Antes de 2025

El diseño del 'criptoeuro' siembra dudas en el BCE sobre sus efectos en la banca

El Banco Central Europeo prepara el euro digital, diferenciándose del resto de criptoactivos, pero podría provocar una salida de depósitos de los bancos hacia el propio balance de la autoridad bancaria.

Europa euro bandera
Europa euro bandera
DPA vía Europa Press
Europa euro bandera

La realidad tecnológica se impone en los sistemas de pago y se asoma un cambio de discurso con el euro digital que el Banco Central Europeo prepara ante el 'boom' de las criptomonedas. Eso sí, el proyecto del 'criptoeuro' podría tener efectos en el sistema bancario europeo. Un informe de Bank of America (BofA) señala que la publicación de una moneda basada en blockchain supondría una salida de depósitos de los bancos, su principal fuente de financiación, hacia el propio balance del BCE. En ese contexto, la autoridad bancaria busca definir el nuevo papel de la banca, aunque suponga una mayor dependencia de su grifo de liquidez. 

"Para nosotros, el euro digital no es una opción, es algo que simplemente tenemos que hacer", afirmó recientemente Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, en una entrevista en el medio portugués Publico. No obstante, destacó que la apuesta por una moneda digital europea no era una reacción a las criptomonedas, sino a que "la digitalización se ha vuelto cada vez más relevante". En ese sentido, Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, también señaló que deben "asegurar que nuestra moneda es adecuada para el futuro". En el escenario actual pretenden competir con las grandes tecnológicas, que ya ofrecen monedas digitales propias, manteniendo la centralidad que caracteriza al sistema actual, de manera que los ciudadanos puedan "confiar en un euro digital tanto como en el efectivo".

El proyecto, que todavía no tiene fecha de inicio pero se debatirá este 2021, busca instaurar "un instrumento seguro que haría que los pagos diarios fueran rápidos y fáciles". Su funcionamiento es similar a otras criptomonedas, funcionaría a partir de blockchain, la tecnología de registro contable de 'cadena de bloques', pero en este caso el banco central europeo, -no inversores o clientes privados- respaldaría su valor, evitando la especulación y volatilidad. La autoridad bancaria europea busca diferenciarse de los criptoactivos y mantienen que el valor de las monedas digitales al margen de los bancos centrales son "extremadamente volátiles y que los fundamentos subyacentes no son muy claros".

No obstante, pese al avance que persigue el BCE, el euro digital estaría limitado. Panetta avanzó que la cantidad de euros digitales por usuario podría limitarse a 3.000 para evitar que se utilice como inversión y preservar la estabilidad del sistema financiero. Esta limitación se podría aplicar exigiendo que "los fondos entrantes que superen el límite de un usuario se redirijan a una cuenta bancaria" o multando a quienes superen ese límite.

A la espera de cómo será el funcionamiento definitivo, BofA ya atisba que el proyecto del euro digital es "cada vez más seguro". Sin embargo, no estaría exento de riesgos. De Guindos también afirmó que tendrán que "calibrar este proyecto para minimizar las posibles consecuencias negativas que podría tener". La tecnología blockchain que utilizaría es una cadena de bloques de registro contable descentralizado que elimina la intermediación, para realizar operaciones ya no serían necesario contar con una cuenta bancaria, y, aunque el BCE mantendría la centralidad, los bancos sí perderían peso en el proceso de asignación de dinero y crédito.

Un billón de euros, el impacto en los cimientos de los bancos

En concreto, según BofA, si los 340 millones de ciudadanos de la zona del euro utilizasen el límite de 3.000 euros digitales, un billón de euros que actualmente están en los bancos pasarían al balance del BCE. Ese billón parece menor comparado con el actual balance de la autoridad europea, que asciende a 7 billones de euros; sin embargo, un billón de euros digitales reduciría su extensión en dos billones, de acuerdo a este informe. Además, el impacto de este trasvase afectaría a uno de los cimientos del sistema bancario y, que hasta ahora se daba por seguros: las cuentas corrientes. Estos productos aseguran la estabilidad de la financiación bancaria, ya que "la estabilidad del banco es intrínsecamente menor si se financia al por mayor que si lo hace por cuenta corriente".

Para minimizar el impacto del euro digital en los bancos, el BCE busca soluciones. Una de ellas sería que recurriesen a la liquidez que ofrece la autoridad bancaria. "Si los bancos pierden depósitos, entonces podemos ponerles más liquidez a su disposición", afirmó recientemente Panetta. Sin embargo, esto podría agravar la dependencia de la entidades bancarias al BCE que se vio incrementada desde la crisis financiera de 2008 y colocaría al BCE en el centro de las decisiones crediticias. El representante del BCE niega que el euro digital vaya a desestabilizar al sistema financiero y a los bancos y encuadra estas medidas en "las operaciones normales de mercado abierto que ya llevamos a cabo". 

Aún así, los bancos podrían asumir una nueva función ante la llegada masiva de depósitos al BCE, que no prevé interactuar directamente con cientos de millones de usuarios de un euro digital. "Simplemente no tendríamos la capacidad ni los recursos para hacerlo. Los intermediarios financieros, en particular los bancos, proporcionarían los servicios de front-end, como lo hacen hoy para las operaciones relacionadas con el efectivo", añadió Panetta. Es decir, el sistema que prevén proporcionaría dinero digital, pero "los intermediarios financieros continuarían ofreciendo servicios adicionales a los usuarios".

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