Más agitación en la escena verde. Eolia, uno de los principales promotores de energía renovable en España, está a punto de sumarse a la oleada de operaciones corporativas del sector de la mano de su principal accionista, el fondo canadiense Aimco (Alberta Investment Management Company), que planea la entrada de nuevos inversores o, incluso, una salida a bolsa.
Se trata de una aspiración que tiene la compañía desde que nació en 2007 bajo la iniciativa de Miguel Salís, ex Jazztel, su socio Martin Varsavsky y el fondo de capital riesgo N+1. Un proyecto que también intentó Oaktree, que compró el 70% en 2015, antes de vender la compañía a Aimco en 2018, y que ahora vuelve a cobrar vida de la mano de la firma con sede en Edmonton.
Fuentes del fondo declinaron realizar comentarios a ‘La Información’ sobre el estado de esos planes o la valoración actual de Eolia después de que la agencia 'Reuters' revelase que la intención de mover ficha de Aimco, que planea poner en valor sus acciones en la empresa a través de una venta.
Eolia cerró en diciembre una refinanciación de la mayor parte de su deuda bruta de 1.100 millones de euros con los bancos y la emisión de bonos a largo plazo por 500 millones de euros. La compañía terminó 2020 con unos ingresos de 182 millones de euros, un 31% más que en 2019, mientras que sus pérdidas netas se dispararon un 162%, hasta 49,8 millones, según las cuentas anuales del grupo que preside Nemesio Fernández-Cuesta.
La falta de rentabilidad de su negocio se debe al fuerte periodo de crecimiento que ha registrado en los tres últimos años desde que Aimco tomó las riendas del 99% de las acciones. La cartera de renovables ha pasado de 669 MW a finales de 2018 a rozar los 900 MW en el inicio de 2021.
El último proyecto que entró en su perímetro de activos fue una cartera de 71 MW de Banco Sabadell en una operación de 100 millones de euros. Aimco ha invertido al menos 150 millones de euros en este tipo de operaciones en dos años y ha logrado dar la vuelta a la financiación de la empresa.
La aparición en escena de Eolia se produce en plena ebullición de un sector que acaba de asistir al estreno en bolsa, con mal pie, de Ecoener, y a la cancelación de colocación de Opdenergy, otra empresa de renovables que tenía reserva en la Bolsa de Madrid para este viernes 7 de mayo, pero que ha decidido cancelarla ‘sine die’ por las dudas de los inversores. De hecho, otras empresas que también barajaban cotizar como Gran Solar o Capital Energy han optado por otros caminos. Acciona Energía, la operación del año con una valoración superior a los 10.000 millones de euros, todavía está pendiente de encontrar un hueco en el calendario para su debut.
La incertidumbre comenzó a sembrarse en enero cuando las cotizadas principales del sector como Solaria, Soltec o Solarpack empezaron a registrar una amplia debilidad en bolsa que les ha llevado a perder, en algunos caso, hasta un 50% desde máximos. El escenario de los tipos de interés marca el destino de este tipo de empresas, cuya dependencia de la financiación externa para sus proyectos es muy elevada.
De hecho, las empresas de renovables, tanto operadores como fabricantes, afrontan un 2021 desafiante por el incremento del coste de las materias primas -que está golpeando el margen de las instalaciones-, el aumento del precio de los transportes marítimos tras la crisis del Canal de Suez y, por último, la crisis de escasez en los semiconductores, que está frenando la producción industrial de partes de sus componentes.
El gigante Siemens Gamesa advirtió el pasado viernes de una rebaja de su previsión de ingresos para este año debido a algunos de estas razones, que se están transformando en retrasos en las ejecuciones de proyectos. Los inversores han perdido el voraz apetito por este tipo de acciones que han mostrado en los años anteriores. En concreto, Soltec (-35%), Grenergy (-34%), Solarpack (-32%), Solaria (-30%) y la propia Gamesa (-15%) lideran las caídas en la bolsa española desde enero.
Comentarios