Vodafone España asegura que afronta el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para casi 1.200 empleados con una “actitud de diálogo máxima” para tratar de mantener la paz social. El nuevo consejero delegado, José Miguel García, muestra “plena confianza” de que se va a llegar a ”acuerdos satisfactorios”. Estas declaraciones en el congreso anual de la patronal de las telecos se producen horas después de que las principales organizaciones sociales hayan planteado dos días de huelga y varios paros parciales ante su “rechazo frontal” del despido colectivo.
García ha admitido que se trata de un tema “muy sensible” para la compañía pues la mesa de negociación se ha configurado esta misma semana. Pese a ello insiste en que negociarán con los sindicatos para tratar de alcanzar un pacto, pese a que las principales organizaciones sindicales han puesto el grito en el cielo por la medida y han advertido de que no está asegurado que se firme el ERE con acuerdo. El ejecutivo lo ha justificado en que Vodafone durante los últimos años ha experimentado “una erosión y declive importantes” en el negocio. “Creemos que existen tremendas oportunidades para que Vodafone recupere su posición; nos hace falta la transformación”, avisa.
El ejecutivo, que también ocupó ese mismo puesto en Jazzztel y Euskaltel, defiende que la prioridad en esta primera fase bajo el paraguas del fondo de capital riesgo británico Zegona es la estabilidad en el negocio. Primero en el lado comercial, pues hoy por hoy asegura que se siguen perdiendo clientes en la batalla con el resto de rivales. Y segundo en los ingresos. “Tenemos planes e iniciativas pero es el reto más grande”, apostilla.
Los sindicatos se han puesto en pie de guerra ante este quinto ERE en los últimos once años. UGT, CCOO y STC han pedido autorización a la Dirección General de Trabajo para ejecutar dos días de huelga completa para los 3.400 trabajadores de plantilla (9 y 11 de julio) Y seis con patos parciales de dos horas por la mañana. Las dos principales organizaciones califican de “injustificable” este despido colectivo e insisten en que se tomen otras medidas alternativas no traumáticas. Incluso desde CCOO se ha pedido retirar el ERE para crear una mesa de diálogo en la que instaurar otros trabajos.
Las organizaciones sindicales están estudiando la memoria de más de 500 páginas entregada por la operadora en la primera reunión celebrada el pasado martes. A priori, rechazan de manera frontal que la operadora ponga sobre la mesa las causas económicas y las pérdidas millonarias acumuladas durante los últimos años por el grupo (en el último ejercicio se redujeron a 5 millones pero por los ajustes contables del grupo en Reino Unido) pues éstas ya se detectaron antes de la transacción durante la fase de ‘due diligence’.
Aún no se ha precisado cuál es el reparto de los despidos, aunque se espera que afecte a todas las áreas de manera transversal (algo distinto a lo sucedido en el último ERE de 2021 cuando se enfocó al área comercial). La primera cifra de afección es de 1.198 trabajadores, lo que supone más del 36% de la plantilla -después del traslado de más de 300 puestos al grupo desde la filial española tras la venta a Zegona-. La propuesta económica es sensiblemente inferior a la de hace tres años: 24 días por año trabajado con un tope de 14 mensualidades de indemnización.
"No es necesario ser agresivos"
La mayoría de actores ve a Zegona como un gestor agresivo. Ante esta visión, el CEO trata de esquivar ese término: “El mercado crece en torno a un 2% y Vodafone está decreciendo. Queremos retomar el crecimiento sostenible dentro de unos parámetros de competitividad. No es necesaria la agresividad”. En este sentido ha señalado los “grandes activos” en marcas, con Vodafone y Lowi. Esta última es una de las armas que se ha fijado Zegona para crecer en el mercado. En este sentido insiste en el “prestigio tremendo” y en su buena posición en canales digitales.
¿Cuáles serán las principales vías de crecimiento? García no sólo incluye el área residencial y los autónomos sino también las empresas y, especialmente, el mercado mayorista. “No hay más remedio que entrar”, insiste. Vodafone se ha mantenido al margen de este negocio del alquiler de red a terceros. Apunts a que en este tiempo, tanto Telefónica como Orange se han mantenido activos en este área. Más allá del acuerdo con Fi Network, España cuenta con buen ramillete de operadores móviles virtuales a los que ceder la infraestructura -y generar ingresos con ello-.
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