La zona euro se la juega

Pulso del euro a dólar y emergentes: ¿añadirá más trabas a la recuperación?

Los inversores también buscan rentabilidad fuera de los mercados.
Los inversores también buscan rentabilidad fuera de los mercados.
Klikin / Pixabay
Los inversores también buscan rentabilidad fuera de los mercados.

La cotización del euro ha renovado su brío en las últimas jornadas tras conocerse el giro de timón de la Reserva Federal en su política monetaria, que será mucho más acomodaticia y por más tiempo, gracias a su nuevo objetivo medio de inflación. Este anuncio ha dado un impulso 'extra' a la divisa comunitaria que alcanza máximos de mayo de 2018 frente al 'billete verde' en el entorno de 1,20 dólares por unidad, es decir, que cotiza al mismo nivel al que lo hacía en los primeros compases de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. La fortaleza del euro es, además, un síntoma de que la recuperación sigue en marcha en un momento en que la crisis del coronavirus vuelve a golpear con dureza a países como España, sin embargo, preocupan los efectos nocivos que esa robustez pueda tener también sobre la economía del área. 

La 'locomotora' europea puede ser un buen ejemplo de ello. El gobierno alemán espera que el 'golpe' de la pandemia a su PIB sea algo inferior a lo que había previsto este año (con una caída del 5,8 y no del 6,3% que había estimado inicialmente). "La noticia llega como una señal positiva para el euro, especialmente en el contexto del giro acomodaticio de la Reserva Federal en su estrategia de política monetaria. Sin embargo, parte de este optimismo sobre el euro aún se encuentra sobre arenas movedizas, con los datos macroeconómicos en el área indicando un lento progreso", apuntan los analistas del bróker Monex Europe

España e Italia han registrado lecturas de inflación negativa en el mes de agosto, Alemania apenas reportó un estancamiento de los precios en comparativa anual y, a la vez que mejoraba el panorama de cara a este año, su ministro de Asuntos Económicos y Energía, Peter Altmaier, también reconocía que el PIB germano no alcanzará cotas previas a la pandemia hasta principios de 2022. En este entorno, un euro fuerte no beneficia al país de Angela Merkel. Su economía depende en un 40% de las exportaciones y sus principales mercados son Estados Unidos (8,98% del total) y China, con un 7,24%, tan solo por detrás de Francia (8,03%). De ahí que la batalla arancelaria entre las dos principales potencias del mundo causase estragos a nuestro vecino, que entró en recesión a finales del año pasado. 

El caso español es distinto. Los principales mercados a los que nuestro país vende sus productos son la Unión Europea (190.720 millones de euros el año pasado, según datos del ICEX) y la zona euro (148.877 millones), por lo que el impacto de la fortaleza del euro es menor. Al mismo tiempo nuestro país se ve beneficiado por un abaratamiento de su factura energética, al importarse el petróleo y el gas que consume en dólares. Según la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), España importó 66,3 millones de toneladas de crudo en 2019, casi un 2% menos que el año anterior. El 40% llegó procedente del continente africano y sobre todo de Nigeria.

En España, como en Alemania, también sobrevuela el horizonte una actualización de las perspectivas, aunque la que prepara el ministerio que capitanea Nadia Calviño ofrecería un peor escenario de cara al conjunto de este ejercicio de lo que se calculaba en mayo, tal y como avanzó 'La Información'. El motivo, es el hundimiento del turismo estival en medio de la crisis sanitaria, que también ha superado con creces las previsiones que había hecho el Ejecutivo. Llegaron a nuestro país 7,4 millones de visitantes menos tras la reapertura de las fronteras en julio, de acuerdo con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).  

Tormenta perfecta sobre las divisas emergentes

Si a los cambios en la política monetaria que han impulsado al euro se añade la huida por parte de los inversores de los activos que llevan aparejado un mayor riesgo, el resultado es la nueva tormenta perfecta que se ciñe sobre las divisas emergentes. La debilidad de la lira turca, el peso argentino o el real brasileño tiene un impacto negativo sobre las grandes empresas europeas, y en concreto sobre las españolas cuyo negocio tiene una fuerte dependencia de estas economías. El caso más reciente lo hemos tenido con el desplome de la moneda turca (marcó mínimos históricos frente al euro a mediados de mes) y su impacto sobre el Garanti, filial del BBVA

En el caso del peso mexicano, los analistas consultados advierten de que, pese a que ha ido reduciendo de forma considerable su margen de volatilidad a lo largo de los últimos meses -tras marcar mínimos en 25 unidades por dólar con la crisis del pasado mes de marzo en los mercados financieros-, la reacción de la divisa a los movimientos cambiantes del panorama electoral en Estados Unidos deberá incrementar según se vaya acercando la cita del 3 noviembre.

Ingrid Gutiérrez
Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

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