Ruben J. Lapetra Coordinador de Mercados
OPINIÓN

Elecciones del 9-J: una Europa más unida, un voto ante el mundo

La entrada del Parlamento Europeo, en Bruselas.
La entrada del Parlamento Europeo, en Bruselas.
PARLAMENTO EUROPEO
La entrada del Parlamento Europeo, en Bruselas.

Quizá por desinterés, ignorancia o la calculada retórica de los partidos políticos para hacer valer su actividad regional, las elecciones europeas que se celebran este 9 de junio volverán a tener una participación más baja que la mayoría de comicios nacionales, autonómicos o locales. Sin embargo, la papeleta que se introduce en las urnas este domingo tiene un valor mayor que el resto por sus efectos prácticos.

No cabe duda de que es así si se tiene en cuenta que más del 70% de la legislación que rige en cada país miembro de la Unión Europea (UE) surge a iniciativa de Bruselas (Comisión Europea) y Estrasburgo (Parlamento), según diversas estimaciones. Por tanto, la elección de 720 diputados en representación de 27 países, agrupados en distintas alianzas electorales, marcará la política y su vida cotidiana en los próximos cinco años.

La fragmentación de familias políticas en el arco parlamentario será mayor, según vaticinan las encuestas, con un giro a la derecha en el perfil del diputado promedio. No hay riesgo de grandes consecuencias macroeconómicas por la cita electoral salvo que los partidos euroescépticos o más radicales que plantean algún tipo de medida contra el euro ocupen un espacio predominante. 

Lo que sí parece claro es que el aumento del peso del Partido Popular Europeo (EPP, por sus siglas en inglés) de Von der Leyen y Feijóo compensará el aparente voto de castigo y protesta al poder reciente de los verdes y socialistas (S&D) de Sánchez y Scholz; los renovadores (RE) de Emmanuel Macron. El gran ascenso procederá de dos familias de ultraderecha, unos más moderados ECR (Meloni, Abascal) y los radicales de ID (Le Pen, AfD alemana...).

Como señala en un análisis precio al 9-J Felipe Villarroel, gestor de fondos de  TwentyFour (Vontobel AM), la gran novedad en los resultados electorales será esa: "Voto de protesta o no, la realidad es que por primera vez el Parlamento Europeo podría estar muy influido por los partidos de extrema derecha". Las consecuencias sobre la legislación en materia de fronteras, migración, seguridad o, incluso, en los programas de acción climática pueden sufrir cambios importantes pero nada que vaya a cambiar de forma radical tras el paso electoral.

En cambio, algunos de los líderes de gobierno actuales están pidiendo a gritos precisamente esto: un giro estratégico en el rumbo de la UE. El presidente galo Macron está impulsando la candidatura del ilustra Mario Draghi para liderar la nueva Comisión que saldrá del Parlamento tras el 9-J. El ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) es el mismo que salvó al euro en 2012 cuando Europa estaba al borde de la desintegración económica y el autor intelectual de los programas como el PEPP y Next Generation que lograron que no se reviviese otra crisis como la registrada tras Lehman en 2008.

El gran planteamiento revolucionario de Draghi y otros muchos es que Europa debe tener una sola voz en lo político ante el mundo como lo es euro en lo financiero. La necesidad de un Tesoro único europeo que permita cohesionar las políticas fiscales europeas y competir de igual a igual con Estados Unidos, China, Rusia... La unión bancaria y el mercado de capitales único son ahora una necesidad para la supervivencia del modelo europeo. Un cambio radical ante el empequeñecimiento europeo en la escena global. Es evidente que en el plano militar el desafío es crítico en plena guerra de Rusia sobre Ucrania y la amenaza sobre los Países Bálticos. La OTAN, soportada por Estados Unidos, no puede servir de coartada para la inexistencia de una fuerza europea común.

Si no estás en la mesa, estás en el menú

A nadie escapa tampoco que, en lo empresarial y económico, la UE se está quedando atrás. Baste como ejemplo lo ocurrido esta semana en los mercados bursátiles de Wall Street, donde una compañía como Nvidia ha superado los 3 billones de dólares de capitalización, la tercera empresa estadounidense que lo hace tras Microsoft y Apple. Esa cifra equivale, más o menos, a tres veces el tamaño de toda las empresas que cotizan en la Bolsa española, pero también superan a todas las francesas o alemanas. Seguridad y finanzas son solo dos de las pruebas de que el mundo se ha hecho mucho más grande mientras Europa se miraba el ombligo. Eso tiene que cambiar cuanto antes tras el 9-J.

En Bruselas, hay conciencia de la pérdida de dimensión y posición de fuerza en el tablero geopolítico que está registrando la Unión Europea, precisamente, por la tendencia a tener varias voces e interlocutores ante el mundo en lugar de una posición unificada frente a super potencias en lo militar, económico o demográfico como EEUU, Rusia, China e India. Josep Borrell, Mr. PESC (Asuntos Exteriores y Política de Seguridad) de la Comisión, lo explicó muy claro en una entrevista el jueves en Telecinco.

"Todos los países europeos, incluso el más grande, son demasiado pequeños para jugar solos en el mundo. Solamente si nos unimos y compartimos tendremos el peso y la dimensión necesaria para influir. Si no estás en la mesa, estás en el menú. Y más vale estar en la mesa que no estar en el menú", advertía el 'comisario' oficioso de política exterior. "Para estar en la mesa tienes que conquistar el derecho a estar y eso se mide hoy en términos de dimensión, en términos de fuerza, en términos económicos… pero de dimensión también. La dimensión cuenta". 

Ruben J. Lapetra
Coordinador de Mercados

Periodista especializado en finanzas y tecnología. Escribo desde hace más de dos décadas en diarios líderes de información económica. He participado en el desarrollo de producto del área de mercados en los medios digitales en los que he trabajado. Me apasionan los nuevos proyectos y el aprendizaje continuo. Formé parte de Expansión.com durante cerca de cuatro años hasta que me involucré, sin dejar de escribir, en lanzamientos como ElEconomista.es (2005), Cotizalia y Teknautas en ElConfidencial (2007-2012), LaInformacion.com (2009), Hemerotek (2013) y ElEspañol.com (2015). Ayudé a crear un índice de bolsa, otro de vivienda y trabajé en dos fintech (WebFg y Finect). A finales de 2018 me reincorporé a LaInformación.com para relanzar su área de mercados y cotizaciones.

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