El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener sin cambios los tipos de interés de referencia en el 4,25%, pausando así sus movimientos después de recortarlos en un cuartillo el pasado 6 de junio. La decisión se produce con escasa visibilidad e incertidumbre sobre el rumbo de la economía de la zona euro, antes de conocer la nueva ronda de datos de inflación de julio y crecimiento en los principales a finales de este mes. Los economistas esperan en cambio que, tras este alto en el camino, la autoridad monetaria vuelva a bajarlos el próximo 12 de septiembre.
Pese a que no se espera una guía concreta sobre el camino a seguir del BCE, la presidenta Christine Lagarde volverá a marcar el tono de la autoridad monetaria con sus mensajes en la rueda de prensa e, incluso, puede que se posicione en favor de un movimiento a la baja de tipos en dos meses. Para entonces, también podría haber más claridad sobre la agitación política en Francia y los EEUU, sobre todo, para conocer cuándo comenzará el alivio monetario de la Reserva Federal.
En su comunicado, el consejo de gobierno del BCE -que en esta reunión no ha contado con el voto del gobernador español tras la salida de Hernández de Cos- subraya que ha optado por mantener las tres tasas sin cambios: principal (4,25%), depósito (3,75%) y crédito (4,5%).
"La información más reciente respalda, en líneas generales, la anterior valoración del Consejo de Gobierno sobre las perspectivas de inflación a medio plazo. Si bien algunos indicadores de la inflación subyacente aumentaron en mayo debido a factores transitorios, la mayor parte se han mantenido estables o han descendido en junio", explica.
Para evitar una sobrerreacción de los inversores, el BCE recuerda que "está preparado para ajustar todos sus instrumentos" para cumplir su mandato de que la inflación vuelva a situarse en su objetivo del 2%.
En este sentido, las recientes turbulencias políticas en la escena europea, con Francia como epicentro, han vuelto a poner sobre la mesa los diferencias de crédito como un riesgo para los emisores europeos. Por eso, el banco central advierte de que cuenta con otras herramientas monetarias masivas más allá del manejo de los tipos de interés.
"Además, el Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI, por sus siglas en inglés) está disponible para contrarrestar dinámicas de mercado no deseadas o desordenadas que constituyan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en todos los países de la zona del euro, lo que permite al Consejo de Gobierno cumplir con mayor efectividad su mandato de estabilidad de precios", apunta.
La reacción de los mercados de bonos a la decisión del BCE ha sido contenida, si no ligeramente favorable, con movimientos a la baja en los rendimientos de la deuda pública de Grecia (3,36%), Portugal (3,01%) e Italia (3,71%). Por su parte, la referencia alemana del 'bund' a 10 años escalaba en dirección opuesta hasta el 2,43% reduciendo así las primas de riesgo entre los emisores europeos. El bono español subía al 3,2%.
La mención destacada al TPI, que ya ha usado en reuniones anteriores, es interpretada por los inversores como una medida preventiva de contención para frenar a las primas de riesgo en caso de nerviosismo financiero, como el que se desató hace un mes tras las elecciones europeas. El citado instrumento permite al BCE comprar y vender deuda a discreción de forma ilimitada, aunque con algunas condiciones, para evitar que episodios de tensión en los mercados.
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