El termómetro del riesgo financiero bursátil, también apodado como el 'índice del miedo' de Wall Street, acaba de despertar de forma súbita, con una reacción alcista que no se veía desde el periodo 2020-2021 en la crisis de la pandemia del Covid-21. El VIX que elabora el CBOE (Chicago Board Options Exchange) se ha disparado un 200%, por encima de 50 puntos, en un movimiento con pocos precedentes en la historia.
Hay que remontarse a 2008 con las quiebras en cadena de Lehman Brothers, Merrill Lynch, AI o Wamu para encontrar una reacción así. Su escalada pandémica, en marzo de 2020, fue más gradual que la actual. El índice VIX ha pasado de cotizar en menos de 18 puntos el pasado miércoles, a triplicar ese nivel hoy. De este modo, el barómetro de la desconfianza cotiza ya en su nivel más alto desde marzo de 2020.
El VIX no hace otra cosa que medir los movimientos en las opciones sobre acciones del S&P 500 y la volatilidad esperada en el mercado. Dicho de otro modo, cuando sube está registrando la compra de protección bajista y opciones 'put' de los inversores para protegerse de las caídas en bolsa. Con la subida del viernes, el índice ya registró su mayor subida desde enero de 2021 y supera el ascenso registrado en noviembre de 2021, cuando se reprodujo el Covid en China con nuevas cuarentenas que afectaron a empresas y la movilidad de millones de personas.
Inversores en busca de protección
El VIX registra por tanto la magnitud de los cambios de cotización en un activo financiero durante un periodo de tiempo, en este caso, usando como subyacente el S&P 500, la referencia de las bolsas estadounidenses por su amplitud y capitalización. Oficialmente mide la volatilidad implícita del mercado de valores a través de la negociación en las opciones de compra y venta. Un VIX alto indica una fuerte volatilidad y la posibilidad de movimientos bruscos en el mercado, mientras que un VIX bajo sugiere una menor volatilidad y estabilidad.
Sin embargo, hay quien lo ve como una señal contraria que luego sigue la evolución del mercado debido a que cuando alcanza niveles extremos el mercado está mayoritariamente posicionado en una dirección y las estadísticas apuntan a que es más habitual que acaba girándose. La propia subida del VIX suele estar acompañada de caídas en las bolsas o malas noticias desde el punto de vista financiero.
Después de un periodo alcista desde junio, los mercados han dado un giro hacia el pesimismo durante la última semana conforme crece el deterioro de los datos económicos en EEUU y Europa, que empujan las expectativas de recortes de tipos de interés no hacen sino crecer. Además, la decepción con los resultados de Amazon e Intel está provocando caídas del 11% y 29%, respectivamente, en sus cotizaciones. El mal dato de empleo en EEUU el pasado mes de julio ha dado la puntilla a las bolsas. La economía estadounidense creó 117.000 puestos de trabajo, por debajo de los 175.000 previstos.
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