Ruben J. Lapetra Coordinador de Mercados
OPINIÓN

La euforIA de Wall Street va en alta velocidad y nos está dejando atrás

El gran riesgo para los inversores en inteligencia artificial
La euforIA de Wall Street en alta velocidad y el tren que se le escapa a España
Nerea de Bilbao | L. I.
El gran riesgo para los inversores en inteligencia artificial

La transformación industrial y digital vinculada a la Inteligencia Artificial (IA) va más rápido que ninguna otra antes en la historia. Las consecuencias positivas que se le presumen a toda innovación y progreso científico-tecnológico tienen esta vez un aura de pesimismo porque incuba repercusiones negativas quizá mayores o, al menos, con un alcance todavía desconocido. En cualquier caso, la revolución en curso es inevitable e imparable. El inmovilismo no es una opción, pero ponerse a correr en la dirección equivocada puede ser aún peor. Lo único claro es que el ganador es quien fabrica y vende, mientras que el perdedor es quien compra y usa. Por eso es sorprendente a estas alturas de la película que la única estrategia en Europa haya sido dar un paso hacia la regulación, cortando las alas así a sus propios desarrollos.

Los inversores han tomado buena nota de ello. Los flujos de dinero de todo el mundo inundan a las empresas de Estados Unidos que están a la vanguardia de las inteligencias sintéticas, generativas y autónomas. Pongan el apellido que más les guste. Wall Street es el reflejo de lo que está sucediendo. No es normal que una sola empresa haya pasado en menos de un año de valer 1 a 3 billones de dólares como es el caso de Nvidia, el productor de los chips que demanda ahora toda la industria tecnológica para sus centros de datos.

Hay quien dice que es una burbuja, pero lo cierto es que tiene sólidos fundamentos. Los múltiplos son tan caros como cuando salió Google a bolsa hace dos décadas y cambió el mundo. Hoy es un gigante de 2,2 billones de valoración en bolsa. Como lo fueron con Apple cuando centró su estrategia en un iPhone en 2007 que desmontó la industria de telecomunicaciones y contenidos para reconstruirla bajo un nuevo paradigma, el suyo. Microsoft, Tesla, JPMorgan… El mundo del dinero se está moviendo entre la fe de las expectativas de futuro y el agnosticismo de los hechos. Nvidia tiene ahora un crecimiento vertical en su negocio y no da abasto para una cartera de pedidos que se estima alcanzará los centenares de miles de millones para satisfacer las necesidades de la nueva generación de centros de datos.

Múltiples métricas apuntan a que Estados Unidos se está imponiendo en la carrera de la inteligencia artificial y Europa se está quedando atrás con la inteligencia artificial. La mala noticia es que España está a la cola. El índice S&P 500 ha alcanzado una valoración de 45 billones de euros este mes con sus titanes tecnológicos a la cabeza, que dejan al resto de mercados europeos como liliputienses. El reputado Ibex 35, índice de bandera española, apenas supone una fracción con sus 700.000 millones de euros. Cualquiera de las multinacionales ‘made in USA’ citadas multiplican ese tamaño, un diferencial abismal que se acelera con la IA y que no era de tal envergadura hace quince años en la anterior revolución digital. La triste realidad es que no hay empresas con proyectos a gran escala en la escena de la inteligencia artificial en España y pocas son las europeas que están intentando avanzar en este terreno.

Llueve sobre mojado también aquí. La falta de músculo tecnológico actual es una desventaja para levantar el peso que viene tras la IA. Puro sentido común. El intervencionismo político, las barreras regulatorias y la burocracia tan habituales en el esquema de gobernanza europeo suponen un freno en el desarrollo. En cuanto a su aplicación, Charlotte de Montpellier e Inga Ferchner, economistas de ING, advierten de que Estados Unidos va experimentar un auge de productividad más rápido que la UE por el uso de las IA y eso se traducirá en un mayor crecimiento económico que ampliará la brecha ya existente entre la región del dólar y del euro. La falta de inversión privada es una de ellas. España suma solo 1.810 millones de dólares desde 2013 a 2023, según estimaciones que cita el banco naranja, apenas el 0,1% del PIB. ¿Quién se atreve a invertir cuando el Gobierno de turno solo piensa en legislar contra el emprendedor y fiscalizarlo punitivamente?

Ruben J. Lapetra
Coordinador de Mercados

Periodista especializado en finanzas y tecnología. Escribo desde hace más de dos décadas en diarios líderes de información económica. He participado en el desarrollo de producto del área de mercados en los medios digitales en los que he trabajado. Me apasionan los nuevos proyectos y el aprendizaje continuo. Formé parte de Expansión.com durante cerca de cuatro años hasta que me involucré, sin dejar de escribir, en lanzamientos como ElEconomista.es (2005), Cotizalia y Teknautas en ElConfidencial (2007-2012), LaInformacion.com (2009), Hemerotek (2013) y ElEspañol.com (2015). Ayudé a crear un índice de bolsa, otro de vivienda y trabajé en dos fintech (WebFg y Finect). A finales de 2018 me reincorporé a LaInformación.com para relanzar su área de mercados y cotizaciones.

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