Informe de Mckinsey

¿Son rentables las empresas familiares? La estadística señala ventajas a largo plazo

El presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF) exige rebajar la polarización política
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la última asamblea de la empresa familiar.
Europa Press
El presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF) exige rebajar la polarización política

Viendo el recorrido de las grandes empresas tecnológicas o el de los grandes bancos, muchos inversores pueden pensar que no es el mejor momento para invertir en otros sectores que se han quedado más rezagados. 

Sin embargo, muchos expertos consideran que el momento actual puede ser un buen punto de entrada para posicionarse en empresas familiares con negocios robustos que han demostrado históricamente su capacidad para generar crecimiento y rentabilidad. La salida a bolsa del grupo Puig, una empresa familiar con más de 100 años de historia es un buen ejemplo de ello.

Rendimiento superior de las empresas familiares

Muchas empresas de propiedad familiar están prosperando en los mercados de valores y, históricamente, han superado a sus contrapartes corporativas en cuanto a rentabilidad para los accionistas. Un estudio de McKinsey comparó la rentabilidad promedio sobre el costo de capital de 600 empresas familiares que cotizan en bolsa versus 600 empresas no familiares desde el año 2000 hasta el 2020, obteniendo resultados interesantes.

Las ventajas competitivas de las empresas familiares se produjeron incluso durante periodos de grandes crisis económicas. Durante la Gran Recesión (2008-2009), las empresas familiares mantuvieron una ventaja económica de 1 punto porcentual sobre las empresas no familiares

Esta tendencia se repitió durante la desaceleración económica causada por la COVID-19 en 2020, donde las empresas familiares demostraron una menor caída en el rendimiento económico, manteniendo una diferencia de aproximadamente 0,5 puntos porcentuales.

A lo largo de las dos décadas analizadas, las empresas familiares han mantenido una ventaja económica constante sobre las no familiares. En varios momentos, la ventaja económica de las empresas familiares llegó a ser de hasta 3-4 puntos porcentuales superiores a las no familiares, especialmente entre 2006 y 2012. 

Esta ventaja se atribuye a factores como una mayor alineación de intereses entre propietarios y gestores, un enfoque a largo plazo en la toma de decisiones y una estructura organizativa más flexible y adaptable.

Estrategias de éxito de las empresas familiares

McKinsey ha identificado siete estrategias clave que han permitido a las empresas familiares mantener su éxito:

Seguridad financiera: las empresas familiares operan bajo el principio de que el mejor dólar ganado es el dólar no gastado. Mantienen un control riguroso de los gastos y practican la frugalidad tanto en tiempos de bonanza como en tiempos de austeridad.

Disciplina en el gasto: estas empresas aplican una estricta disciplina financiera, invirtiendo únicamente en proyectos que aporten un valor significativo. Esta prudencia financiera es rara en muchas juntas corporativas.

Relación conservadora con la deuda: las empresas familiares suelen tener menos deuda en comparación con sus pares no familiares. Aproximadamente el 37% de su capital se financia mediante deuda a lo largo de un período de nueve años, frente al 47% en las empresas no familiares. Esto les permite mayor flexibilidad para endeudarse cuando es realmente necesario.

Preferencia por adquisiciones pequeñas: a diferencia de las grandes corporaciones que apuestan por adquisiciones transformadoras, las empresas familiares prefieren adquisiciones más pequeñas y seguras que se alineen estrechamente con sus operaciones existentes. En promedio, sus adquisiciones anuales representan solo el 2% de sus ingresos, en comparación con el 3,7% de las empresas no familiares.

Diversificación como estrategia: el 46% de las empresas familiares están altamente diversificadas, frente al 20% de sus pares no familiares. Utilizan esta diversificación como un escudo estratégico contra las crisis económicas.

Enfoque en la globalización: estas empresas no se limitan a su mercado local; expanden sus operaciones a nivel internacional. El 49% de sus ingresos provienen de fuera de sus regiones de origen, en comparación con el 45% de las empresas

Baja rotación de empleados: tienen mejores tasas de retención, con solo un 9% de rotación anual comparado con el 11% en las no familiares. Algunas de las empresas familiares más grandes y antiguas como Hermès, Merck y Hershey, han resistido la prueba del tiempo. Otros como L'Oréal, LVMH, Walmart, Inditex, Ferrari o Heineken, incluso se han convertido en líderes en sus principales mercados.

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