle Génova de Madrid.
La Información
Una oficina de BBVA y otra de Banco Sabadell en la calle Génova de Madrid.

La banca española está en guardia ante la decisión que pueda tomar el Banco Central Europeo (BCE) esta semana sobre el reparto de dividendos. Las entidades financieras llevan meses quejándose de la norma que impuso el supervisor bancario comunitario al inicio de la pandemia y que recomendaba no distribuir sus beneficios a los accionistas en pro de conseguir unos bancos más sólidos para afrontar las posibles consecuencias económicas de la Covid-19. Pero desde entonces y con la vista puesta en el próximo mes de enero, cada uno de los bancos fue haciendo su propia 'hucha' destinada a pagar, más pronto que tarde, a los propietarios de sus títulos. 

En cambio, los continuos rebrotes y los cierres de partes importantes de la economía que se están dando en las últimas semanas han hecho saltar las alarmas y han puesto en guardia a un sector que ya daba por descontado la posibilidad de repartir dividendos. El punto de inflexión llegó, según señalan fuentes financieras, en el momento en que la Autoridad Bancaria Europea,  EBA por sus siglas en inglés, decidió extender la exención de provisionar como morosos los préstamos en moratoria hasta el próximo mes de abril. 

"Esto es un aviso a navegantes", admitían entonces desde el sector financiero, en una interpretación del movimiento de la EBA como un nubarrón sobre la posibilidad de que el supervisor bancario europeo dejase repartir dividendos a los accionistas de cara al próximo año. A finales de la semana pasada, Bloomberg desvelaba que la propia EBA se inclinaba por prolongar durante, al menos, el inicio de 2021 la prohibición de retribuir a los propietarios de los títulos. En cambio, señalaba que podría incluir excepciones si las entidades eran capaces de demostrar suficiente fortaleza financiera.

Las entidades entendieron la medida de la EBA sobre las provisiones de préstamos en moratoria como un aviso previo a la decisión sobre los dividendos

Esto es precisamente lo que el sector lleva meses pidiendo, el fin de 'café para todos'. Los principales directivos de diferentes entidades han señalado públicamente su malestar con la situación, ya que consideran que aquellas entidades que tienen un capital muy por encima de sus requisitos regulatorios se ven perjudicadas por la 'recomendación'. "Habrá que ver cuáles son esas excepciones que se marcan", señalan desde una de las principales entidades bancarias del país. 

El BCE será uno de los últimos bancos centrales en decidir al respecto de este tema. Suiza, Suecia y Reino Unido ya han hecho lo propio en los últimos días y han dado vía libre a las entidades para retribuir a sus accionistas siempre y cuando cumplan con unas limitaciones. En el caso del Banco de Inglaterra, guía en este tipo de decisiones, se ha estipulado que las entidades no deberán superar un 'pay out' del 25% del beneficio entre los años 2019 y 2020. Además, tampoco podrán superar en más de 20 puntos básicos los activos de riesgo a cierre del ejercicio.

El regulador de bancos como HSBC, Barclays o Santander UK ha afirmado que estas entidades "están bien capitalizadas" por lo que espera que sean capaces de continuar "apoyando a la economía real en este periodo disruptivo". Las firmas españolas contemplan la posibilidad de que el BCE lleve a cabo una medida similar y limite en cierta manera el reparto a los accionistas para evitar riesgos derivados de la pandemia. Pese a ello, desde el sector mantienen que el conjunto de las entidades del país se encuentran muy por encima de los niveles de capital exigidos, por lo que no ven necesario seguir aumentando el coste de capital que supone esta prohibición al tiempo que aumentan las desigualdades en bolsa con respecto a otros sectores no regulados. 

Los bancos ya estaban preparados

Las entidades financieras nacionales llevaban meses preparándose para recibir el beneplácito del regulador y retribuir a sus accionistas en los primeros meses de 2021. Santander fue una de las primeras en hacerlo y en la junta de accionistas celebrada el pasado mes de octubre aprobó el reparto. Por un lado, y respetando las medidas propuestas por el regulador, dio luz verde a una remuneración complementaria con cargo a 2019 de 0,10 euros por título en forma de acciones de nueva emisión. Además, y supeditado a la próxima decisión del BCE, los accionistas también aprobaron la retribución en efectivo a pagar en 2021 con cargo a las cuentas de este año pese a que estas cerrarán en números rojos a nivel contable de acuerdo con las previsiones.

Otras entidades, como Liberbank o BBVA, han mostrado su voluntad de hacer lo mismo, pero ninguna se ha atrevido a llevarlo a una votación en junta de accionistas. Otro de los grandes bancos que ha hablado de la posibilidad de dar dividendo a sus accionistas es la futura CaixaBank, que lo haría una vez que se cierre la fusión con Bankia. Este proceso, que se espera que se produzca antes de finales del primer trimestre de 2021, abrirá la puerta al reparto de hasta el 30% del beneficio, señalaban a La Información fuentes conocedoras, siempre y cuando los reguladores lo permitan. 

El BCE deberá tomar la palabra esta semana. Las entidades recuerdan lo importante que son los dividendos para los accionistas y valoran tres opciones a partir de enero. La primera es la que quieren que no suceda, es decir, que se mantenga la 'recomendación' de no repartir dividendos. Una segunda opción sería levantar por completo la prohibición, algo que no parece probable según señalan fuentes del sector financiero. En tercer lugar, y la que apuntan como más factible, es la fijación de ciertas limitaciones en función del nivel de solvencia que muestra cada entidad. La banca española está en guardia. 

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