Los movimientos de la Fed, clave

La recuperación a nivel global desinfla el potencial del dólar a largo plazo

Tras un liderazgo inicial en la recuperación, la divisa estadounidense se enfrenta ahora a un número cada vez mayor de factores que podrían situar a la moneda al otro lado de la balanza, según los expertos.

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El dólar vuelve a encontrarse en el centro de la atención de muchos gestores a la hora de hacer cartera. ¿Puede esperarse una mayor debilidad del billete verde, a pesar del endurecimiento monetario que está cada vez más cerca? La realidad es que, tras un ciclo de apreciación de varios años, la divisa se enfrenta hoy a un número cada vez mayor de factores que podrían situar a la moneda estadounidense al otro lado de la balanza.

En primer lugar, no todas las regiones del mundo están saliendo de la crisis del coronavirus con la misma dinámica de crecimiento. “Este entorno de expansión mundial desincronizada responde a las grandes disparidades en la forma en que los países han gestionado la pandemia y la heterogeneidad de las medidas adoptadas para responder a las consecuencias económicas de esta crisis”, comenta Kevin Thozet, del comité de inversión de Carmignac.

El dólar se fortaleció en todos los ámbitos tras el sorprendente tono agresivo de la Reserva Federal. La clave está en el camino que puede estar por llegar. Según el equipo de de Lombard Odier, este es un tono que se puede mantener a corto plazo, pero luego puede haber un viraje en su recorrido. “A medio plazo, sin embargo, esperamos que se reanude el sesgo bajista del dólar debido a la fuerte dinámica de crecimiento mundial”, sostienen.

En Estados Unidos, los distintos planes de ayuda y las campañas de vacunación han permitido una notable recuperación de la economía nacional. Distintos datos económicos y publicaciones de resultados empresariales parecen confirmar actualmente esta tendencia. Además, los 6 billones de dólares que el Gobierno estadounidense tiene previsto destinar a su economía en 2022 sugieren que esta última continuará por esta senda más allá de este año de repunte.

“Un crecimiento económico tan fuerte tanto en términos absolutos como en relación con el resto del mundo debería ir acompañado de un buen desempeño de la moneda estadounidense; aunque, el dólar se ha dejado gran parte de sus ganancias del primer trimestre”, dice Thozet.

El equipo de expertos de Morgan Stanley baraja un escenario similar: “El dólar puede encontrarse muy presionado con la reapertura de la economía y el crecimiento mundial que se espera”.

La cantidad de gasto público para aupar la economía estadounidense y el endeudamiento que requiere alcanzarán niveles récord. “Este es un primer elemento que tira a la baja del dólar”, describe el experto de Carmignac.

Los factores que presionan al billete verde

No es el único. Otro sería la financiación de una parte del presupuesto estadounidense mediante subidas de impuestos. “Ello podría mermar el atractivo de la renta variable estadounidense y, por tanto, del billete verde”, ahonda.

A ello hay que sumarle que las medidas de apoyo adoptadas al otro lado del Atlántico fomentan el consumo, y por tanto la inflación, mientras que los planes de estímulo en China y Europa van más encaminados a respaldar la producción.

Pero existen otros factores que podrían reducir la demanda de dólares a medio plazo. La actual heterogeneidad de la economía mundial implica que los bancos centrales —cuyas decisiones tienen por objeto regular la actividad económica y el aumento de los precios influyendo en el nivel de los tipos de interés— aplican políticas diferentes.

“A diferencia de algunos de sus homólogos, las autoridades monetarias estadounidenses se muestran pacientes, incluso expectantes, al considerar que el aumento de los precios es solo transitorio y que, por tanto, no es necesario subir tipos a corto plazo”, concreta Thozet.

Esta nueva función de reacción de la Reserva Federal (Fed), que consiste en dejar que la inflación avance antes de intervenir, repercute también de otro modo en el dólar estadounidense, según el experto. “Hay que tener en cuenta que la inflación erosiona el valor temporal de una divisa: con la subida de los precios, un dólar no permitirá adquirir mañana tantos bienes y servicios como hoy”, cuenta.

Así pues, la actitud de la Fed también plantea dudas sobre la sacrosanta independencia del banco central respecto del Gobierno, ya que financiará parte de un presupuesto estadounidense récord comprando aproximadamente una cuarta parte de la deuda emitida por el país este año.

Mientras, el atractivo de Europa ha aumentado gracias a un refuerzo de la cooperación política. La zona también ofrece oportunidades de inversión, con un conjunto de empresas especialmente sensibles a la recuperación en los sectores del consumo, el turismo, las finanzas y las materias primas. “Las empresas europeas podrían seguir beneficiándose de una dinámica de crecimiento relativamente más favorable, ya que la recuperación económica de la región apenas está empezando”, concluye Thozet.

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