Indra, la compañía de defensa y tecnologías, se derrumbó un 8% en bolsa este viernes, hasta 7,52 euros por acción, después de conocerse la propuesta de cese de su presidente ejecutivo, Fernando Abril-Martorell. Su salida se produce de forma anticipada y ha cogido a contrapié a los inversores.
En el accionariado de Indra conviven con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que tiene un 18% de las acciones, otros socios relevantes como Corporación Financiera Alba (9,9%) y Fidelity, que cuenta con un 9,8%, o Norges Bank, la gestora de activos de Banco Santander o T Rowe Price Associates con porcentajes alrededor del 3%.
Tensiones con el Gobierno por los despidos
A Fernando Abril le vencía el mandato este año, después de haber estado al frente de la compañía desde 2015. El Ejecutivo habría decidido prescindir del directivo para imprimir un cambio en la gestión de Indra y, sobre todo, después de las discrepancias en torno a la gestión y ajustes de plantilla.
En 2015, nada más aterrizar en la compañía, el ejecutivo realizó un ERE que supuso el despido de 1.750 empleados. En marzo de 2020, en el inicio de la pandemia, Indra anunció un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectó a 10.000 trabajadores de la multinacional.
Abril-Martorell, de 59 años, se ha convertido en el ejecutivo de las grandes reestructuraciones empresariales y acumula una plusmarca de despidos en el panorama empresarial en España. Como ejecutivo ostenta un récord difícil de valorar: 14.000 despidos en tres empresas distintas (Telefónica, Prisa, Indra) en los últimos quince años, sin contar con el ERTE de 2020.
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