En plena quinta ola

La doble cara de Delta: el 'elefante' en la habitación de la economía posCovid

La variante amenaza con hacer descarrilar la recuperación poniendo en jaque al turismo pero también se ha convertido en un elemento de control para evitar el sobrecalentamiento de la economía 

La doble cara de Delta: el 'elefante' en la habitación de la economía posCovid
La doble cara de Delta: el 'elefante' en la habitación de la economía posCovid
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La doble cara de Delta: el 'elefante' en la habitación de la economía posCovid

La variante Delta de coronavirus ha metido un extra de presión a la lucha sanitaria global para combatir la pandemia en esta quinta ola. Su rápida expansión desluce el avance en la administración de las vacunas -cerca del 30% de la población mundial ha recibido ya al menos una dosis, según datos recabados por la Universidad de Oxford- y la sitúa en el centro del escenario económico. Aquí, Delta muestra una doble cara. Su lado oscuro es bien conocido y amenaza con hacer descarrilar la recuperación poniendo en jaque todas las actividades relacionadas con el turismo en plena temporada estival. El otro es el que la ha convertido en un elemento de control para evitar el riesgo de sobrecalentamiento de la economía y que la retirada de estímulos fiscales y monetarios se precipite. La Delta se ha convertido en un sistema de refrigeración del motor económico global.

El equilibrio entre estas dos caras es muy frágil. Tanto, que hay economistas que describen su irrupción en el panorama global como la de un elefante en una habitación. Sus efectos son del todo impredecibles. Más aún en un momento en el que la comparativa con el segundo trimestre del año pasado, el del gran confinamiento, ha teñido todas las referencias de récord: con pico en los beneficios empresariales, crecimiento en máximos (tras la mayor recuperación económica en décadas) y con el apoyo a la economía por parte de los bancos centrales, organismos internacionales y gobiernos a pleno rendimiento. Las bolsas han dado buena cuenta de ello y han explorado también cotas inéditas en el caso de Wall Street.

Sin embargo, a finales de julio el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresaba su preocupación por el ritmo de avance de la Delta y advertía de que entre ésta y la próxima semana se alcanzaría la cifra de 200 millones de personas contagiadas en todo el mundo. En última instancia, los mercados financieros han asumido que esta crisis no ha terminado y que no solo representa un problema importante en países con bajas tasas de vacunación, sino también en aquellos que cuentan con dosis abundantes pero donde la ciudadanía está mostrando una fuerte resistencia a vacunarse. La nueva variante, que añade un incremento del número de casos a este coctel, también está elevando umbral necesario para alcanzar la inmunidad colectiva.

Ante esta coyuntura Estados Unidos confirmaba recientemente que mantiene las restricciones al turismo para evitar males mayores. En Europa la situación ha forzado a varios países a recuperar las limitaciones en los viajes al extranjero. Alemania ha impuesto una cuarentena de diez días a los turistas que regresen al país desde destinos considerados de riesgo como España; Francia ha decretado de nuevo el uso obligatorio de mascarillas en determinadas regiones; Italia ha hecho obligatorio el 'pase verde' (pasaporte de vacunación) para el personal educativo y los usuarios del transporte público de larga distancia en todo el país; y aunque Reino Unido no ha endurecido las restricciones para viajar a territorio español, la llegada de británicos -principal emisor- se está resintiendo. En el arranque de agosto la temporada estival pende todavía de un hilo. 

"La incertidumbre sobre las perspectivas económicas y políticas sigue siendo mayor de lo habitual"

En general, "vemos el aumento del Delta como un viento en contra moderado para el crecimiento global, pero a medida que llega nueva información, podemos persuadirnos de lo contrario", apuntan los analistas de Bank of America (BofA). El empleo puede ser la primera variable que muestre un cierto enfriamiento en EEUU y de ahí que haya quienes se refieran a ese "elefante en la habitación", como hace James McCann de Aberdeen Standard Investments. La semana pasada, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se refirió específicamente a la solidez de estas cifras como uno de los elementos que estaba examinando para que la Reserva Federal se plantee poner en marcha el tapering. Unas lecturas firmes en los próximos dos meses probablemente den luz verde a un preanuncio de tapering en la reunión del organismo de septiembre.

Los bancos centrales y el miedo al sobrecalentamiento

La Delta aporta otro elemento de incertidumbre más cuando se empieza a discutir sobre la reducción de los estímulos, cuando preocupa la ralentización del crecimiento en el tercer trimestre y, muy especialmente, el aumento de la inflación, los problemas en la cadena de suministro y, cada vez más, el riesgo regulatorio en gigantes como China. Los índices mundiales de directores de compras publicados los últimos días "sugieren que la recuperación del sector manufacturero en los mercados desarrollados está alcanzando niveles fuertes, mientras que se modera en China y se enfrenta a retrocesos en algunas economías asiáticas donde la pandemia plantea problemas", advierten desde el banco privado suizo Julius Baer

En concreto, los datos ISM de julio, han mostrado una economía fortaleciéndose a un ritmo más moderado en las manufacturas y a un ritmo más fuerte y superior al esperado en los servicios, a pesar del repunte de casos y de las restricciones todavía impuestas. "La incertidumbre sobre las perspectivas económicas y políticas sigue siendo mayor de lo habitual, lo que hace más difícil extraer la señal del ruido", añaden desde la entidad. Esto resta presión a la Fed y al Banco Central Europeo (BCE) a la hora de pisar el freno de las medidas extraordinarias. Sobre todo cuando la inflación ha marcado en EEUU máximos de 13 años (se disparó hasta el 5,4% en junio, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) y se ha situado en el 1,9% en la zona euro, según Eurostat.

Lucha desigual contra la Covid que afecta a la recuperación 

Las referencias muestran un panorama económico que a corto plazo ha seguido siendo sólido, pero la recuperación sigue pareciendo frágil porque sigue siendo desigual entre las regiones, países y dentro de estos, entre sectores. "Las divergencias han sido especialmente pronunciadas entre las economías emergentes y las desarrolladas, lo que refleja las diferentes capacidades para aprovechar los recursos necesarios para contener la pandemia y apoyar la recuperación", apunta Silvia Dall'Angelo, economista Senior de la gestora Federated Hermes.

Este último punto es en sí mismo un riesgo a corto plazo, puesto que podrían surgir mutaciones del virus más problemáticas en lugares donde la pandemia no se ha abordado adecuadamente, tal y como sucedió en su momento con la variante Delta. En opinión de la economista y, a pesar del bombo y platillo con el que los gobiernos e instituciones se han comprometido "reconstruir mejor" por la vía de los estímulos, no está claro que existan políticas contundentes que favorezcan una recuperación ecológica e inclusiva. Así, Dall'Angelo alerta de que existe el riesgo de volver a un escenario macroeconómico anterior a la crisis de la Covid-19, dominado por un lento crecimiento de la productividad, el aumento de las desigualdades y una crisis climática en ciernes.

Ingrid Gutiérrez
Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

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