1,8 billones de operaciones

El adiós al efectivo está cerca: los pagos electrónicos crecerán un 82% para 2025

Un informe de PwC refleja cómo la pandemia y el boom por las criptomonedas ha acelerado el proceso de digitalización del sector financiero: "Entre 2025 y 2030 habrá desparecido el efectivo".

Billetes de euro.
Billetes de euro.
Imagen de Freepik.
Billetes de euro.

Los billetes y las monedas físicas tienen los días contados. Es pronto para saber cuándo será el último día en el que las carteras de los ciudadanos se vacíen de manera definitiva para dejar paso exclusivamente a las tarjetas, pero los pagos electrónicos se van a triplicar en el mundo para 2030, hasta superar tres billones de operaciones. En un plazo más corto, se calcula que entre 2020 y 2025 las transacciones electrónicas crecerán un 82%, pasando de un billón a 1,8 billones de operaciones anuales. 

Estos son los datos que se reflejan en el informe Payments 2025 & Beyond, elaborado por PwC. El motivo que ha provocado está aceleración en el proceso de digitalización del sector financiero tiene por nombre coronavirus. La pandemia ha adelantado entre tres y cinco años el uso de los medios de pago electrónicos en el mundo, en gran parte debido a la adopción masiva de hábitos de consumo digitales durante los confinamientos en todo el mundo. Este último factor está provocando que el crecimiento de los pagos electrónicos sea mucho más rápido, sustituyendo poco a poco el uso del dinero en efectivo. La única excepción se encuentra en los países menos desarrollados, donde el 'cash' todavía sigue siendo fundamental para el funcionamiento de la economía. 

Además, el boom por las criptomonedas que ha venido acompañado de la pandemia también ha ayudado a acelerar todos los procesos de digitalización a nivel financiero. Tanto es así, que los bancos centrales de las principales economías se encuentran ultimando los detalles para lanzar sus propias monedas digitales y evitar así que esta nuevo auge por el dinero virtual les adelante. Javier Baixas, socio responsable de Customer en PwC, reconoce a La Información que, pese al impulso de la Covid-19 y el ecommerce, "la tendencia ya venía fuerte desde atrás y la aceleración suele ser un efecto típico cuando distintas barreras van desapareciendo".

A pesar de que este camino hacia la desaparición del efectivo terminará llegando a todos los rincones del planeta, lo hará de forma muy desigual. El informe hace referencia a Asia como el continente donde más crecerán los pagos electrónicos, con incrementos del 109% hasta 2025, y del 76% entre 2025 y 2030. Unas cifras levemente inferiores se calculan para África, con un aumento del 78% en el primer tramo de la década y un 64% en el segundo, mientras que para Europa las previsiones son un aumento del 64% hasta 2025 y del 39% en los cinco años posteriores. Por su parte, el continente  americano es el que se queda más atrasado en este sentido, ya que en Estados Unidos y Canadá el aumento será del 43% y del 35% respectivamente, mientras que en Latinoamérica será del 52% hasta 2025 y del 48% posteriormente.  

Para explicar la hegemonía asiática en esta materia, Baixas es claro: "Se debe principalmente por el impulso que viene de los nuevos modelos de negocio. Por ejemplo, en China, Alipay y WeChat Pay están ligados a las grandes plataformas de Ecommerce de Ant Group y Tencent, que cuentan con una gran penetración en el mercado, especialmente en las 'superciudades' de Asia donde se concentran gran parte de la población. En la medida en la que estas plataformas con 'Super-apps de pagos' se popularicen en el resto del mundo, el impacto general se irá equiparando". 

En el caso particular de España no es una excepción. El 70% de la población redujo o abandonó el pago con dinero en efectivo y cerca del 30% no retiró efectivo en cajeros durante la pandemia. Además, la tarjeta es el medio preferido para compras para más de seis de cada diez ciudadanos y España es el país europeo que más crece en el uso del móvil para compras por Internet. Por último, uno de los síntomas que confirma la consolidación el proceso de digitalización bancaria es que ocho de cada diez usuarios bancarios ya tiene instalada la app de su banco, de los que el 26% le da un uso diario y el 40% un uso semanal, según se desprende del X Informe de Tendencias de Medios de Pago elaborado por Tecnocom (Indra). 

Un mundo sin efectivo, ¿un mundo más peligroso?

La desaparición total de los billetes y monedas físicas puede provocar un aumento de la inseguridad entre los ciudadanos. En 2020, el valor del fraude medio en procesos de compra aumentó casi un 70% respecto a 2019, según datos de la compañía Sift. La banca abierta en combinación con la entrada de nuevos actores y del mayor uso de los pagos electrónicos de las carteras digitales abren el abanico de los delitos económicos que se pueden cometer, por lo que las entidades bancarias deberán blindarse para reducir estas posibilidades al mínimo. 

Sin embargo, el experto de Pwc señala que "no hay razón para pensar que el riesgo aumente, ya que el grueso del dinero está ya en el sistema", pero admite que "se puede percibir que se pierde cierta libertad, ya que sin efectivo absolutamente todo se puede monitorizar". Por ello, señala que en busca de esa libertad "algunos usuarios van a buscar nuevas plataformas de criptomonedas que pueden posicionarse el nuevo concepto de efectivo, pero con el riegso para el usuario de no estar supervisadas". Además, cree que la percepción de riesgo puede provocar que elementos tradicionales como joyas o similares ganen relevancia "como modo de ahorro físico". 

Por último, Baixas concluye: “Un mundo sin efectivo está en camino. La pandemia ha potenciado, todavía más, la apuesta por los pagos electrónicos, que se van a triplicar en los próximos años, y esta aceleración va a abrir nuevas oportunidades para todo el ecosistema de los medios de pago, incluidos los bancos. A efectos prácticos, entre 2025 y 2030 habrá desaparecido el dinero en efectivo".

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