Reapertura débil

La desaceleración de la locomotora china mina la recuperación económica global

Los últimos datos chinos tanto de la inflación industrial como de las actividad ponen de relieve que el crecimiento de la mayor economía asiática esá siendo mucho más débil de lo previsto.

El presidente español, Pedro Sánchez, junto a Xi Jinping en marzo.
El presidente español, Pedro Sánchez, junto a Xi Jinping en marzo.
XINHUA vía Europa Press
El presidente español, Pedro Sánchez, junto a Xi Jinping en marzo.

La economía de China se está enfriando más de lo que se preveía a estas alturas después dela reapertura del país tras el Covid. Los últimos datos oficiales publicados empiezan a mostrar una ralentización que está pillando por sorpresa. El PMI manufacturero fue de 48,8 en su última lectura, en zona de contracción, mientras que se esperaba que aumentara a 51,4, desde el 49,2 anterior. Un indicio de que el despegue no está llegando del todo a la locomotora del crecimiento global.

La industria manufacturera fue la primera en dar este tipo de advertencias, pero no es el único dato. Las últimas cifras de exportaciones también lanzan un mensaje de que la precaución debe ser el principal enfoque que se ha de tener. En concreto, la actividad exportadora del gigante asiático se contrajo un 7,5% el pasado mes de mayo, hasta un total de 283.500. Es el primer retroceso interanual tras dos meses consecutivos de subida.

Desde la reapertura, las exportaciones mejoraron, pero ahora esta tendencia alcista se ha invertido bruscamente, con esa caída del crecimiento, a pesar de la bajada base de abril del año pasado. “Esto sugiere que la mejora inicial tras la reapertura se debió en gran medida a la relajación de la situación de la oferta”, comentan los expertos de Julius Baer en un reciente informe.

Ahora que este efecto se ha desvanecido, el debilitamiento de la demanda exterior está afectando a los envíos chinos de exportación. Las exportaciones de los principales socios comerciales se contrajeron en mayo. “Dado que se espera que la demanda mundial se ralentice aún más, es probable que la debilidad de las exportaciones chinas continúe en los próximos meses”, dicen desde la firma suiza.

Las exportaciones han sido un motor clave del crecimiento de la economía china en los tres años transcurridos desde el estallido de la pandemia, pero con el debilitamiento de la demanda de bienes de las economías avanzadas, podrían dejar de ser un factor de apoyo. El debilitamiento de las exportaciones pesa sobre la producción industrial nacional, que también se ve afectada por la moderación de la demanda interna de bienes.

El crecimiento de las importaciones se ha estabilizado, pero sigue siendo negativo, ya que la recuperación nacional se concentra en gran medida en los servicios. “Los consumidores siguen mostrándose prudentes y el apetito por el gasto en artículos de gran valor sigue siendo bajo”, agrega la entidad.

A esto hay que sumarle la situación del transporte marítimo, que puede mostrar una fotografía de cómo la economía global puede ir ralentizándose a consecuencia de la menor demanda china. Este segmento mueve el 90% del comercio mundial, lo que lo convierte en un barómetro en tiempo real. Y tanto las tarifas del transporte de carga seca a granel como las del transporte de contenedores se han desplomado desde sus máximos pandémicos a medida que se normalizan las cadenas de suministro y la demanda de mercancías.

¿Riesgo de deflación en China?

“Los precios siguen presionados, ya que la reapertura de China ha decepcionado a los mercados de productos básicos a granel, y la demanda de importaciones de EEUU y Europa se sitúa por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, lo cual ha supuesto un alivio para las preocupaciones sobre la inflación mundial, pero se une a la debilidad de los precios de las materias primas, los PMI manufactureros y los datos comerciales de China en una advertencia sobre los riesgos del crecimiento mundial”, analiza Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

Los principales transportistas, desde los gigantes del transporte de contenedores Maersk y Hapag Lloyd hasta los líderes del transporte a granel ZIM y Star, están sufriendo el doble impacto de unos precios más bajos y unos volúmenes más débiles. Pero, al mismo tiempo, la recuperación del sector inmobiliario sigue siendo mediocre. La recuperación de las ventas inmobiliarias ha perdido fuerza rápidamente, por lo que es probable que la inversión inmobiliaria siga contrayéndose. “Esto hará que las importaciones de productos básicos relacionados con la propiedad se mantengan moderadas durante más tiempo”, destaca Julius Baer.

Los precios en puerta de fábrica de China cayeron al ritmo más rápido en siete años en mayo y más rápido de lo previsto, ya que la vacilante demanda pesó sobre un sector manufacturero en desaceleración y ensombreció la frágil recuperación económica. El índice de precios al productor (IPP) de mayo cayó por octavo mes consecutivo, un 4,6% menos, dijo el viernes la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS). Esa fue la caída más rápida desde febrero de 2016 y mayor que las previsiones. Algunos economistas señalan incluso el riesgo de deflación para China.

¿Bajada de tipos de interés?

En medio de una situación que puede resultar inquietante, las quinielas empiezan a apostar por una potencial bajada de los tipos de interés en China. De hecho, algunas informaciones apuntan a que las autoridades chinas habrían pedido a los principales bancos del país que bajen los tipos de interés de sus depósitos por segunda vez en menos de un año.

Según Economic Times, los prestamistas estatales, entre los que se encontrarían Bank of China, Industrial & Commercial Bank of China y Bank of Communications habrían recibido la semana pasada “la recomendación de recortar los tipos de una serie de productos, incluidos los depósitos a la vista en 5 puntos básicos y los depósitos a plazo a tres y cinco años en al menos 10 puntos básicos”, según fuentes consultadas por el medio de comunicación.

Por último, parece que los bancos estarían evaluando esta solicitud y podrían ajustar los tipos de forma inmediata. Los grandes prestamistas ofrecen actualmente un tipo anualizado del 0,25% para los depósitos a corto plazo, y del 2,6% y el 2,65%, respectivamente, para los depósitos a plazo a tres y cinco años.

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