Ezentis ha vuelto a cotizar en bolsa después de un mes suspendida de cotización por parte de la CNMV. Lo hace con un nuevo desplome de grandes proporciones. El gestor e instalador de infraestructuras de energía y telecomunicaciones bajó un 28% en bolsa este lunes, hasta 0,053 euros, en otra sesión de pánico y venta para los inversores que quedan en la empresa. Nada inédito. Es la segunda mayor caída en 2022 tras la del pasado 29 de junio (-33%) y la cuarta vez este año que se desploma más del 20%.
Su valor en bolsa se ha visto reducido a apenas 24 millones de euros. Para su principal accionista, José Elías Navarro, su inversión de 40 millones de euros en la toma del 28,5% de las acciones a principios de 2021 se ha convertido en ruinosa, ya que ahora apenas vale 6 millones, un 85% menos. 2022 está siendo su peor año en los mercados.
Después de rozar los galones de mil millonario y tocar las puertas del exclusivo 'club Forbes', la fortuna del empresario de Badalona está descendiendo a toda velocidad. Su participación en Audax del 77% del capital ahora vale 269 millones de euros, un 41% menos que al cierre de 2021, mientras que su 30,5% de Atrys Health se ha depreciado en otro 42% hasta una tasación bursátil de 125 millones.
¿Qué está pasando con Ezentis?
Ezentis perdió 51 millones de euros en el primer semestre de este año, casi cinco veces más que los que había registrado en la primera mitad de 2021. Sus ingresos cayeron un 18%, hasta 154,9 millones. La deuda financiera neta se ha situado en 142,6 millones, un 7% menos que al cierre de 2021. Su patrimonio neto es negativo y se ha disparado hasta los -219 millones, un 34% más que en diciembre, mientras que su fondo de maniobra a 30 de junio era de -256 millones, un 11% más que en marzo, según sus cuentas.
¿Cómo ha llegado a esta situación? Pocos se lo explican todavía. Ezentis intentó vender sus actividades en Latinoamérica y acabó cerrando con un grave golpe para sus cuentas. También promovió una fusión con una empresa de Elías, Audax Green (Rocío SF), con la que iba a dar el salto a su negocio desde las telecomunicaciones a la energía.
Sin embargo, el proyecto de fusión contemplaba que el principal accionista tomase el control de la nueva empresa sin lanzar un opa sobre la totalidad. La CNMV se negó en redondo y derribó la operación porque consideraba entonces que no se daban las circunstancias que sí vio, por ejemplo, en supermercados Dia y Fridman.
El gran quebradero de cabeza de Elías Navarro ha sido la reestructuración de la compañía después de varios intentos fallidos y reveses que han colocado a Ezentis en una situación límite, pidiendo la protección del preconcurso para negociar con los acreedores una quita de la deuda y la recapitalización de la empresa. Tampoco es nada nuevo en este culebrón corporativo.
Ya en marzo de este año, el empresario invocó a sus grandes clientes, con Telefónica a la cabeza con el 51% de la facturación, junto a sus acreedores de su deuda (Arcano y Muzinich) como a sus bancos financiadores (Santander, BBVA, Caixabank, EBN, Pichincha) para buscar una solución de viabilidad.
Él mismo se comprometió a liderar otra ampliación de capital si se llegaba a un pacto. Intentó a última hora que la SEPI, a través de su fondo de rescate de empresas afectadas por la pandemia, le prestase 70 millones en condiciones blandas para seguir adelante. También se encontró con la puerta cerrada. ¿Volverá a encontrarse con la negativa por respuesta en el actual rescate?
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