BBVA está reaccionando mal a la presentación de resultados del primer semestre. Sus acciones se desplomaron un 4,6%, hasta 9,704 euros, pese a los registros récord de la entidad bancaria en términos de beneficios (casi 5.000 millones de euros), de rentabilidad (un 19% de ROE o retorno sobre el capital) y también en eficiencia (por debajo del 40%).
Sin embargo, el descenso no está arrastrando en bolsa que pudiera suponerse a Banco Sabadell, sobre el que lanzó una oferta de compra en acciones el pasado 30 de abril, en la proporción de 1 título de BBVA por cada 4,83 de su rival. La entidad que preside Josep Oliu se ha visto arrastrada en bolsa con una caída del 3%, hasta 1,952 euros.
De este modo, la prima del canje de acciones que estaba cotizando en bolsa hasta ahora se reduce al 2,9%, su nivel más bajo desde que se hizo pública la ecuación hace tres meses. El valor del 100% de la opa se sitúa ligeramente por encima de los 10.600 millones de euros, aunque se paga en acciones. La suma de BBVA y Sabadell se sitúa en torno a los 66.000 millones de capitalización conjunta, por debajo del Santander.
Los inversores premian así al Sabadell frente a BBVA una vez conocidas las cuentas de ambas entidades, aunque el mercado está pendiente de la comparecencia del consejero delegado, Onur Genç, para conocer alguna novedad sobre los planes de retribución al accionista con dividendos y recompras.
Sabadell tuvo una buena acogida a sus resultados semestrales. Más allá de la evolución de su negocio músculo financiero, los inversores valoraron positivamente el aumento de dividendo previsto para 2024 y 2025, la segunda mejora desde el acercamiento hostil de BBVA.
El grupo que dirige César González-Bueno acordó elevar de 2.400 a 2.900 millones de euros su desembolso de dividendo, con una mejora del 'pay-out' (porcentaje del beneficio destinado al accionista) hasta el 60%. BBVA, por su parte, va camino de los 10.000 millones de beneficios en 2024 y dijo que repartiría alrededor de 9.000 millones de dividendos en dos años.
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