Las apuestas arriesgadas vuelven a tener premio. Ana Botín ha hecho caja con una operación con derivados financieros que abrió en abril de 2022 cuando Banco Santander cotizaba por debajo de 3 euros por acción. La presidenta de la entidad compró 1,33 millones de calls (opciones de compra) con precio de ejercicio a 3 euros que han vencido ahora, con la cotización en los 4,5 euros.
La inversión con derivados le ha supuesto una plusvalía que ronda los 2 millones de euros, ya que las opciones se han liquidado en efectivo por diferencias entre la cotización de entonces y ahora, según la declaración enviada a la CNMV. No es la primera vez que Ana Botín completa con éxito una operación apalancada de este tipo, una fórmula que usó habitualmente entre 2020 y 2022.
En lo peor de la crisis del Covid en septiembre de 2020, la ejecutiva del banco compró 3,5 millones de opciones call con la cotización por debajo de 1,5 euros en bolsa y un precio de ejercicio para los derivados de 2 euros, es decir, que si no superaban ese nivel valdrían cero. Botín cosechó millones en plusvalías también entonces.
Hace solo cuatro meses, la banquera liquidó otro paquete de 2,16 millones de opciones call con ejercicio a vencimiento y que había comprado en diciembre de 2021. El precio de ejercicio en ese caso era de 3,25 euros. En ese caso, la plusvalía bruta rondó los 1,1 millones que destinó a la compra de 312.157 títulos del banco. Ahora ha repetido al pie de la letra el mismo patrón.
Reinvierte en acciones ordinarias
Según la misma notificación a la CNMV, Botín ha reinvertido la mayor parte de lo ganado con su última transacción con derivados en acciones ordinarias de Santander. En esta ocasión, su adquisición suma 345.228 títulos del banco por un importe de 1,57 millones de euro en dos compras a mercado realizadas a finales de la semana pasada, en plena agitación bancaria por la posible fusión BBVA-Sabadell.
Ambas operaciones se han realizado a través de la patrimonial familiar Cronje, sociedad que forma parte del pacto sindicado de los Botín en la entidad. Según el informe anual de Banco Santander, Ana Botín declara una participación accionarial en la entidad que ronda el 0,21% del capital y que, al precio actual de 4,73 euros, vale alrededor de 165 millones.
La familia Botín, a través de distintas sociedades y la Fundación que lleva su apellido, mantiene una participación cercana al 1,2% del Santander -incluyendo el 0,2% de la presidenta- tras las últimas operaciones y la amortización de acciones que realizó el banco en febrero. Está valorado en bolsa en 900 millones de euros.
El citado pacto parasocial se firmó en febrero de 2006 por 50 años con el objetivo de unir fuerzas en el accionariado, sindicar el voto familiar y restringir la venta de acciones del banco de los miembros del clan Botín-Sanz de Sautuola y O'Shea. La representación del voto corresponde al presidente de la Fundación Botín, cargo que desde 2014 corresponde a Javier Botín, consejero delegado de JB Capital, hermano de la presidenta del Santander y miembro del consejo de la entidad.
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