Este pasado diciembre se publicó la octava lista de morosos de la Agencia Tributaria y en esta ocasión incluye un total de 7.277 deudores de más de 600.000 euros con Hacienda, mientras que el importe global de deudas recogido en el nuevo listado alcanza los 18.200 millones de euros, según fuentes de la Agencia Tributaria. Cabe destacar que el aumento de deudores, tanto personas físicas como empresas, respecto a años anteriores también ha sido motivado por los nuevos límites marcados en la Ley de lucha contra el fraude, que pasan de un millón a 600.000 euros.
Sin embargo, existe un mecanismo para liberarse por completo de las obligaciones contraídas. La Ley de la Segunda Oportunidad ofrece la posibilidad de aliviar la situación económica de quienes se encuentren ahogados por las deudas. En concreto, esta normativa tiene como objetivo saldar las deudas con los acreedores, aunque sin que se pierda el derecho al cobro. En cambio, el proceso podría acabar con el beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho, esto implicaría la cancelación final de la deuda.
El afectado se declaró insolvente
La Asociación de Ayuda al Endeudamiento (AAE) dio a conocer un caso particular de un ciudadano de la localidad gallega de Ribeira que había contraído deudas por un importe superior a 89.000 euros. El Juzgado de Primera Instancia Número 1 de Ribeira emitió una sentencia en la que exoneraba al implicado de la totalidad de las obligaciones contraídas con acreedores gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad, apuntan desde el Diario de Arousa. El afectado había acumulado varios créditos con distintas entidades bancarias y, aunque había hecho el esfuerzo por abonar las cuotas mensuales correspondientes, llegó un momento en el que incurrió en impagos por los intereses. La situación generó que tuviese pendiente una cuantía de 89.286 euros, por lo que recibió varias llamadas de empresas de recobro y avisos de embargo.
Tras ponerse en contacto con la asociación, los abogados encargados de su caso le aconsejaron declararse como insolvente y acogerse a esta ley. Uno de los primeros beneficios que obtuvo fue la suspensión de obligación de pago, lo que le permitió poder ahorrar de manera mensual sin que todo el dinero fuese a parar en la deuda pendiente. Como cumplía con los requisitos marcados en esta Ley de la Segunda Oportunidad, el juez le perdonó la deuda de manera definitiva. Además, cabe destacar que la resolución dictada no permite a los acreedores interponer recursos, reclamar otros pagos o incluirlo en ficheros de morosos.
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